Clasificación Eurocopa 2020: Rumanía – España

España suma

Rumanía España
España venció a Rumanía y encarrilla su pase a la Eurocopa.

España suma. Y juega. Y sufre. Y tiene a la vista la Eurocopa. La victoria en Rumanía de la selección de Robert Moreno fue un golpe de autoridad. La Roja, dirigida por un gran Ceballos, dio un recital de fútbol en el primer tiempo. El portero rumano evitó la goleada. Ramos y Alcácer pusieron en ventaja a la selección pero un gol de Andone acortó distancias. Rumanía peleó hasta el final y España se quedó con diez por expulsión de Diego Llorente, pero La Roja supo sufrir en los minutos finales.

Era la España de Robert Moreno. Y el once de Robert Moreno. Y los decapitados de Robert Moreno, para empezar dos: De Gea y Carvajal. El relevo en la portería, por mucho que lo disimule, es un hecho. Kepa, aquel portero que Zidane se encabezonó en no fichar por 20 millones, ya es el titular de España y lo será también en la Eurocopa. En cuanto a Carvajal, fuera de forma desde hace año y medio, el seleccionador cree que hoy Jesús Navas, el viejo con cara de niño, está por delante. Tiene razón.

Apostó por un centro del campo con Busquets para equilibrar y tres de la sub-21 para jugar: Saúl, Ceballos y Fabián. Un centro del campo con físico, imaginación y gol. Arriba, a falta de Costa y Morata, jugaban Rodrigo y Paco Alcácer, dos delanteros con movilidad y nervio para presionar.

A los 30 segundos pudo marcar precisamente Alcácer en un mano a mano tras una asistencia tras recuperación de Jesús Navas. Lo evitó, rápido y atento, el portero de Rumanía. Repetiría en el 5 el delantero del Dortmund en otro mano a mano con Tatarusanu, que metió una mano salvadora abajo. Había salido bien España, con toque y presión, ante una Rumanía sonada que no sabía por dónde le venían los golpes.

Al acoso de España trataba de responder la selección de Contra jugando a la ídem, pero los intentos rumanos no inquietaban a Kepa. Mientras, la Roja coleccionaba ocasiones igual que un tronista colecciona tatuajes. En uno de ellos pudo marcar Sergio Ramos con un cabezazo bombeado en el segundo palo. Lo evitó, quién si no, Tatarusanu, que se había ganado en los primeros diez minutos la medalla al mérito deportivo de Rumanía.

España asedia

Otra vez el portero rumano evitó el 0-1 con una parada heterodoxa y efectiva al rechazar con los pies un remate a bocajarro de Jordi Alba después de otra magnífica asistencia del omnipresente Jesús Navas. Era un monólogo de España como los de Goyo Giménez: ágil y con gracia. Algún paréntesis intercalaba Rumanía en forma de disparo lejano o de contragolpe atolondrado. Nada preocupante.

Sí lo era el 0-0 que campeaba –qué verbo tan clásico– en el marcador pasado el minuto 20. El dominio de España era ya acoso. El gol se resistía como la tapa atascada de un bote de pepinillos. Igual bastaba con dar un par de golpecitos en un lado a la defensa rumana, superpoblada y animosa. Y el primero lo dio Aytekin, el árbitro que atracó al PSG en el Camp Nou, al señalar un penalti de oído –era penalti, por cierto– sobre Ceballos. Lo anotó Sergio Ramos, consumado especialista, con el tacto en su pie igual de firme que el pulso de un neurocirujano.

España encarrilaba, más vale tarde, un partido que había cocinado con gusto a fuego lento. La afición de Rumanía la tomó con Sergio Ramos, que había celebrado el gol en el fondo más ruidoso de la afición local, al que empezaron a pitarle como a Piqué cada vez que toca el balón en cualquier campo de España menos el Camp Nou.

Con España desatada de nuevo Tatarusanu cincelaba su leyenda evitando sendos goles. El primero de Rodrigo a bocajarro. Lo despejó a córner. El segundo, otro paradón imposible a un remate en carrera del Alcácer dentro del área pequeña. Pues así a ojo había evitado media docena de goles el portero de Rumanía en el primer tiempo. Madre mía, qué recital. Sólo gracias a la memorable actuación de su portero pudo la selección de Contra llegar viva –o medio muerta– al descanso.

Recital interruptus de la Roja

Siguió el recital coral de la selección española tras el descanso. Esta vez sí llegó pronto el 0-2 después de una jugada coral de todo el equipo en la frontal de Rumanía. Hubo una asistencia de cabeza de Rodrigo, un pase a lo Laudrup de Ceballos, un pase de la muerte de Jordi Alba y un golazo de Alcácer para abrochar una jugada magnífica.

Siguió dominando España y tuvo el 0-3 después de un disparo durísimo de Fabián, otro de los que se había crecido en el centro del campo. Sin embargo, al filo de la hora de partido llegaría el tanto local. Lo marcó Andone con un certero cabezazo después de un desajuste defensivo en el que se durmió Jordi Alba, se descolocó Sergio Ramos y se quedó bajo palos Kepa esperando que se le cayera encima el larguero.

El gol espoleó a la afición y a la selección rumana, pero España seguía teniendo la pelota. No hacía cambios Robert Moreno, a pesar de que al equipo le podía venir bien algo de oxígeno. Lo hizo en el 70, al más puro estilo Ancelotti, y metió a Oiarzabal por un fundido Rodrigo.

El tiempo y el balón jugaban a favor de España. Moreno hizo el segundo cambio. Metió a Sarabia, que debutaba, por Ceballos, uno de los mejores de La Roja. Un cuartito de hora largo le quedaba al partido y a la selección para sellar medio billete para la Eurocopa del verano que viene.

Sin embargo, España quiso darle emoción a los últimos minutos con una acción de contragolpe en la que Puscas, bullicioso todo el partido, estaba a punto de plantarse solo ante Kepa cuando fue derribado por Diego Llorente en la frontal. Aytekin no lo dudó: a la calle. La falta peligrosísima la botó el hijo de Hagi pero no tiene el toque de su padre, así que se fue a la barrera. A la selección le quedaban diez minutos de sufrimiento con uno menos.

Pasaron e incluso tuvo opciones España de hacer el tercero. Sarabia aguantó bien el balón cuando tocaba y los nuestros hicieron valer su talento con la pelota y la veteranía de Busquets y Ramos para achicar agua. También Kepa emergió con sendos paradones postreros a bocajarro en el 90. Se acabó el debate de la portería. Al final, La Roja se llevó un triunfo merecido y a muchos ratos brillante ante una Rumanía que nunca se rindió. La Eurocopa para España está como las elecciones: a la vista.

Lo último en Deportes

Últimas noticias