Nadal da una lección a De Miñaur y se cita con Berdych en octavos
Rafael Nadal logró el pase a los octavos de final del Open de Australia tras derrotar a Alex de Miñaur en tres cómodos sets. El tenista balear se medirá a Berdych por un puesto en cuartos.
El profesor Nadal ya está en octavos de final del Open de Australia. Tercer tenista en su camino, tercer australiano, y tercera victoria inapelable. El número dos del mundo se mostró infranqueable una noche más y dio una lección a uno de los tenistas con más futuro del circuito, un Alex de Miñaur que acabó por rendirse (6-1, 6-2, 6-4) ante la sobresaliente actuación de Rafa, acertado en sus golpes y preparado en lo físico para seguir avanzando en el primer Grand Slam del año. Próximo escollo, un viejo conocido como Tomas Berdych.
Era un partido esperado, sobre todo por el público local, y comenzó confirmando que el respetable no se equivocaba al tildarlo de partido estrella del día. Unos juegos iniciales interminables permitieron entrar en caliente a jugadores, espectadores y telespectadores, y con un Ojo de Halcón que lejos de lo falible o infalible de sus decisiones demuestra algo que el famosísimo VAR del fútbol aún no puede ni soñar. El tenis confía en él.
Las decisiones objetivas de la tecnología y el talento natural permitieron a Rafa lograr una ventaja merecida y que sirvió de apertura para el festival que el español estaba dispuesto a brindar en el encuentro. De Miñaur tiene material para asegurar un futuro espléndido en el tenis, pero el presente se llama Rafael y se apellida Nadal, y no tenía pensado dar opciones de sorpresa en su reaparición en el circuito.
Nadal tiene entre ceja y ceja el pelear por el Open de Australia. Es su enésima reaparición y de nuevo está obligado a demostrar que su nivel no ha bajado. En los partidos frente a Duckworth y Ebden dio muestras de ello, pero contra De Miñaur sabía que necesitaría más para no sufrir. Rafa mejora con mejores rivales sobre la pista, una característica que le ha acompañado desde aquel triunfal 2005 y que no ha cesado 14 años después. El primer set era de control absoluto de Nadal, cerrado en 6-1 a pesar de los destellos de De Miñaur.
El segundo parcial comenzó como un calco del primero, con De Miñaur sufriendo lo indecible para mantener su primer turno de saque. El joven australiano volvió a tirar de casta en busca de la igualada, pero Nadal ya se sabía la película de los intercambios interminables y acabó llevándose el gato al agua para construir ventaja también en la segunda manga.
El golpe fue demasiado duro para De Miñaur, que no encontraba soluciones ante el muro edificado por el número dos del mundo. Prácticamente sin cometer errores y forzando a los del contrario, Nadal prosiguió su camino con un único sobresalto, el propiciado por su rival en el último juego del parcial, tres pelotas de break que no pasaron a mayores por la extrema solidez del número dos del mundo, que ponía un pie en octavos al cerrar el set por 6-2.
Rendidos ante Nadal
Los aficionados aussies, clara y lógicamente del lado de De Miñaur, no cesaron en su empeño de ver más tenis y apoyar a su compatriota en un imposible, pero la concentración de Rafa está por encima de cualquier elemento externo, y prácticamente siempre también de sus rivales sobre la pista. Para no romper con la tradición ni caer en sobresaltos, el manacorense volvía a quebrar el saque de Alex de salida en el tercero y dejaba las esperanzas de la joven perla tan hundidas como el Titanic.
El físico de Nadal quedaba más que confirmado tras dos partidos y medio en progresión, y el toque de muñeca se sumó a la ecuación hasta arrancar los aplausos de De Miñaur, reconocido fan de Federer, pero que no pudo evitar rendirse como lo que es, un adolescente amante del tenis, a lo que tenía al otro lado de la red en la Rod Laver Arena.
Suelto y conocedor de su destino, De Miñaur dejó momentos de gran tenis que le permitieron disfrutar de su primer gran partido en la central del Open de Australia. El joven Alex se resistió con golpes que levantaron al público de sus asientos, pero la victoria ya tenía dueño y tras poco más de dos horas de partido y con un resultado idéntico al de su único precedente anterior –Wimbledon 2018–, se confirmó del lado de Nadal.
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