ESPANYOL 0-2 REAL MADRID: JORNADA 4 DE LIGA

Pegada de líder

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James celebra el 0-1 del Real Madrid en Cornellá. (Getty)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

El Real Madrid tiene una mano de piedra. Una pegada de líder que le sirve para solucionar partidos trabados, atascados y un punto deslucidos como el que hicieron los blancos en Cornellá. Pero sin Cristiano ni Bale, el equipo madridista demostró que se le siguen cayendo los goles. El Renacido James abrió el camino del triunfo en la agonía del primer tiempo, para variar, y Benzema sentenció mediada la segunda parte.

Zidane presentaba un equipo que era como el David de Miguel Ángel: simétricamente puro. Rotata, sí, pero eso ya es marca de la casa como los huevos rotos de Lucio. Sin Bale ni Cristiano, el técnico del Real Madrid daba descanso a Kroos y Varane, mientras que mantenía intacta su confianza en Benzema que, como un Ferrari recién salido del concesionario, sólo necesita kilómetros para rugir.

Kiko Casilla volvía a Cornellá escoltado por la defensa de gala: Carvajal, Pepe, Ramos y Marcelo. El retorno del veterano luso al eje de la zaga concede un plus de solidez, agresividad y experiencia. Por delante Casemiro en labores de fontanería y Modric en la sala de máquinas del juego ofensivo. Junto a ellos James, dispuesto a demostrar a Zidane que la temporada pasada sólo fue un mal sueño. Arriba, dos ex pericos en las alas –Lucas Vázquez y Asensio– y Benzema como único representante de la BBC.

Dos minutos tardó Sergio Ramos en cometer su primer despiste y ver una amarilla que le lastraría para el resto del encuentro. Partido estaba el partido, aunque como el PP el Madrid gobernaba en funciones. Tuvieron la primera los moraos a los cinco minutos después de la conexión perica Lucas-Asensio, pero el mallorquín no llegó por poco en el segundo palo. Y repitió Ramos a la salida de un córner botado por James, pero su testarazo se marchó desviado.

Los centrales del Real Madrid habían llegado a Cornellá vestidos de Reyes Magos: tenían regalos para todos. A los diez minutos fue Pepe quien despejó a los pies de Leo Baptistao para dejarle solito ante Kiko Casilla, que desvió con los pies el remate del brasileño que olía a 1-0. Sufría Zidane, desesperado por los errores de su equipo que le habrían puesto, de haberlos tenido, los pelos de punta.

Casemiro, tenemos un problema

Pero todo se complicó aún más para Zizou cuando Casemiro se rompió por un golpe involuntario de Diop. El brasileño se echó al suelo y el madridismo las manos a la cabeza. Era el minuto 20 y Kroos tenía que convertir su descanso en un kit-kat. El Real Madrid tenía una lista de problemas más larga que la de los imputados en el caso de los ERE de Andalucía: errores defensivos, falta de profundidad, pérdidas fáciles de balón, ausencia de desborde, ritmo lento de juego…

El duelo tenía más interrupciones que una película de Telecinco. Faltas, juego trabado, lesionados y una insufrible sucesión de errores. A la media hora llegaba el Real Madrid sin una ocasión clara que llevarse a la boca y con una incómoda sensación de atasco. El Espanyol apretaba y generaba un punto de incertidumbre en los balones parados.

Kroos mejoró el fútbol del Real Madrid, porque su ubicuidad ofensiva permitió a los moraos dar un paso al frente. A los 39 marcó Benzema, pero estaba medio cuerpo adelantado y el asistente de Hernández Hernández le había tomado la matrícula. Bien anulado, pues. Al Espanyol se le empezaba a hacer cuesta arriba la primera parte, aunque un cabezazo desde el área grande de Baptistao lamió el palo derecho de Casilla. Afortunadamente para los de Zidane, por fuera.

James cogió su fusil

Fue entonces, con la primera parte en la agonía del añadido, cuando apareció James Rodríguez, después de 46 minutos intrascendentes, se marchó de Diop y conectó un disparo raso, que se envenenó al botar dos veces y se coló junto al poste izquierdo de Diego López, que se tiró un poco tarde. El colombiano daba plomo al Espanyol y el Real Madrid se iba al descanso con un 0-1 que valía un congo.

Salió el Espanyol dispuesto a igualar el duelo en el arranque de la segunda parte, mientras que el Madrid no encontraba el paso. Sufrían los de Zidane, pero guardaban el 0-1 como oro en paño. A los 58 pudo sentenciar Benzema en un acrobático remate de media volea que rechazó a bocajarro Diego López con una sensacional mano.

A los 60 Zidane sentaba a James y metía a Isco. No le temblaba el pulso al técnico francés de retirar al colombiano, visiblemente cansado. Benzema hizo lucirse de nuevo a Diego López en un disparo desde el pico del área. Y a la tercera el gato arañó a los pericos. Fue una buena jugada coral del Real Madrid, que concluyó en la apertura de Carvajal hacia Lucas Vázquez. De canterano a canterano. El gallego puso el pase de la muerte al área pequeña donde Benzema se adelantó a su par para hacer el 0-2. Zidane respondía sacándole del campo y metiendo a Morata. Porque Zizou los tiene bien puestos: los dos goleadores al banquillo.

Al filo del 75 una mano salvadora de Casilla evitó el 1-2 y que el Espanyol, de paso, se metiera en el partido. Fue el último picotazo de los pericos. Pasaron los minutos y el Real Madrid manejó cómodamente las postrimerías del duelo. Isco –jugadón incluido– y Lucas Vázquez estaban inspiradísimos, mientras que Kroos y Modric se bastaban para gobernar el centro del campo. Y con gobierno de los morados se llegó al final del partido. Los de Zidane sellaron el triunfo que les consolida en lo más alto de la tabla con tres de ventaja sobre el Barça y cuatro sobre el Atlético.

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