Zidane y su equipo coinciden: «Físicamente estamos justo donde queríamos: a tope en abril»

Misión cumplida. La prioridad de Zinedine Zidane cuando tomó las riendas del Real Madrid era recuperar físicamente a una plantilla hundida, castigada por las lesiones y que no había hecho una pretemporada adecuada, y conseguir que el equipo alcanzara su tope físico a comienzos de abril, justo para afrontar las últimas ocho jornadas de Liga y los cuartos de la Champions.

Y Zidane lo ha conseguido. La exhibición física del Real Madrid en el Camp Nou, especialmente en los últimos 20 minutos del Clásico donde encerró al Barcelona en su área incluso con un jugador menos, demuestra que la plantilla madridista ha llegado al momento cumbre de la competición –de la Champions, especialmente– en su plenitud física.

Ni a Zidane ni a sus ayudantes les sorprende. «Físicamente, estamos justo donde queríamos: a tope en abril», comentan. El plan trazado por el técnico francés, consensuado y supervisado por su preparador físico, Bernardo Requena, y el resto de su cuerpo técnico, ha salido a la perfección.

«Cuando llegamos, el equipo estaba roto físicamente»

«Cuando llegamos, nos encontramos a un equipo en un nivel físico bajísimo» –dice uno de los ayudantes de Zidane– «y aprovechamos el mes de enero, donde sólo teníamos un partido a la semana, para diseñar una de pretemporada con mucha carga de trabajo. Sabíamos que el equipo lo iba a pagar físicamente en febrero y parte de marzo, pero que llegaríamos al mes de abril en el pico de forma óptimo».

El trabajo de Zidane y de todo su cuerpo técnico ha dado sus frutos y el Real Madrid ha alcanzado un nivel físico que le puede permitir competir contra cualquier rival y en cualquier escenario, como se vio el sábado en el Camp Nou. Más allá del repaso táctico de Zizou a Luis Enrique en la pizarra, el equipo también dio un baño físico a un Barcelona que acabó roto, desfigurado y con la rodilla hincada sobre el césped.

Los responsables del trabajo físico del Real Madrid están convencidos de que el equipo puede mantener este nivel de forma en el mes y medio que resta de competición y cruzan los dedos para que la plaga de lesiones que ha asolado al vestuario blanco esta temporada sea ya historia. «Si las lesiones nos respetan, podemos plantarle cara a cualquiera», aseguran con la mente puesta ya en la Undécima, que parecía un sueño hace un mes y que ahora más de un madridista ya ha empezado a ahorrar para comprar las entradas de la final de Milán.