Rey Mago Campazzo
Las rachas vienen y van. Si hace un mes el Real Madrid era un mar de dudas entre lesiones y malos resultados, la dinámica ha cambiado por completo en las últimas fechas. Los blancos sumaron ante el Maccabi de Tel Aviv su octava victoria consecutiva en una exhibición coral de los muchachos de Pablo Laso, esta vez liderados por un excelso Facundo Campazzo.
Maccabi, sin sus estrellas Norris Cole ni Deshaun Thomas disponibles para el duelo, lanzó un órdago inicial con el que buscó intimidar al Real Madrid. Los hebreos exhibieron un acierto desde la línea de tres que dejó frió al Palacio con un 6 de 7 en triples encabezados por un inspiradísimo Pierre Jackson.
Los visitantes se llegaron a marchar hasta el 15-26, pero un parcial de 10-0 del Real Madrid para cerrar el primer cuarto daba constancia de que todo se había tratado de una desconexión defensiva de los blancos. En dicha racha, Santi Yusta –7 puntos– mostró que su proceso de maduración progresa más que adecuadamente.
Doncic no entró en el choque hasta el segundo cuarto y quizá fue uno de sus peores días de la temporada porque el marcaje pegajoso de DeAndre Kane apenas le dejó margen de maniobra –3 de 10 en tiros de campo–. El Maccabi se dejó el alma por aguantar el pulso ofensivo al Real Madrid y al descanso se alcanzaban unos guarismos más propios de NBA con 50 puntos para los visitantes.
La defensa y Campazzo lo cambiaron todo
Fue en ese momento cuando Laso pidió un cambio de chip a los suyos que cortocircuitó a los israelitas por completo. El Madrid empezó a defender con una fortaleza y hambre inusitadas personificándose esta entrega en Campazzo y Carroll. Los dos bajitos no paraban de robar y molestar a un Maccabi que se diluyó como un azucarillo.
Los locales aprovecharon el bajón rival para firmar un magnífico parcial de 15-0 con Campazzo –13 puntos y 21 de valoración– desatado con dos triples. El argentino fue, de largo, ese factor diferencial para los blancos mostrando una gran capacidad a ambos lados de la cancha. Secó a Jackson con una defensa imponente con el cuerpo y luego tuvo las piernas necesarias como para castigar en ataque al norteamericano.
El último cuarto se quedó en un trámite, pues los blancos ya habían sentenciado el duelo en esos minutos mágicos de Campazzo. A la gran actuación del base se unió un Eddy Tavares con ganas de reivindicar su posición con un doble-doble (10 puntos y 12 rebotes) ante los pívots que tantos problemas crearon al Madrid en el duelo precedente. En esa pomada también se metió un Felipe Reyes que vive en una constante máquina del tiempo con 14 puntos en 18 minutos. Todo son buenas noticias para un Real Madrid que sólo tiene que pedir a los Reyes Magos salud. El resto lo tienen para ganar la Euroliga.