En la emisión de deuda de este miércoles

BBVA alerta del riesgo para su negocio de un rebrote de la tensión en Cataluña y de su alta exposición al ladrillo

La Vela, sede de BBVA en Madrid.
La Vela, sede de BBVA en Madrid.
Carlos Ribagorda

El desafío independentista en Cataluña sigue siendo una amenaza para las empresas españolas. Así lo cree el BBVA, que alerta del riesgo para su negocio de un rebrote de las tensiones de los últimos años. «Si bien dichas tensiones se han visto reducidas en el último año, de producirse un nuevo enfrentamiento institucional podría haber escenarios de incertidumbre y volatilidad en los mercados de capitales, pudiendo tener un impacto adverso en nuestro negocio, situación financiera y resultados», explica el banco en el folleto de emisión de deuda realizada este miércoles -por valor de unos 1.000 millones de euros-.

La entidad que preside Carlos Torres recuerda también que Cataluña supone un 18% de los activos del banco en España a diciembre de 2019, fecha en la que el mercado español pesaba un 52% en los activos totales del segundo banco del país.

BBVA se une a Telefónica, entre otras, que en su último informe anual remitido a la SEC, el regulador norteamericano, alertaba también sobre Cataluña «dado el exigente calendario que enfrenta el país y su importante dependencia del escenario macroeconómico internacional y de los inversores».

No es la primera vez que las empresas españolas alertan sobre la situación de Cataluña, algo habitual desde 2017. Sin embargo, es destacable que lo sigan haciendo todavía en mayo de 2020, lo que revela que el desafío catalán liderado ahora por Quim Torra y Carles Puigdemont sigue siendo un foco de incertidumbre. De hecho, durante la pandemia han vuelto a las calles las primeras protestas independentistas alentadas por el partido de Torra.

Ladrillo

Al margen de Cataluña, el banco sitúa entre sus principales riesgos en España -y en sus otros mercados principales, Estados Unidos, México y Turquía- los efectos de la crisis del coronavirus. BBVA reconoce que ya en el primer trimestre la pandemia ha afectado a sus cuentas pero advierte de que lo peor está por venir, en el segundo trimestre.

Alerta, además, sobre la respuesta que se de por parte del Gobierno español a la crisis económica que va a generar la enfermedad. Además de reducir fuertemente el PIB este 2020, hasta un 12% según algunos organismos internacionales, «existen focos adicionales de incertidumbre, incluyendo todas aquellas decisiones de política económica que deterioren la confianza de hogares y empresas y/o eleven los costes de financiación de la economía», asegura la entidad en el folleto.

Una mala respuesta a la crisis por parte del Gobierno español -y del resto de gobiernos de los principales países donde opera- significaría un empeoramiento de la economía y, a su vez, una caída de la actividad y un aumento de la morosidad de empresas y clientes.

Según el banco, la exposición de la entidad al sector inmobiliario en España equivale a 9.943 millones de euros, de los que 2.649 millones de euros correspondían a préstamos a la construcción y a actividades de desarrollo del sector inmobiliario en el país.

La exposición es tan alta porque muchos de sus préstamos están garantizados por inmuebles, y por el significativo volumen de activos que mantiene en su balance, además de por sus participaciones en las inmobiliarias Metrovacesa y Divarian Propiedad.

«Una caída de los precios de los activos inmobiliarios en España y otros países reduciría el valor de dichas participaciones así como de las garantías de los préstamos concedidos por el Grupo garantizados por este tipo de activos y créditos inmobiliarios y, por tanto, en caso de impago aumentaría el importe de las “pérdidas esperadas” relativas a dichos préstamos y créditos», advierte el banco.

Morosidad

La entidad que preside Carlos Torres, que se ha convertido en la primera europea en emitir un bono social para luchar contra el coronavirus, alerta también del efecto negativo «significativo» de un empeoramiento de la economía en las tasas de morosidad de la cartera hipotecaria del banco. En concreto, BBVA acumula un saldo en hipotecas a clientes de 107.393 millones de euros a nivel global. La tasa de morosidad era a 31 de marzo del 3,5%.

Sin embargo, la banca espera que esa tasa se eleva hasta un 6% este año por la crisis, lo que pone en jaque a las entidades más expuestas al ladrillo. «Además, es posible que el Grupo haya valorado incorrectamente la calidad crediticia o la voluntad de pago de sus prestatarios y contrapartes, que haya infravalorado los riesgos de crédito y las potenciales pérdidas inherentes a su exposición crediticia y que haya dotado provisiones para dichos riesgos de forma insuficiente», advierte el banco.

BBVA identifica otros riesgos para su negocio. Los tipos de interés en los países donde opera -Turquía los acaba de rebajar al 8,5%-, la depreciación de las monedas -Argentina y Turquía- y la competencia creciente de actores nuevos, como Facebook y otros, que se mueven con reglas diferentes a la banca. Estos nuevos competidores tienen ya una cuota de mercado del 30% en 2018, frente al 40% de la banca tradicional en 2019.

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