Llorente tumba al campeón
El Atlético venció 2-3 frente al Liverpool en Anfield tras un partido agónico que se fue a la prórroga. El doblete de Marcos Llorente y el tanto de Morata permiten a los del Cholo Simeone pasar a los cuartos de final de la Champions League
El Atlético de Madrid lo volvió a hacer, pero esta vez ganando. Como en 2010, los rojiblancos eliminaron al Liverpool en Anfield. Marcos Llorente vacunó al conjunto de Klopp con un doblete cuando los reds vencían 2-0 en la prórroga. Morata hizo el 2-3 final en el descuento de la prórroga. El centrocampista salió en la segunda parte y revolucionó a los suyos, que además de firmar esos dos golazos impedía que se repitiese lo de Turín, plantaba a los suyos en los cuartos de final de la Champions League.
Anfield. Público en las gradas. Himno de la Champions. Gargantas desgañitándose cantando el You’ll Never Walk Alone. Otras 3.000 almas en la grada visitante que parecían 60.000. El fútbol como forma de evadirse del coronavirus. El fútbol como pasión y manera de vivir. El fútbol y su ambiente que, por culpa de ese virus, podemos perder varias semanas. Pero disfrutemos del momento, que no sabemos cuándo volveremos a ver un estadio con tanta vida. Rodaba ya el balón sobre el césped.
Con una novedad salía el Cholo Simeone al césped de Anfield para defender ese 1-0 que logró el Atlético en la ida. Diego Costa aparecía en el once, reemplazando al tocado Morata, y con Joao Félix a su lado. Por detrás, una línea de cuatro centrocampistas en la que estaban Koke, Saúl, Thomas y Correa. En defensa, Lodi y Trippier en las bandas y Savic y Felipe como la pareja de centrales. Para frenar a los reds, el de siempre: Jan Oblak.
Delante un Liverpool que desde el primer minuto tenía que tirar a puerta, aunque el balón resonase en las vallas publicitarias para que su público se viniese más arriba aún. Sin Fabinho en el once y con Adrián de portero los de Klopp vieron como el Atlético fue quien dio ese primer golpe contra la publicidad. Movimiento exquisito de Joao Félix y pase al hueco a un Diego Costa que la mandó al lateral de la red.
Durante el primer cuarto de hora, el Atlético jugó de tú a tú al líder de la Premier League. Ambos conjuntos tuvieron llegadas. Wijnaldum avisó, un centro forzado de Trippier no llegó a buen puerto y Salah la mandaba a las nubes. A partir del cuarto de hora, los de Simeone pasaron a aguantar. Los rojiblancos fueron la resistencia, ni Broncano ni los de La casa de papel, el que resistía era el cuadro visitante.
Resistencia colchonera
Felipe y Savic estaban inconmensurables en cada centro. Repelían cada balón ganando cualquier duelo. Koke, Thomas y Saúl presionaban como leones, pero el Liverpool encontraba con pases en largo la forma en la que superarlos. Así generaron un peligro que siempre acababa topándose con Jan Oblak. Ni Mané ni Chamberlein pudieron encontrar la forma de superar al esloveno, que parecía haberle echado el candado en su portería… hasta que llegó Wijnaldum en el peor momento.
Minuto 42 -como en 2010-, el Atlético ya pensando en irse 0-0 al descanso, pero un centro desde la derecha de Chamberlain encontró a Wijnaldum, el primo bueno de Drenthe. El holandés, libre de marca a la altura de penalti, remató picado con la cabeza y puso el balón a donde Oblak no podía llegar. Gol en el peor momento para los del Cholo Simeone, que tenían que marcharse a los vestuarios con la eliminatoria igualada. Lo positivo, al Atleti le seguía valiendo un gol.
Arrancó la segunda mitad con lluvia y granizo en Anfield. Los de Simeone salieron un poco más estirados, dejando algún hueco y arriesgando más para poder crear alguna ocasión de peligro, pero en una de esas Salah aprovechó la subida de Lodi para penetrar en el área y mandar su disparo a las manos de Oblak. Pero para despeje del esloveno, la de minutos después a Chamberlain con una mano abajo muy buena que mandó a córner el disparo lejano del británico.
El Liverpool aprieta
No se había cumplido la hora de juego cuando Simeone hacía el primer movimiento. Diego Costa, al banquillo, enfadado, con la sensación de no haber hecho suficiente. Llorente entraba en su lugar, mandando a Correa al ataque con Joao Félix. Sin el hispanobrasileño, primer tiro colchonero del segundo acto. Y seguidamente el segundo, ambos, detenidos por Adrián San Miguel. Hasta Saúl lo intentó desde el medio del campo cuando vio al arquero del Liverpool adelantado, pero el balón se marchó fuera.
Cuando mejor estaba sintiéndose el Atlético, una pérdida rojiblanca pudo desencadenar la desgracia. Un rechace llegó a la cabeza de Robertson y el balón fue directo al larguero. Después fue Oblak el que casi la mete en su portería, pero el esloveno es un salvador, como demostró, otra vez, segundos después con una mano providencial. Marcos Llorente daba vida al equipo en el centro del campo y en labores ofensivas, pero faltaba tomar decisiones correctas. Y es que faltaba un rematador al que colgar balones.
Klopp hacía el primero del Liverpool: Milner por un agotado Oxlade-Chamberlain. Fue el centrocampista el que se lució en la banda izquierda red para poner un centro que acabó rematando Mané de chilena por encima del travesaño de Oblak. Seguía resistiendo el Atlético gracias a su portero y a sus dos centrales que se oponían a encajar un gol que les apease de la Champions. Y si no eran ellos, era el poco acierto de los locales, por ejemplo con la que tuvo Salah después de dejar atrás a tres rivales.
Se entraron en los minutos finales, en los dos de descuento y cómo había aguantado el Atlético. Qué forma de resistir. Y casi obtiene su premio en el minuto maldito, que lo seguirá siendo, porque Saúl estaba en fuera de juego cuando mandó a gol una falta sacada por Lodi. Se revisó la jugada, se demostró que era posición antirreglamentaria y final de los 90 minutos. Nos íbamos a la prórroga. Como en 2010.
Qué manera de sufrir, de empatar y de ganar
A los 30 minutos extras saltó Vrsaljko por Trippier, que parecía tener algún problema físico. Se escuchaba más a la afición del Atlético, pero en el 93′ -como en 2010- el segundo mazazo en forma de gol red. Otro centro desde la banda derecha británica encontró la cabeza de Firmino, que la mandó al palo, pero el balón, como un imán, fue al pie del brasileño, que sólo tuvo que empujarla.
La moral de cualquier equipo se vendría abajo, pero el Atlético del Cholo Simeone, por muchas críticas, está hecho de otra pasta. Cuatro minutos -en el 97′, un poco antes que en 2010- tardó en poner el 2-1. Fallo de Adrián San Miguel al sacar, Joao Félix la controla y se la da a Marcos Llorente, que se orienta y la coloca en el palo desde la frontal del área para poner un marcador, el 2-1, que le valía a los colchoneros para estar en los cuartos.
Entró Morata para reemplazar a Joao Félix, que había hecho su tarea: asistir a Llorente. Ahora le tocaba a Álvaro llevar a cabo una contra letal en el 105, en la que acabó dándosela a Llorente, que engañó a Joe Gómez y Henderson para ajustarla al palo y poner el 2-2 que desató la auténtica locura del Cholo Simeone.
En la segunda parte entró Giménez por Correa y el uruguayo se unió a los suyos para achicar cada ataque del Liverpool. Los 3.000 irresponsables silenciaron a Anfield con cánticos hacia el Cholo Simeone o, incluso, para Fernando Torres en la que fue su casa. Si en la grada ganaban los colchoneros, en la cancha, también, porque en la última jornada, Morata se plantó solo frente a Adrián y le superó, poniendo el 2-3. Pitido final… y a cuartos.