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Nico Pino: «Sigo con el programa de Fórmula E, pero si hay opción asumiré cualquier puesto en F1»

El joven piloto chileno se sienta con OKDIARIO para analizar el presente y futuro de su prometedora carrera automovilística

Mantiene el foco en la Fórmula E, pero no le pierde el ojo al Gran Circo

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«Cada vez evolucionan más los coches. Nuevos sistemas, nuevas tecnologías… El piloto debe tener buena capacidad de adaptación». Las palabras de Nico Pino (Chile, 2004) rezuma madurez cuando saca el bisturí para analizar su trayectoria. Reflejan el atributo indispensable de la nueva hornada de pilotos, cuya relevancia aumenta más en un deporte que vive de la mano de la innovación.

La edad de Nico, que sopló las 20 velas de su tarta hace poco menos de un mes y medio, puede llevar a equívoco. Ha vivido varias vidas en una. A los 14 años emigró de su Chile natal a Europa, cuna del automovilismo. Se asentó en Italia, pero su techo fue mudando de piel en función de los países en los que competía. Ha sido un nómada del motor en su adolescencia hasta que hace tres años se asentara en Madrid.

«En Nápoles vivía solo», asegura durante su conversación con OKDIARIO en su centro de entrenamiento. El rostro de Nico habla por sí mismo. Desprende sapiencia cuando habla del motor y concentración cuando se sube al simulador. Pino, que se convirtió el año pasado en el piloto más joven de la historia en subirse al podio en las 24 horas de Le Mans, está centrado en el programa de la Fórmula E, pero mantiene la avidez para asumir cualquier puesto en Fórmula 1.

«Para el próximo año seguiremos con el programa de la Fórmula E, también con el foco en 2026 y la posible carrera en Chile, que sería una gran oportunidad para mi. Aunque si tengo la opción de ir a la Fórmula 1, la voy a tomar. Ningún piloto puede rechazarla. Es una categoría que me interesa mucho por el tema de la innovación y el desarrollo constante, que es algo que me apasiona», explica.

Versatilidad, la clave

Pino finaliza una temporada, a caballo entre el IMSA y el WEC, traducida como la de mayor aprendizaje para su carrera. Ha firmado, a los mandos del McLaren, su segunda participación en las 24 horas de Le Mans y también ha tomado contacto con la Fórmula E gracias a Maserati. Cuatro programas que han dibujado una campaña cargada de pruebas.

«Fue una de las temporadas más intensas en mi carrera. Fueron cuatro programas distintos. Además, en Fórmula E fue todo muy intenso y positivo desde mi punto de vista personal. En resultados no fue como hubiéramos esperado, pero lo tomo como un año de mucho aprendizaje, que dentro de todo te sigue abriendo más puertas para el futuro. Estoy feliz con el trabajo hecho esta temporada», asegura Nico Pino.

Pino se encuentra en esa fase de forjar su personalidad como piloto, posición que demanda mayor conocimiento ha medida que pasan los años. En la capacidad de adaptación está la virtud. «Todo evoluciona constantemente. Los autos, los sistemas, las tecnologías, las condiciones del asfalto… Hay que tener esa cualidad para saber adaptarse a cualquier categoría que vaya afrontar en el futuro», describe el piloto chileno.

Nico aboga por la versatilidad, pero no esconde lo que mejor se ajusta a sus condiciones como piloto. «Creo que el WEC. Visualmente me gusta más el estilo de los circuitos. Es una carrera más de excelencia, por decirlo de alguna manera. Hay menos banderas amarillas, menos incidentes. Es 100% maximizar lo que tú puedes hacer como piloto en una carrera. Si cometes un error, estás fuera. Los autos son muy fiables y es trabajo como equipo y de pilotos exclusivamente, en el IMSA hay muchas variables que pueden perjudicar la carrera o al mismo tiempo tener un poco de suerte y poder hasta ganar».

Nico Pino, un apasionado del motor por casualidad

Los inicios de Pino en el automovilismo se remontan a su Chile natal, cuando fue a comprar carne para el asado en plenas Fiestas Patrias chilenas. Se aburría y lo único que estaba abierto era un karting cercano. Se subió a uno y ya no se ha vuelto a bajar. Más de una década con un volante entre las manos. Sufrió un fuerte accidente en sus primeros años que, lejos de alejarle de los circuitos, convencieron a su familia de que debía seguir pegados a ellos.

«Me inicié en este mundo de casualidad. Era un 18 de septiembre, en plenas Fiestas Patrias, cuando me subí en el karting, corrí unas vueltas y me apasionó. Para mi familia siempre ha sido un tema de formación por los valores que transmite. Rápidamente fuimos a correr Argentina, Estados Unidos y luego a Europa y cuando cumplí 14 años tuve un accidente fuerte donde mi familia se dio cuenta que de verdad me apasionaba el deporte porque quería volver a correr el día siguiente, aunque estuviera todo fracturado. Y tomamos la decisión de que me fuera a vivir solo a Europa para poder seguir con el objetivo de llegar a las grandes ligas», asegura Nico Pino.

El chileno se fracturó el brazo y los dedos de la mano, pero su pasión le impulsó. Es sabedor de que la energía es clave para llegar hasta su objetivo. A Sainz y Alonso les ha funcionado. «Son unos machacas que se dice en Chile. Perseveran para conseguir los resultados. Ninguno ha influido en mi trayectoria, pero ojalá pueda suceder algún día. Han hecho una carrera impresionante. Representan grandes valores», asegura Nico Pino, que sueña con erigirse como exponente del automovilismo chileno, carente de referentes modernos.

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