Hamilton no falla en el soberbio rodeo de Carlos Sainz y Fernando Alonso
En el engendro de alquitrán creado para el rodeo de monoplazas, Carlos Sainz montó su Renault más allá de lo ordinario. El talento se liberó en la mecánica de su nuevo monoplaza, sus nuevos colores le dibujaron una teoría que ahora es práctica: Q3, octava posición, por delante de Nico Hulkenberg. El campeón se esconde todavía en su juventud: lo mejor sí que está por llegar.
Su primer destello fue la Q1: vuelta sobre la bocina, quinto, 3 décimas a su compañero. Era fácil sonreír, también viendo a Fernando Alonso en la octava. La aerodinámica del McLaren está al nivel; Honda mejora, ya sin sentido, y el motor Renault- Verstappen segundo- ilusiona a todos. La esperanza resucita con sabor a champán y roquefort. Vive la France!
Así las cosas, la primera fase desveló una verdad vista anteriormente: Sauber, muy fuera del nivel; Hartley, antagónico al ritmo de Kvyat; y Lance Stroll… mal. Casi se golpea con Grosjean, en un movimiento dudoso, y fuera en Q1… con el Williams. Para pensárselo dos veces. La agitación, como en un partido de NBA, llegaba en el segundo asalto.
Allí Fernando Alonso exprimió el zumo de su naranja MCL32: octavo, en Q3. El enésimo aviso de que sigue aquí, con el ansia eterna de volver a ganar. Un campeón esperando una pareja a su altura, que le permita bailar con los Lewis Hamilton, Vettel y Red Bull. Carlos Sainz también colocó su Renault en la última sesión. Pasado, presente y futuro español en la zona donde se forjan las leyendas de los sábados. Allí, Fernando fue noveno; Sainz octavo. Poco a poco.
Lewis Hamilton, en una lección más que sabe a tetracampeonato, se llevó la pole en el Circuito de las Américas. Vettel se colocó por detrás, lejos todavía del británico: aquí los Mercedes son intratables. Bottas, tercero. El pescado, salvo milagro, parece vendido. Algún rezo nocturno, acompañado de un domingo imposible, podría seguir dando esperanzas a la parroquia de Ferrari. El rojo renació en 2017, pero todavía no parece encontrar la manera de derrocar a Mercedes. Y es que, en 2018 se vienen más gallos…