Adiós a esta famosa bebida española: entra en quiebra y tiene una historia de casi 150 años
Adiós a Vermut Perucchi, uno de los vermús más populares en España y en concreto, en Cataluña
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Cuando se trata de productos de consumo, existen marcas que forman parte de nuestra tradición. Ya sea de todo el país, de una región o de una ciudad y cuando se les tiene que decir adiós, desaparece con ellas una parte de la memoria colectiva. Es lo que está ocurriendo actualmente con una famosa marca de vermús que se despide y que deja huérfanos de esta bebida a muchas personas, especialmente en Cataluña.
La marca no es otra que Vermut Perucchi, que es de las más emblemáticas de Cataluña y todo un símbolo para Badalona, pero que ha entrado en concurso de acreedores tras casi siglo y medio de historia. El anuncio ha caído como un jarro de agua fría para quienes han crecido viendo esa botella en casa de sus abuelos o para quienes hacían del vermut del domingo una tradición sagrada. La empresa, que en 2026 iba a celebrar su 150 aniversario, ya ha sido puesta a subasta por el Juzgado Mercantil número 9 de Barcelona. Y aunque hay sobre la mesa una oferta para adquirir sus activos, lo que se avecina no es precisamente un homenaje a su legado, sino un cambio de rumbo radical que podría borrar su esencia para siempre.
El declive de Perucchi no ha sido repentino, sino lento y doloroso. Años arrastrando problemas económicos, disputas internas y una lucha de poder con el fondo francés que controla parte de la empresa han desembocado en una situación límite. Y detrás de cada cifra hay personas, empleos, historias. Por eso, este adiós no es solo empresarial: es, en cierto modo, cultural y emocional.
Adiós a esta famosa marca de vermús española
Fundada en 1876, Vermut Perucchi es más que una marca: es una institución. Se trata de uno de los primeros vermús elaborados en España, creado siguiendo una receta secreta que combinaba vinos seleccionados con hierbas aromáticas y botánicos. Su sabor suave, pero lleno de matices, se convirtió pronto en sinónimo de calidad y distinción.
Durante décadas, Perucchi fue protagonista en las barras de los bares más elegantes de Barcelona y alrededores. Su fama trascendió fronteras y logró posicionarse en el mercado gourmet como un producto premium, con una identidad muy marcada y un sello inconfundible.
Una batalla interna que acabó en los tribunales
El declive de la empresa no se debe sólo a los cambios en el mercado o a las nuevas modas de consumo. En realidad, su caída es el resultado de una guerra interna entre los gestores actuales y el fondo francés Magellan & Cheers, que posee casi un 41 % del capital. Desde hace años, ambas partes mantienen un tira y afloja constante, pero fue en abril cuando la situación estalló del todo.
El CEO de Magellan & Cheers, Jean Noël Reynaud, acusó públicamente a los administradores de ocultar información clave, de inflar el valor de los activos intangibles y de no ofrecer las garantías mínimas para que el fondo pudiera plantear una ampliación de capital que salvase la empresa sin necesidad de venderla. Según Reynaud explica a Economía Digital, se tomaron decisiones contables que «rozaban lo penal» y no quisieron ser partícipes de lo que consideraban una gestión irresponsable.
Frente a este escenario de desconfianza absoluta, los gestores optaron por acudir al juzgado y abrir un proceso concursal que les permitiera desprenderse de la compañía y buscar un comprador. Esta vía ha sido interpretada por algunos como una forma de deshacerse de la presión de los socios minoritarios, mientras que otros lo ven como el último recurso para salvar lo que se pueda.
Posible compra por parte de Destilerías Miró
En este contexto complicado, ha surgido una única oferta formal para hacerse con los activos de Perucchi. La propuesta llega desde Reus, de la mano de Destilerías Miró, una de las grandes rivales en el sector del vermut en Cataluña.
A primera vista, podría parecer una buena noticia, pero la letra pequeña preocupa, y mucho. Porque si la operación sale adelante, lo primero que pasaría sería el cierre definitivo de la fábrica de Badalona. Toda la producción se trasladaría a Reus, con la consiguiente pérdida de empleos y el desarraigo total del producto respecto a su lugar de origen. Además, Perucchi pasaría a integrarse como una línea de vermut de bajo coste, pensada para grandes superficies, perdiendo así el carácter exclusivo y artesanal que la ha distinguido siempre.
Para muchos, esto supone no sólo el final de una etapa, sino una auténtica traición al legado de la marca. Lejos de celebrar los 150 años con una campaña especial (como había planteado inicialmente Magellan & Cheers), lo que se avecina es un cambio de ADN que borra décadas de identidad.
Y no sólo eso, la noticia del concurso de acreedores ha generado inquietud entre los trabajadores, pero también entre las administraciones locales y los consumidores más fieles. Perucchi no es sólo una empresa: es un pedazo del patrimonio industrial y cultural de Badalona. Su desaparición supondría no solo un golpe económico, sino también simbólico para la ciudad.