Molinari y Tiger se citan en la jornada final de Augusta y Rahm pierde sus opciones
El Moving Day del Masters de Augusta dejó claro que el nivel del primer major del año es altísimo y que un grupo numeroso de golfistas llegan a la última jornada con opciones de hacerse con la chaqueta verde. Entre ellos no está, al menos si atendemos a la lógica, un Jon Rahm que no tuvo un día más allá del aprobado en el Augusta National Golf Club, cumpliendo el par del campo pero viendo como el líder Francesco Molinari se le va a siete golpes, distancia prácticamente insalvable con una quincena de jugadores entre el de Barrika y el italiano. Tiger Woods, que sigue en un gran momento, sí quiere aspirar a su quinta chaqueta verde y se coloca en segunda posición con el público esperando que el tigre vuelva a rugir en un domingo de incertidumbre debido a la meteorología.
Un día soleado a la espera del fatídico parte meteorológico del domingo lucía en Georgia, con muchos aspirantes en un día que tradicionalmente ha limpiado el cuadro hasta establecer favoritismos que en esta ocasión se transmitieron, pero dejando pie a un gran número de outsiders en el último día. Francesco Molinari, que partía en el partido estelar junto a Jason Day, se coronó como la estrella del sábado a pesar de que Finau y Simpson se habían empeñado en añadir picante a la clasificación con sendas tarjetas de 64 golpes.
El golfista italiano, uno de los más completos si no el que más en el panorama actual, completó un día majestuoso destacando sus golpes de aproximación a green, a través de los cuales gestó una distancia de dos golpes, de su -13 al -11 de Tony Finau y un resucitado Tiger Woods, absoluto favorito del público presente en el Augusta National Golf Club y del que se espera muchísimo en la jornada del domingo. El Tigre está inspirado y quiere volver a rugir, volver por sus fueros en un campo en el que se ha coronado campeón hasta en cuatro ocasiones.
En el otro lado de la balanza se encuentra Jon Rahm. El golfista de Barrika, sin hacer un mal recorrido en el Moving Day, no estuvo al nivel de lo que se espera de un candidato firme al título en un major. El bogey en el hoyo 18 empañó un eagle que había devuelto la esperanza al público español en el 13 y le deja muy lejos, a siete golpes de Molinari y con escasísimas opciones de triunfo en Augusta.