«No hay que entrar en sus provocaciones, nosotros al fútbol»

La pizarra de Zidane no está llena de flechas, porque madridistas y rojiblancos se conocen a la perfección. El Cholo lleva cuatro años con una misma idea de fútbol y, a pesar de que cambian los jugadores, el sello del Atlético de Simeone se mantiene casi inalterado temporada tras temporada.

En el vestuario del Real Madrid hay una preocupación que va más allá de lo puramente futbolístico. Por supuesto que entre los jugadores se ha hablado del peligro del Atlético a balón parado, de los desmarques de ruptura de Griezmann, del desborde de Saúl o de la capacidad de Fernando Torres para encontrar huecos a la espalda de los centrales.

Pero también los jugadores del Madrid han hablado del fútbol que no se ve, del que incomoda, del que saca de sitio a los virtuosos y hace brillar a los obreros. Tanto Zidane como sus jugadores saben que el Atlético es un equipo que no se sonroja por hacer faltas y por interrumpir el juego del rival las veces que sea necesario.

“Si fueron capaces de desquiciar al Barça o al Bayern también nos pueden desquiciar a nosotros”, dice uno de los veteranos del vestuario madridista. Entre los futbolistas se repite una idea: “Nosotros al fútbol, no entramos en sus provocaciones”. En la caseta de Valdebebas saben que si el partido va tranquillo, el Real Madrid tiene ventaja, pero que si se vuelve bronco y muy interrumpido, “será el escenario que mejor le viene al Atleti”.

La idea que ha transmitido Zidane a sus jugadores es muy clara: “Cuanto más tiempo tengamos el balón, menos corremos nosotros y más corren ellos”. El objetivo del Real Madrid es plantear un partido similar al del City en el Bernabéu: no dejar espacios a la contra y gobernar el partido al ralentí para acelerar cuando el balón llegue a la BBC.