2020, un año negro para el Barcelona
El Barcelona ha vivido, tanto deportiva como institucionalmente, en 2020 uno de los peores años de su historia reciente: Valverde, Setién, Messi, Bartomeu...
Acaba 2020 y en el Barcelona suspiran pensando que 2021 no puede ir a peor. El club azulgrana cierra un año nefasto y caótico deportiva e institucionalmente hablando y el nuevo año puede arrancar con cambios gracias a las elecciones a la presidencia de la entidad que se celebrarán el próximo 24 de enero.
El año comenzó ya con turbulencias. En enero el Barcelona viajaba a Arabia Saudí para disputar la Supercopa de España en el estreno de su nuevo formato y las cosas no salieron como esperaban. Los azulgranas quedaron eliminados en las semifinales, la primera ronda, frente al Atlético de Madrid. Pese a estar líderes en la clasificación de la Liga Santander, la Junta Directiva del Barcelona tomaba la decisión de destituir a Ernesto Valverde.
Esa incomprensible decisión fue la raíz de todos los males que vinieron a continuación. El club, desde las altas esferas, comenzó a emplear actitudes un tanto desconcertantes. Éric Abidal y Óscar Grau aprovecharon su visita a Arabia Saudí en la Supercopa de Europa para viajar a Qatar y reunirse con Xavi para proponerle que fuera el nuevo entrenador culé. El ex futbolista no aceptó la oferta porque creía que no era su momento aún y las filtraciones a la prensa, por parte del Barça, demostraron como el club ‘retransmitía’ unas negociaciones que no llegaron a buen puerto.
Con el “no” de Xavi se continuó buscando entrenador y entre la decena de candidatos que manejaban acabaron optando por Quique Setién, técnico conocido por su gusto hacia el buen fútbol. El cántabro llegaba al Camp Nou como una especia de nuevo Guardiola, pero se estrelló. Su juego no convenció, los futbolistas no creían en él y los resultados tampoco ayudaron. En agosto, tras el famoso 8-2 ante el Bayern de Múnich fue destituido y él se entero por los medios de comunicación. Además, tuvieron que pasar bastantes semanas para que se le diera de baja, otra gestión pésimamente llevada por la entidad culé.
Unos meses antes de su destitución explotó el ‘Barçagate’. Salían a la luz los tejemanejes de Josep María Bartomeu y algunos miembros de su junta, que habían pagado un millón de euros del club a una empresa externa, I3 Ventures, para crear campañas de desprestigio a los propios futbolistas de la plantilla y a su entorno y tratar de limpiar la del ex presidente de cara a los aficionados.
La temporada concluyó en agosto con aquel fatídico, bochornoso e histórico 8-2 del Bayern de Múnich en Lisboa en la fase final de la Champions League. Pero unas semanas antes el Barcelona había visto como el Real Madrid le ganaba la Liga Santander cuando antes del confinamiento los azulgranas eran líderes. El regreso a la competición les pasó factura y provocó que el club de la Ciudad Condal se quedase con cero títulos desde hacía más de una década.
Parecía que nada podía ir a peor en este 2020, pero aún quedaba tiempo para que la entidad se tambalease más. Uno de los primeros golpes fue el de Leo Messi con el famoso burofax. El argentino llevaba meses anunciando que se quería ir y Bartomeu pasaba de él completamente, por lo que tuvo que hacerlo de forma oficial. Josep María se negó rotundamente a dejarle salir y el ’10’ aceptó seguir para no tener que ir a juicio con el club en el que ha crecido. Además, a Leo también le molestaron las formas en las que el presidente echó a Luis Suárez, regalándolo al Atlético de Madrid, rival directo con el cuadro culé.
Esta temporada, también a la deriva
Poco después llegó la hora de Josep María Bartomeu. Jordi Farré presentó una moción de censura y logró las firmas necesarias. Sólo faltaba la votación por parte de los socios, pero la Generalitat y su presión para que se realizase el referéndum propiciaron que el ex presidente azulgrana tomase la decisión de dimitir antes de someterse a la votación de los socios del club. Carles Tusquets, como presidente de la Comisión Gestora, se hizo cargo del club y no tardó en hacer público la cantidad de problemas económicos que tenía la entidad, asegurando que atraviesan una crisis enorme en la que tendrán que sudar para salir de ella.
Tras la destitución de Quique Setién el elegido fue Ronald Koeman, aunque también se tanteó a Mauricio Pochettino, técnico que llegó a decir que antes que entrenar al Barcelona se volvía a trabajar en su granja. El escogido fue el holandés y el inicio de curso tampoco ha sido el deseado. Cierto es que están en los octavos de final de la Champions League, pero la situación en la Liga Santander, a bastantes puntos del liderato, hacen creer que esta será una campaña de transición. Y es que las sensaciones del equipo no invitan al optimismo para volver a pelear por los títulos más importantes, más aún después del empate frente al Eibar. En definitiva, acaba un 2020 aciago para el Barça.