Denuncian en Extremadura la muerte por disparos de una de las cinco aves más amenazadas del mundo
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A nivel global, unas 1.500 especies de aves están en alguna categoría de amenaza. De ellas, 223 están en peligro crítico, rozando ya la extinción. Las causas se repiten: destrucción del hábitat, avance del cambio climático, especies invasoras que arrasan ecosistemas enteros y el tráfico ilegal de fauna. Pero si hay un impacto tan letal como evitable, ése es la caza.
Según la Estadística Anual de Caza, sólo en 2019 se capturaron en España más de 13,1 millones de aves. El zorzal encabeza la lista con 4,6 millones de ejemplares abatidos, seguido de la perdiz (2,8 millones) y la paloma (2,7 millones).
Son cifras elevadas, pero no alarmantes si se trata de especies con poblaciones amplias. El problema cambia cuando hablamos de un ave con menos de 300 individuos en todo el país. Es exactamente lo que ha ocurrido en Extremadura con el disparo que mató a un ibis eremita.
Matan a un ave en peligro de extinción en Extremadura
El 3 de noviembre de 2024, durante una jornada de caza menor en el coto social de Fregenal de la Sierra, un grupo de cazadores mató a un ibis eremita. El ave, llamada «Hel», estaba radiomarcada. Formaba parte del proyecto de reintroducción que desde hace más de dos décadas intenta devolver la especie al suroeste peninsular.
El ejemplar fue hallado sin vida por Agentes del Medio Natural, con claros signos de haber recibido un disparo. Fue trasladado al Centro de Referencia de la Junta de Extremadura para su necropsia. Las circunstancias no dejan mucho margen de duda. Y la reacción ha sido inmediata.
Ecologistas en Acción ha denunciado el caso ante la Dirección General de Sostenibilidad. Reclaman la suspensión provisional y, más adelante, el cierre definitivo del coto de Fregenal. Pero también piden que el coto asuma su responsabilidad subsidiaria por los daños.
No es el primer caso. En diciembre de 2024 se juzgó a un hombre que mató a cinco ibis eremita con una escopeta de balines en Montemolín. Con este nuevo episodio, la organización ecologista habla de un «agujero negro» para la especie.
¿Por qué la muerte de esta ave pone en riesgo a toda la especie?
El ibis eremita mide cerca de 80 centímetros, luce un plumaje negro con reflejos metálicos, cabeza pelada y pico largo y curvo de color rojo. Es discreto, silencioso, y sobrevive en espacios abiertos ligados a la ganadería.
Esta ave desapareció de Europa hace siglos. Sólo quedaban rastros en el norte de África, Turquía y Siria. En 2003, con el inicio del Proyecto Eremita en la provincia de Cádiz, comenzó la reintroducción en libertad de ejemplares criados en cautividad. Desde entonces, algunas parejas han logrado asentarse, pero la tasa de mortalidad juvenil sigue siendo muy alta. Por eso, cada ejemplar cuenta.
La población española depende casi por completo de la colonia de Barbate, la única activa en el país. El objetivo del proyecto es crear un núcleo autosuficiente, pero aún no lo es. Si en ese contexto un ave marcada, controlada y protegida muere de un disparo, la alarma es más que justificada.
El objetivo no es criminalizar la caza en su conjunto. Pero sí poner límites firmes. El error humano no puede justificarlo todo, y menos cuando pone en riesgo una especie al borde de la desaparición.