Filipe Luis aviva el orgullo atlético (1-0)

Se esperaba a un Griezmann diferencial, pero el Atlético de Madrid encontró a Filipe Luis, y le valió para sumar los tres puntos frente a un equipazo como la Real Sociedad. El lateral brasileño fue el líder en defensa y en ataque del equipo colchonero, que, de no saltar la sorpresa mañana en el Camp Nou, será tercer clasificado en solitario de la Liga. La afición rojiblanca vuelve a tener pasión por la liga. Próxima parada: el gran derbi madrileño.

La baja de Illarra es un lastre muy pesado para la Real Sociedad. El ex del Real Madrid es su timón, el director de juego del equipo, pero el trabajo de Eusebio permitió al conjunto txuriurdin competir en unos primeros minutos marcados por la igualdad. Se le escapó un balón a Oblak, adalid de la seguridad, y Yuri a continuación buscó probar al cancerbero pero se encontró con el cuerpo de Juanfran. No era gran cosa, pero el área del Atlético no parecía demasiado segura.

Un fallo mayúsculo de Fernando Torres estableció el run run hasta en su amada afición, que no podía creer lo que había fallado el ídolo colchonero. El Atlético era mejor y estaba dominando. El gol era cuestión de tiempo, pero la impaciencia estaba comenzando a arribar a las gradas, conscientes de que la Real tenía mimbres para golpear al marcador en un abrir y cerrar de ojos

Filipe Luis, posiblemente el defensor más en forma de la Liga en estos momentos, ejerció de líder y volvió a aderezar su dominio en el juego con un gol, esta vez para abrir la lata ante una afición colchonera que llorará –de producirse– la baja de Theo Hernández, pero lo hará un poco menos con el brasileño en sus filas, todo un seguro de vida.

Siguió con el guion el equipo de Simeone, ya con velocidad de crucero después del tanto que abrió la lata. El descanso llegaba al Vicente Calderón con la sensación de que el Atlético ganaba de forma sobria, pero el 1-0 esconde siempre trampas que pueden salir a la luz en cualquier momento, y más con un buen equipo como la Real Sociedad enfrente.

Eusebio no quería dejar al Atlético la victoria en la mano y por ello movió el banquillo e introdujo a Oyarzabal, buscando cambiar el signo del partido. No tuvo una incidencia mayoritaria el extremo vasco en el partido, pero su entrada sirvió para provocar un cambio en la Real, que cada vez se acercaba más a la meta de Oblak y, sobre todo, tenía el balón en sus pies.

La Real lo intentó sin suerte

Por el camino se fueron varias amarillas para los vascos, fruto del riesgo de la competición, antes del carrusel de cambios. Sorprendió a todos Simeone quitando, con el partido abierto, a Griezmann para darle el relevo a Correa. Eusebio retiró a Granero en busca del partido y el madrileño, fruto de su pasado madridista, se llevó una pitada monumental del respetable.

Los últimos minutos supusieron el regreso al Atlético de Madrid del repliegue absoluto, el del glorioso 2014, mientras la Real intentaba sin éxito abrir un sistema que cada minuto parecía más infranqueable. Simeone enardecía a la grada, la Real se frustraba, y los colchoneros no dejaron de contragolpear. En dos de estas, Correa y Carrasco pudieron poner el gol de la tranquilidad, pero finalmente el marcador no se movió, y el Atleti ya es, en solitario, tercer clasificado de la Liga.