Tras las sanciones de Trump contra Maduro

El futuro económico de Venezuela en manos de China, India y Rusia

Nicolás Maduro
Nicolás Maduro. (Foto: AFP)
María Villardón

Venezuela, con una economía vertebrada en la industria del petróleo, exporta crudo fundamentalmente a EEUU, India, China, Centroamérica y la zona del Caribe. Sin embargo, los únicos países que generan ingresos reales para las paupérrimas arcas venezolanas son los dos primeros. Con China tiene una deuda tan alta que es ‘comido por servido’ y Rusia tiene en sus manos la mitad de su filial estadounidense Citgo a cambio de un préstamo de casi 2.000 millones de euros. 

Venezuela tiene déficit de moneda estadounidense, tanto es así que se ha creado un verdadero mercado del estraperlo alrededor del dólar. Sin embargo, Nicolás Maduro, de acuerdo con The Wall Street Journal, ha ordenado que las operaciones alrededor del crudo del país se cierren en monedas que no sean el billete verde. Según la misma publicación, el presidente ha indicado que las transacciones se hagan en euros.

Una política ‘antidólar’ de Maduro que llega después de que Donald Trump, presidente de los EEUU, haya prohibido de manera explícita la compra de deuda pública venezolana por parte del país o de cualquier ciudadano estadounidense.

PDVSA, la petrolera estatal de Venezuela, ya ha comunicado a sus clientes que si quieren seguir haciendo negocios con la compañía tendrán que abonar sus facturas en una divisa distinta al dólar. Un nuevo sistema de pago internacional para “librarse del dólar” y con las monedas de libre conversión como el Yuan, el Yen, el euro y la rupia como los nuevos protagonistas monetarios.

Maduro
Xi Jinping, presidente de China y Nicolás Maduro, presidente de Venezuela (Foto. Getty)

Con el rechazo frontal de la mayor parte de los países latinoamericanos y EEUU ante la continua violación de los Derechos Humanos, a Venezuela no le ha quedado más remedio que mirar a otros mercados. Rusia, lejos de guardar silencio ante las sanciones internacionales, demandó a la comunidad internacional “moderación” y les pedía que dejaran de lado sus “planes destructivos” para con Venezuela.

A Rusia no le interesa un veto internacional a Venezuela, aunque tampoco le interesa que la industria petrolera en el país se recupere al 100%. El país de Vladimir Putin aprovecha la fragilidad de las cuentas venezolanas y ofrece a Maduro ayuda económica, pero pagando un precio demasiado alto y condenando a Venezuela a una dependencia atroz de la inyección monetaria foránea.

La mitad de Citgo, la red de gasolineras de EEUU, está en manos de Rostnef como aval por un préstamo de 1.600 millones de euros que la petrolera estatal rusa le hizo a Maduro. Pero no sólo eso, el país de Putín no escatima a la hora de sacar rendimiento económico de las delicadas finanzas venezolanas. El ejecutivo latinoamericano intenta cerrar un nuevo préstamo de 5.000 millones de dólares a cambio de concesiones de explotación de petróleo.

El hecho de que Rusia se quede con la mitad de Citgo es algo que preocupa a EEUU, pues creen que podría suponer un riesgo para la seguridad nacional del país.

También podrían ser un salvavidas para Venezuela sus relaciones comerciales con China e India, claro, aún se desconoce a qué precio. El segundo es el único país abona las transacciones de crudo en efectivo. Un modo de pago que era el que usaba EEUU antes de vetar al régimen de Maduro y cualquier cooperación comercial con Venezuela.

Venezuela tiene una deuda con China de 65.000 millones

El ejecutivo venezolano tiene una deuda con China de 65.000 millones de euros, una cifra nada despreciable y es una señal inequívoca de que el gigante asiático está dispuesto a sacar el máximo partido a la crisis del país. Los expertos aseguran que la exportación de crudo a China no genera ingresos, todo el beneficio se queda como pago de deuda.

Venezuela
Nicolás Maduro en un acto de PDVSA en 2016 (Foto. Flickr)

No obstante, los expertos creen que al contrario que Rusia, China no se va a posicionar públicamente ni apoyando ni criticando el Gobierno de Maduro

Por su parte, India sí que podría tomar un papel fundamental a la hora de dar un bálsamo a las finanzas venezolanas. Es el único país junto a EEUU que genera ingresos reales y en efectivo, al contrario que Rusia y China, pues Venezuela se convirtió en el proveedor de crudo oficial del país hindú tras las sanciones de Europa y EEUU al sector petrolero de Irán.

Hoy en día India importa más de 4 millones de barriles al día, 300.000 de los cuales llegan del país latinoamericano. Sin embargo, en India se muestran preocupados por los derroteros de la crisis en Venezuela ya que tienen compañías petroleras operando en el país en alianza con PDVSA. Es el caso de ONGC Videsh, Indian Oil Corporation y Oil India, que han invertido en los campos petroleros Carabobo y San Cristóbal aunque reduciendo a la mitad su producción por el éxodo de capital humano y escasez de equipos.

De hecho, India reclama a PDVSA alrededor de 600 millones de dólares en dividendos atrasados por el proyecto petrolero en San Cristóbal. No es de extrañar que ante la deuda contraída, Venezuela termine optando por pagar con petróleo, un gesto que generará déficit de moneda en Venezuela. 

EEUU
Una de las gasolineras de Citgo, filial de la petrolera estatal de Venezuela en EEUU. (Foto: Citgo)

Hasta el momento no se había planteado un escenario en el que EEUU cerrara el grifo a la compra de deuda venezolana o a la limitación de relaciones comerciales entre ambos países. Lo cierto es que Venezuela tiene gran dependencia de los mercados financieros extranjeros y de sus lazos comerciales con el exterior, si Venezuela quedara en el ostracismo económico el Ejecutivo de Maduro tendría que buscar alternativas al país de Trump y, a tenor de los últimos gestos del dictador, está comenzando a hacerlo.

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