Bale tapa la boca a los que le llamaban blando
A inicios de la década, un grupo de investigadores del Departamento de Energía del Berkeley Lab y del Instituto de Tecnología de California dieron con una fórmula para la creación de un vidrio que adoptase con mejor resultado las virtudes del acero, al que unos materiales superan en resistencia y otros en dureza, pero al que ninguno iguala en la efectividad y utilidad de la conjugación de ambas propiedades. Bale lleva un tiempo inmerso en un proceso similar, empeñado en callar a quienes le señalan como un jugador de cristal y no precisamente en referencia al vidrio ideado por los yanquis. Todo apunta a que este final de temporada puede ser la rampa de lanzamiento hacia su objetivo.
Si algo vienen remarcando los integrantes de Gales son los fuertes vínculos que los unen. No son compañeros de trabajo, sino amigos, repiten. Como suele pasar en estos casos –revisen si no su WhatsApp-, en todo grupo está el amigo líder, organizador y previsor. En Gales, ese es Bale, que desde bien pronto, con siete goles -y dos asistencias- de los 11 que marcó su Selección en la fase de clasificación para la EURO 2016, se encargó de planificar un verano en Francia con vuelos y hoteles de lujo pagados. Pero no paró ahí.
Casi sin deshacer las maletas ya había marcado tres goles y dado una asistencia en su primera vez en una Eurocopa, más que suficiente para pasar que los galeses pasaran a octavos como primeros y mirando por el retrovisor a Inglaterra, enemiga histórica.
Así, lo que parecía un primera Eurocopa como toma de contacto con la élite de las selecciones, de la que Gales se había ausentado desde su primera presencia en el Mundial de 1958, empezó a convertirse en un ‘why not?’ en toda regla. En mayor parte, gracias a Bale, que ya acumula 444 minutos sin problemas de lesiones en una Eurocopa histórica para su país, en semifinales y soñando con todo.
Con un Gareth alejado de las lesiones parece no haber imposibles: su «a la Eurocopa se viene a ganar, no a jugar tres partidos» ya no suena como el mítico “sí, bueno, no” de Raúl; lejos de topicazos para la prensa, Bale quiere la Eurocopa y está a dos partidos de conseguirlo.
Refuerzo madridista
El jugador del Real Madrid ha completado cuatro de los cinco partidos de Gales en la Eurocopa. Sólo en uno, ante Rusia, en el 84’, fue sustituido. No está acusando ni un final de temporada extenuante, en el que la eterna final de Milán fundió los plomos de más de uno y de dos, ni su rol en Gales, con quien ha de remangarse en tareas defensivas y multiplicar su presencia en las ofensivas. Con la selección británica, Gareth no dispone de las concesiones de las que disfruta en el Madrid, un equipo sobrado de calidad en todas sus líneas y posiciones.
Pese a ello, a Bale no le ha temblado el pulso para escribir esa nueva página en la historia del fútbol galés en la que se ha convertido cada partido. Incluso cuando no le ha acompañado la puntería, ha seguido ayudando notablemente. Sirva de ejemplo su decisivo centro frente a Irlanda, que se envenenó hasta el gol en propia puerta para que Gales pasara a cuartos. Frente a Bélgica, arrastró a la defensa en el primero para que rematara cómodo Williams e inició la jugada del golazo de Robson-Kanu. Su incidencia en el juego es capital, tal y como reconoce su primer puesto en el Barómetro de Jugadores de la UEFA EURO 2016.
De su ya asegurado éxito, que puede acabar en proeza histórica en París, Bale puede darle un pedazo de responsabilidad a Jaime Benito, fisioterapeuta del Real Madrid ‘infiltrado’ en la concentración de Gales. El médico, que acompaña al ‘11’ en Francia 2016, no se separa de él, algo que el jugador le agradece incluso públicamente, como se pudo comprobar en dedicatorias tan importantes como la del gol ganador de Anoeta, con el que el Madrid se mantuvo en la pelea por la Liga.