Los bancos españoles se plantean cerca de 20.000 bajas voluntarias y despidos en plena pandemia
Caixabank-Bankia, Santander, BBVA y Unicaja-Liberbank ya han aprobado o tienen previstas salidas masivas de empleados para cerrar oficinas y conseguir ahorrar costes.
Una vez que se ha dado a conocer el número de despidos que propondrá la dirección de Caixabank, y que es de 8.291 empleados, ya se puede certificar con bastante fidelidad que los bancos españoles van a plantear la salida de aproximadamente 20.000 empleados en este año 2021, un periodo duro en el que las entidades bancarias tienen que ajustarse a una nueva situación con mucha mayor incidencia del negocio online y necesidad de ajustar costes.
Esta cifra proviene de las salidas previstas o ya declaradas que van a acometer cuatro de las principales entidades españolas: Banco Santander, que ha cerrado de forma definitiva 3.572 salidas; BBVA, que como informa este martes OKDIARIO propondrá entre 4.000 y 4.500 salidas de empleados para acabar cerrando un acuerdo con los sindicatos siempre por encima de las 3.000 personas.
Después de estos tres gigantes, que representan la mayoría de las salidas de las entidades, se agrupan otras pequeñas. Banco Sabadell ya cerró en diciembre del pasado año la salida de 1.817 empleados a lo largo de este año 2021, en un ajuste que el banco catalán dirigido por César González-Bueno ha realizado en los últimos días del primer trimestre del año. No se cierra la puerta a que sean necesarias más salidas en Sabadell.
Despidos en Unicaja-Liberbank
Unicaja y Liberbank van a unir sus destinos para convertirse en el quinto banco español por activos (después de Santander, BBVA, Caixabank y Sabadell) y como no puede ser de otra forma, su fusión, que ya ha sido aprobada por las juntas de accionistas de ambas entidades y que está previsto que avance con el canje de acciones para el verano, traiga consigo numerosas salidas, que son importantes si se tiene en cuenta el tamaño de ambos bancos, bastante menor en plantilla y activos.
Las previsiones en este caso hablan de que saldrán unas 1.500 personas, especialmente personas con capacidad de optar a una prejubilación. Las prejubilaciones bancarias, muy polémicas durante años, son en realidad despidos cuya indemnización se paga de manera diferida.
A todos ellos, por último, se suma Ibercaja Banco, la entidad heredera de la antigua caja de ahorros de Zaragoza, que ha previsto 750 salidas y que intentará que sean no traumáticas. El banco aragonés está preparando ahora mismo un ERE de 750 salidas, que suponen un 15% de la plantilla del banco, y el cierre de un 20% de las oficinas de la red, tal y como recordó su consejero delegado Víctor Iglesias en una reciente presentación de prensa.
De este modo, si se suman las salidas previstas por todas las entidades, la cifra se acercará a los 20.000 empleados que abandonarán los grandes bancos en este 2021. 1.817 salidas de Banco Sabadell; más 3.572 de salidas por parte de Banco Santander -más muchas recolocaciones-; más unos 8.500 empleados que abandonarán Bankia y Caixabank; más otras 3.500 personas que pueden dejar Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA); más las citadas 1.500 salidas previstas en Unicaja-Liberbank, más el ERE que ya se está ejecutando de Ibercaja Banco. En total, suman unas 19.600 salidas.
«Profunda transformación»
«Estamos en un contexto de profunda transformación, marcado por un proceso de presión competitiva, bajos tipos de interés, y asistimos también a un cambio del comportamiento de los clientes, adoptando de manera acelerada los canales digitales y también nuevos competidores que vienen del mundo digital», ha dicho este mismo martes el presidente de BBVA, Carlos Torres, durante la junta de accionistas del banco vasco que se ha celebrado en Bilbao.
En esta junta de accionistas ha quedado patente la mala situación en la que aseguran estar los propios empleados bancarios, tal y como han lamentado de forma continua los representantes sindicales que se han expresado en las juntas. La moral de buena parte del conjunto de la plantilla no es buena, especialmente los que se emplean en oficinas, pues denuncian que se les exige cada vez más labor comercial a pesar de que los clientes están renunciando a acudir a las sucursales en muchas ocasiones.