Caso Tándem

BBVA pagó a su jefe de seguridad casi 900.000 euros tras despedirle y antes de que estallara el escándalo Villarejo

Recbió un pago de 384.000 euros netos el 9 de mayo de 2018, días antes de las primeras informaciones sobre la relación de BBVA con Cenyt

BBVA pagó a su jefe de seguridad casi 900.000 euros tras despedirle y antes de que estallara el escándalo Villarejo
El exjefe de seguridad de BBVA, Julio Corrochano. (Foto. EFE)

BBVA pagó a su exjefe de seguridad, Julio Corrochano, cerca de 900.000 euros brutos (475.376,86 euros netos) tras su salida de la entidad y antes de que estallara en la prensa el escándalo por las relaciones del banco con el excomisario José Manuel Villarejo. Así lo demuestran los movimientos bancarios aportados por la entidad a la Audiencia Nacional en la instrucción del caso Tándem a los que ha tenido acceso OKDIARIO. Corrochano ha sido señalado por la antigua cúpula de BBVA y por el propio banco como único responsable de la contratación de Cenyt, y está en libertad bajo fianza de 300.000 euros.

Corrochano, el directivo que decidió la contratación de Cenyt (la empresa de Villarejo), se jubiló el 13 de abril de 2018, según informó la Agencia Tributaria al juzgado. Francisco González aseguró en su declaración ante el juez Manuel García-Castellón, el antiguo jefe de seguridad se retiró «en condiciones de reconocimento».

Ese «reconocimiento» incluyó un pago de 384.030 euros el 9 de mayo de 2018 en concepto de «abono de nómina por transferencia», a pesar de que Corrochano ya no estaba en nómina del banco. Esta transferencia se realizó unos días antes de que aparecieran en la prensa las primeras informaciones sobre la relación de BBVA con Villarejo, a partir del 27 de mayo.

Y no fue el único pago realizado tras su salida del banco. Según la documentación citada, Corrochano estuvo cobrando mensualmente cantidades de entre 8.400 y 10.400 euros desde abril de 2018 hasta enero de 2019. En total, percibió 475.376,86 euros en ese período. Hay que matizar que se trata de cantidades netas de impuestos. Teniendo en cuenta la retención fiscal máxima del 45%, que se aplica a partir de 60.000 euros, la remuneración bruta posterior a su salida del banco estaría cerca de los 900.000 euros.

Salario medio de menos de 150.000 euros anuales

Una cantidad que se antoja exagerada teniendo en cuenta que el exjefe de seguridad tenía un salario medio inferior a 150.000 euros netos anuales en los cinco años anteriores a su jubilación (2013-2017). Las cantidades varían en cada ejercicio en función de la remuneración variable, que dependía de la evaluación que hacía BBVA de su desempeño anual.

Estas cantidades no incluyen el plan de pensiones que la entidad dota para cada directivo y que estos perciben al jubilarse; en el caso de Corrochano, se embolsó otros 371.345,68  euros netos por este concepto el 30 de enero de 2019, según figura en otra de las cuentas aportadas por el banco a la Audiencia Nacional.

Un portavoz de BBVA explica que «se trata de los pagos asociados a su desvinculación, en condiciones estándar en el banco». «Los pagos fraccionados, un total de nueve, se corresponden con la cláusula de  non compete (pacto de no competencia) habitual en estos casos y que, tal como es normal y establece la jurisprudencia, se devenga y paga mes a mes durante el periodo acordado (en este caso, nueve meses, desde mayo 2018 a enero 2019)».   

Tras percibir estas cantidades, Corrochano fue señalado como único responsable de la contratación de la empresa de Villarejo tanto por la antigua cúpula de BBVA, encabezada por el expresidente Francisco González (que se vio obligado a dimitir por este escándalo), como por la representación procesal del propio banco, que está imputado en el sumario como persona jurídica. El exjefe de seguridad y anteriormente comisario general de la Policía Nacional se acogió a su derecho de no declarar ante el juez en julio de 2019, y quedó en libertad condicional tras abonar una fianza de 300.000 euros que le impuso García-Castellón.

Amistad con Villarejo

Corrochano trabó amistad con Villarejo en los años 70, cuando ambos estuvieron destinados en San Sebastián en la lucha contra el terrorismo. Esa amistad se mantuvo durante los años, incluso cuando Corrochano abandonó la Policía para fichar por BBVA. Y cuando llegó el intento de asalto de Sacyr al banco en 2004, puso en manos de la empresa de Villarejo, Cenyt, el espionaje de la constructora para defenderse del ataque. Y posteriormente, siguió contratando los servicios de Cenyt durante 13 años, según consta en el sumario, la parte más difícil de explicar por parte del banco.

La gran pregunta es quién ordenó esa contratación y quién la pagó. La versión del banco y de sus directivos es que la decisión de contar con Cenyt fue exclusivamente de Villarejo, y en cuanto al pago, ha descargado la responsabilidad en Antonio Béjar, exdirector general de riesgos y el único ejecutivo que ha asegurado que González no solo conocía las operaciones de Villarejo, sino que le ordenó contratar a quien le dijera Corrochano (o sea, Cenyt). Béjar se ha defendido con documentos que demuestran que él no tenía poderes ni competencias para realizar dichos pagos.

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