Monchi y Lopetegui: el triunfo de un matrimonio perfecto
El tiempo ha dado la razón a Monchi tras su apuesta arriesgada por Julen Lopetegui para hacerse cargo del vestuario del Sánchez Pizjuán. El técnico vasco comenzó su andadura en Nervión entre pitos pero 14 meses después de su llegada ha reconducido al Sevilla a la senda del éxito con una nueva Copa en la Europa League
Monchi y Julen Lopetegui han conseguido devolver a la senda del éxito al Sevilla, con un trabajo en equipo que ha obtenido como fruto la conquista de la sexta Europa League por el club hispalense. El director deportivo del Sevilla arriesgó designando al técnico vasco para llevar el banquillo del Sánchez Pizjuán, una apuesta controvertida que, sin embargo, ha terminado acallando a todos.
El pasado verano, Monchi regresaba al Sevilla tras su periplo en la Roma. El director deportivo del club hispalense tenía claro quién debía sentarse en el banquillo del Sánchez Pizjuán: Julen Lopetegui. Una designación para muchos impopular, especialmente tras su salida de la selección y su breve paso por el Santiago Bernabéu. Pero Monchi no tenía dudas y vio en el técnico vasco las cualidades que el equipo necesitaba para reencontrarse con su mejor versión.
«Capacidad de trabajo, competitividad y manejo de grupo», enumeraba recientemente Monchi como las virtudes que reunía Lopetegui y que le hicieron decantarse por él para el banquillo. La principal fortaleza del Sevilla en esta temporada, convulsa para todos, ha estado en la fuerza del equipo, en luchar colectivamente por encima de individualidades. Ese trabajo les ha permitido lograr una más que meritoria cuarta plaza en Liga para meterse directamente en la Champions, pero ha sido la Europa League la que les ha llevado de nuevo a la gloria.
El equipo se repuso de las adversidades y ha logrado que todos remen en la misma dirección. La lesión de Vaclick dio relevo a Bounou bajo palos y el guardameta marroquí ha sabido aprovechar la oportunidad siendo clave en la fase final en Alemania. También Munir ha sido importante tras el parón, para unirse al trabajo de Ocampos, Navas y compañía. Los pitos del principio a Julen Lopetegui desde la grada se han transformado en sonrisa en una afición sevillista que ya espera a sus campeones de vuelta. La apuesta del «inconsciente» Monchi -como se definió a sí mismo el día de la presentación de Lopetegui-, resultó ser ganadora.