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Este es el palacio árabe situado más al norte en el mundo y no, no es la Alhambra

Este es el palacio árabe situado más al norte en el mundo y no, no es la Alhambra
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

¿Sabías que el palacio árabe situado más al norte en el mundo se encuentra en España y no es la Alhambra de Granada? Está situado en Zaragoza, una de las ciudades más bonitas del territorio nacional. El casco histórico es el segundo más grande de toda España, e incluye toda la zona delimitada por las murallas de la antigua ciudad romana y de la primera expansión de la ciudad, previa al siglo XX.

Asimismo, la Plaza del Pilar es la plaza peatonal más grande de la Unión Europea, y la segunda más grande del Viejo Continente, solo por detrás de la Plaza Roja de Moscú. A esto hay que sumar que es la única plaza de España que tiene dos catedrales, razón por la cual también recibe el nombre de Plaza de las Catedrales.

El palacio árabe situado más al norte en el mundo

El Palacio de la Aljafería, situado en Zaragoza, representa una de las joyas más destacadas del patrimonio histórico y artístico de España. Su origen se remonta al periodo de dominación musulmana en la región, cuando funcionaba como el castillo de los sultanes de la antigua Sarakusta musulmana. Su excelente estado de conservación actual es asombroso, considerando su milenaria historia.

Una de las partes más antiguas del palacio es la Torre del Trovador, cuya fecha exacta de construcción sigue siendo motivo de debate entre los estudiosos. Algunos sugieren que data del final del siglo IX, mientras que otros la sitúan en la mitad del siglo X. Curiosamente, esta torre debe su nombre a una obra poética del siglo XIX y al libreto de ópera «Il Trovatore» de Giuseppe Verdi.

Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XI, durante el reinado de la dinastía Hudi, se erigió el palacio propiamente dicho. Conocido como el «Palacio de la Alegría», fue diseñado para deslumbrar a los visitantes con su esplendor arquitectónico, jardines exuberantes y elaboradas fuentes y estanques. Este majestuoso edificio se convirtió en lugar de residencia y celebraciones protocolarias para los sultanes y sus invitados.

Tras la conquista cristiana de Zaragoza, el palacio experimentó diversas modificaciones y ampliaciones bajo el dominio de los nuevos monarcas, como Pedro IV el Ceremonioso y los Reyes Católicos. Sin embargo, con el tiempo, dejó de ser un palacio residencial para convertirse en una fortaleza militar, especialmente durante el reinado de Felipe II, quien fortificó el lugar y lo utilizó como cuartel.

A lo largo de los siglos, la Aljafería sufrió transformaciones significativas para adaptarse a nuevos usos, como cuartel, presidio e incluso sede del Tribunal de la Inquisición. Sin embargo, en el siglo XX comenzó un proceso de reconstrucción y restauración, con el objetivo de convertirla en la sede del Parlamento de Aragón y preservar sus valiosos espacios históricos y artísticos para las generaciones futuras.

Hoy en día, el Palacio de la Aljafería, el palacio árabe situado más al norte en el mundo, sigue impresionando a quienes lo visitan. Su magnificencia y rica historia lo convierten en una visita obligada, ya sea para aquellos que lo descubren por primera vez o para quienes regresan para maravillarse una vez más con su esplendor.

Las curiosidades más sorprendentes de Zaragoza

El primer largometraje filmado en Zaragoza, titulado ‘Desfile del Regimiento de Castillejos’, marcó el inicio de las numerosas experiencias cinematográficas que la ciudad ha presenciado desde 1897. Dirigida por Eduardo Jimeno Correas, uno de los pioneros del cine español, la película narra la historia de un escuadrón que se dirige a las zonas rurales para enfrentarse a las partidas carlistas. Este hito cinematográfico quedó inmortalizado en la plaza Ariño con una escultura en honor a Jimeno Correas.

Los baños judíos, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), representan el único vestigio que conserva la ciudad de la cultura sefardí. Zaragoza albergó la comunidad judía más importante de la Corona de Aragón, y estos baños, ocultos en el sótano del número 126-132 del Coso, son testigos de esa rica historia. Construidos en el siglo XIII, su supervivencia hasta nuestros días es casi milagrosa, considerando su antigüedad y la historia cambiante de la ciudad. Aunque su reapertura está en espera, la preservación de una de sus estancias es un verdadero tesoro cultural.

Los almacenes SEPU, inaugurados el 6 de marzo de 1936 en la calle de Torrenueva, se construyeron en el solar que anteriormente ocupaba el Palacio de la Condesa de Bureta, una heroína de los Sitios de Zaragoza. La apertura de SEPU generó gran expectación en la ciudad debido a que fueron los primeros grandes almacenes en abrir sus puertas, pero también porque presentaban la primera escalera mecánica que los zaragozanos habían visto, con una altura de 4,80 metros, estructura de hierro y peldaños móviles de madera. SEPU fue pionero en la instalación de escaleras mecánicas en España, tanto en sus tiendas de Zaragoza como en Madrid, lo que dificulta determinar cuál de las dos fue la primera.

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