Max Weber, biografía de uno de los padres de la sociología moderna
Max Weber nació en Erfurt, Turingia en Alemania en 1864. Su padre, con el mismo nombre, era un político del Partido Liberal Nacional de la época y un funcionario protestante. La vida política de su padre influyó en que Max Weber creciese en un ambiente familiar en el que la política era una constante. Desde joven se mostró interesado en este ámbito y demostraba una gran inteligencia.
Aprendió sobre historia, filosofía, religión y literatura y antes de comenzar en la universidad ya conocía sobre Kant, Schopenhauer, Goethe u Homero entre otros personajes célebres.
Experto en sociología
Weber estudió derecho, historia y economía en su etapa universitaria. La época medieval y su economía fue uno de los temas en los que más se centró y desarrolló. Obtuvo un doctorado en derecho en 1889 y otro en economía en 1891. En dicho año, ya poseía las cualificaciones adecuadas para poder trabajar como profesor universitario en Alemania.
Fue antes de ser habilitado como profesor cuando Max Weber comenzó a interesarse en la política social contemporánea. Se unió a una asociación profesional de economistas alemanes, la Verein für Socialpolitik. En esta empezó a estudiar el fenómeno social por el que los trabajadores agrícolas extranjeros emigraban a la Alemania oriental mientras los locales se iban a las ciudades que estaban en proceso de industrialización.
Su pericia en economía agraria resultaron en un excelente trabajo de investigación por el que fue elogiado y aumentó su reputación. Durante la década de 1890 trabajó como un reputado profesor de universidad hasta 1899, año en el que tuvo que dejarlo por la crisis que atravesaba después de la muerte de su padre en 1897.
Cuando dejó de trabajar como profesor comenzó a trabajar como editor asociado del Archivo de Ciencias Sociales y Bienestar Social. Sería en 1904 cuando comenzarían a ser publicados sus ensayos y trabajos más importantes. En 1905 se publicó La ética protestante y el espíritu del capitalismo, su obra más popular. En ella Weber abordaba como influyen la cultura y la religión en el desarrollo de los sistemas económicos.
En 1912 Weber quiso crear un partido de izquierdas que contase con socialdemócratas y liberales pero fracasó por el miedo de estos últimos a las ideas de los primeros, las cuales consideraban de revolucionarias.
Fue designado como consultor alemán para el Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial así como fue parte de la comisión que trató el borrador de la Constitución de Weimar.
Posteriormente volvío a la docencia y en 1919 creó en la Universidad de Múnich el primer instituto de sociología de una universidad alemana. Moriría un año después a causa de una neumonía y muchos de sus más famosos trabajos se publicarían y revisarían tras su muerte.