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El truco del secador de pelo para que los radiadores de tu casa calienten más y gasten menos

Los radiadores
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Con la llegada del invierno, los radiadores se convierten en uno de los principales aliados para mantener la casa caliente. Sin embargo, hay un problema silencioso que suele pasar completamente desapercibido: el polvo acumulado en los radiadores. A medida que se acercan los meses más fríos del año, solemos preocuparnos de purgar los radiadores o de colocar paneles de aluminio que reflejen el calor hacia el interior de la habitación, pero la limpieza suele quedar en un segundo plano.

Cuando encendemos la calefacción, el funcionamiento de los radiadores genera un flujo constante de aire que arrastra partículas diminutas. Se trata de un proceso continuo e inevitable, que afecta tanto a modelos antiguos como modernos y, aunque parecer inofensivo, puede suponer un mayor gasto energético, lo que se traduce en un aumento en la factura de la luz o el gas.

El polvo, el enemigo invisible de los radiadores

@mimodemami Truco para limpiar los radiadores en 10 segundos. A Máxima potencia enchufamos por arriba y la suciedad cae por abajo. Supongo que dependiendo del modelo de radiador luego habrá que pasar la bayeta por abajo en función de donde quede la suciedad. Pero es increíble ver cómo vuelan las pelusas. Este truco me lo habéis compartido una de vosotras que quiere mantener su anonimato •9. Pero a su vez quería compartir su truco rápido y efectivo con tod@s. Maravilla de truco y maravilla de comunidad que compartimos! #tips #tip #limpieza #limpiar #tipslimpieza #tipslimpiezahogar #trucolimpieza #trucolimpiezahogar #radiador #radiadores #limpiarradiador #ordenylimpieza ♬ sonido original – mimodemami

Para entender cómo afecta el polvo al funcionamiento de los radiadores, lo primero es conocer que estos no sólo calientan por contacto, sino que trabajan principalmente a través de la convección. Es decir, calientan el aire que pasa por su superficie y lo impulsan hacia arriba, mientras el aire frío desciende para sustituirlo. Este movimiento constante crea un circuito invisible que arrastra consigo partículas de polvo suspendidas en la habitación.

Dichas partículas se adhieren con facilidad a los espacios estrechos del radiador, entre láminas, aletas y rendijas. Con el tiempo, ese polvo se convierte en una barrera térmica, de manera que la transferencia de calor se reduce, necesita más tiempo para alcanzar la temperatura deseada y el sistema se ve obligado trabaja a mayor potencia. En resumen, el radiador consume más y calienta menos.

El truco del secador

¿Sabías que el secador de pelo se puede convertir en tu mejor aliado para expulsar el polvo acumulado incluso en las zonas que no se ven del radiador? El truco está en utilizarlo en modo aire frío o a baja potencia, para evitar que el calor pueda dañar la pintura o los componentes internos. Lo importante es seguir un método ordenado, asegurarse de que el radiador esté frío y proteger el suelo y los muebles cercanos.

  1. Antes empezar, es imprescindible que el radiador esté completamente frío. Coloca una toalla grande debajo para que caiga toda la suciedad.
  2. La primera capa de polvo se puede retirar con un paño ligeramente humedecido. Es importante evitar productos abrasivos que puedan dañar el acabado.
  3. Luego, las ranuras más amplias se pueden limpiar con un plumero de microfibra o un cepillo largo. El objetivo es retirar la mayor cantidad de polvo posible antes de usar el secador.
  4. Éste es el truco que recomiendan muchos expertos. Introduce la boquilla del secador en la parte superior del radiador (sin forzarla) y aplica aire frío hacia abajo. El movimiento ayuda a expulsar el polvo oculto entre las aletas, que caerá directamente sobre la toalla del suelo.
  5. Tras eliminar todo el polvo, un repaso final con agua tibia y un detergente neutro devuelve al radiador su aspecto original. Una vez limpio, debe dejarse secar por completo antes de encender de nuevo la calefacción.

La limpieza puede parecer una tarea menor, pero sus efectos son evidentes desde el primer momento. Los radiadores limpios se calientan más rápido, distribuyen el calor de forma más uniforme, reducen la carga de trabajo del sistema de calefacción y prolongan su vida útil. Estas ventajas se traducen en un ahorro directo en la factura de la luz o del gas. Además, un radiador limpio genera un ambiente más saludable.

Aunque muchas personas sólo limpian los radiadores cuando ya ha llegado el frío, la mejor rutina consiste en poner en práctica este truco antes de encender la calefacción para eliminar el polvo acumulado durante el verano, a mitad del invierno para reducir la pérdida de eficiencia cuando más se necesita la calefacción, y al finalizar la temporada de frío para dejarlos limpios.

El polvo es un enemigo silencioso que compromete el rendimiento de la calefacción más de lo que se cree. A medida que se acumula, obliga a los radiadores a trabajar en exceso, aumenta el consumo energético y encarece la factura de la luz o el gas.

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