España sigue agrandada
Una España gigante, que vive agrandada y con razón, venció a Dinamarca en el Parken con un fútbol intenso, coral y moderno
Oyarzabal y Ayoze lograron los goles de la selección que jugó al ritmo de un inspiradísimo Dani Olmo aunque el gol postrero de Isaksen nos hizo sufrir al final
Luis de la Fuente: "¿Agrandado? Otro tiraría de carisma pero yo soy humilde"
Una España gigante, que vive agrandada y con razón, trituró a Dinamarca en el Parken con un fútbol intenso, coral y moderno. Luis de la Fuente ha conseguido con la selección lo mismo que el Coronel Truman con Rambo: crear una máquina de matar. Oyarzabal y Ayoze lograron los goles de la selección que jugó al ritmo de un inspiradísimo Dani Olmo y que selló su pase a cuartos de la Liga de las Naciones por todo lo alto a pesar de que el gol postrero de Isaksen puso algo de emoción al final del partido.
Luis de la Fuente dispuso un equipo cómo los coches que se llevan ahora: híbrido. Puso el cemento armado de sus titulares en la parte de atrás y se permitió la licencia de rotar de mediocampo hacia arriba a cuatro de sus titulares. Ante Dinamarca faltaban de inicio Fabián, Pedri, Nico Williams y Morata, que no es poca cosa y más aún si le unimos a los ausentes Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Rodri y Lamine Yamal. Por decirlo de otro modo, de la alineación con la que empezó la Eurocopa sólo estaban Laporte y Cucurella.
Por no liarnos vamos a contar no quiénes faltaban sino quiénes sí saltaban al césped del Parken de Copenhague a defender la elástica (en este caso) amarilla de España. El portero era David Raya, que se ha ganado a pulso el puesto en ausencia de Unai Simón. Pedro Porro y Cucurella defendían los costados, mientras que Vivian y Laporte ocupaban el centro de la zaga. Zubimendi se vestía el traje de Rodri –que ya no le viene tan grande– con Mikel Merino para escoltarle como en sus buenos tiempos en la Real. La línea de tres mediapuntas era para Álex Baena, Dani Olmo y Oyarzabal y el nueve era de Ayoze. Seamos sinceros: con bajas y con rotaciones seguía siendo un equipazo.
Manda España
A España le bastaba un punto ante Dinamarca o ante Suiza para asegurar el primer puesto y meterse en la fase final de esta cosa que se ha inventado la UEFA entre Eurocopa y Eurocopa y que se llama Liga de las Naciones. Los daneses, con seleccionador nuevo, apuraban sus últimas opciones (y escasísimas) opciones de ser primeros, amén de asegurar su clasificación. La carambola pasaba por ganar a España y que el lunes la campeona de Europa también perdiera en casa frente a Suiza. Lo dicho, más difícil que confiar en la inocencia de Begoña Gómez.
Sonaron los himnos a los que sucedió un sobrecogedor minuto de silencio y empezó el fútbol. Apretó de lo lindo Dinamarca en el inicio del partido. Un par de córners acularon a España para defender sus área de las acometidas vikingas. Resistimos y capeamos el temporal. Poco a poco los nuestros se hicieron con la pelota y fueron desactivando el ímpetu danés. Una llegada cocinada entre todos los jugadores de ataque, con Dani Olmo en el centro gravitatorio del fútbol, enmudeció al Parken. No acabó en gol de milagro.
Se creció España y empezó a tocar como los ángeles. En el 12 el travesaño se interpuso entre el disparo de Ayoze y el gol. La selección empezaba a aporrear el área del (hijo de) Schmeichel y se mascaba el 0-1. Y no tardaría mucho en llegar, como les avisaba. Fue en el 14. Otra vez la presión alta de la selección, hecha carne en la figura de Mikel Merino, permitió recuperar la pelota. Mikel oteó el horizonte y encontró a Ayoze a su derecha. El canario leyó el desmarque de Oyarzabal, que hizo bueno un control algo defectuoso y batió al meta danés con una suficiencia insultante. Un golazo de escándalo.
España se gusta
Dinamarca no se arrugó. De perdidos al río debieron de pensar los vikingos, que no se arredraron y trataron de recuperar el vigor perdido. Pero España es mucha España. Una doble ocasión de Ayoze, cuyo disparo rechazó Schmeichel, y de Dani Olmo, que se inventó un remate propio de la Play Station, volvió a enmudecer al Parken. Respondería unos minutos después Höjlund, el Haaland de marca blanca, con un disparo que se envenenó con el bote y se marchó alto por poco.
Fue la última ocasión antes de que el colegiado marcara el camino del vestuario y diera fin con su silbato al primer tiempo. Regresamos del entreacto y Dinamarca recuperó la presión perdida. Pero era en vano porque España manejaba la pelota y el partido a su antojo. Por si fuera poco calentaban en la banda Nico, Pedri, Morata y Yeremi Pino. Más madera.
Otro jugadón de España en tres pases en el 51. El saque se lo inventó David Raya con la mano, luego Dani Olmo se marcó un regate imposible en el centro del campo y se la puso al desmarque de ruptura de Ayoze, que la echó al cielo de Copenhague. No perdonaría a la siguiente, que le llegó en el 57. Otra vez una jugada impecable en cuatro toques verticales precedida de otros 19 toques previos. De Laporte a Zubimendi, de Zubimendi a Dani Olmo, de Dani Olmo (a lo Laudrup) para Ayoze y de Ayoze para adentro. Golazo y partido encarriladísimo para España.
Recital de Olmo y Ayoze
En el 61 De la Fuente hizo su primer cambio. Fabián sustituía a Álex Baena, cambio previsto que se precipitó por la torcedura que sufrió el mediapunta del Villarreal, que se retiró del Parken con visibles (y preocupantes) gestos de dolor. No aflojó España, que pudo lograr el tercero si Ayoze hubiera demostrado un pelín más de precisión en su intento frustrado de vaselina en el mano a mano ante Schmeichel. Era el 65 y la selección de Luis de la Fuente seguía desatada.
Las malas noticias eran las lesiones. Zubimendi se fue tocado y salió en su lugar Casadó. También salieron Morata y Nico Williams por Ayoze y Dani Olmo. Oyarzabal forzó la amarilla para llegar limpio a cuartos. Lo hizo tan bien que hasta se enfadó de mentirijillas con el colegiado. Luego Isaksen tuvo el 1-2 pero su remate se topó con el palo. A la segunda, y tras una involuntaria asistencia de Fabián Ruiz, no perdonaría el danés y sí que lograría acortar distancias en el 84.
Apretó Dinamarca hasta el final pero ya no les quedaba tiempo ni fuelle para lograr un empate que no habría reflejado la diferencia que se había visto en el césped durante gran parte del partido. Sufrió España en las postrimerías del partido puede que por exceso de confianza o porque los cambios aportaron poca cosa. Se agrandó entonces la figura de David Raya pero acabó el duelo y la selección de Luis de la Fuente se volvió a casa con la sensación del deber cumplido. Victoria y primer puesto del grupo asegurado.