El universo de Harry Potter se desarrolla dentro del género fantástico. Muchas de las criaturas que allí aparecen no existen en la vida real. Como es el caso de los dragones, los gigantes, los elfos y, por supuesto, los magos. Muy a nuestro pesar. Sin embargo, entre todos estos elementos imaginarios resalta uno en especial, el único que habita realmente en nuestro planeta. Si eres fan de la saga, recordarás la escena de Harry Potter y la Piedra Filosofal en la que dos de los protagonistas juegan una partida de ajedrez algo alejada de lo habitual. Las piezas del tablero cobran vida en cada movimiento, destruyendo a sus oponentes. Pues bien, este pasatiempo mágico es una copia exacta del famoso Ajedrez de la Isla de Lewis.
Un ejemplar de origen escandinavo
Esta colección de increíble valor histórico fue encontrada en la isla de Lewis, Escocia, rodeada por un halo de misterio. Las setenta y ocho piezas que componen dicho ejemplar son, además, una obra exquisita de artesanía. Todas ellas están talladas en marfil de morsa y diente de ballena, dos materiales de gran resistencia que las han protegido en perfecto estado desde su creación en el siglo XII. Una fecha que todavía no ha sido confirmada, pero que las convierte en las piezas de ajedrez más antiguas jamás descubiertas. Se cree que su origen es escandinavo, atestiguando así las relaciones que por aquel entonces ya compartían con las islas británicas. Ala igual que la popularidad de dicho juego en el continente europeo.
Los responsables de su elaboración dotaron a cada una de las figuras de un rostro realmente expresivo y sobrecogedor, dándoles personalidad propia. Un ejemplo directo de la destreza de los artistas de la época. El conjunto hallado hace cientos de años constaba de ocho reyes, ocho damas, dieciséis alfiles, dieciséis guerreros, quince jinetes y diecinueve peones. Constituyendo un total de cuatro juegos incompletos. La mayoría de ellos fueron donados al Museo Británico de Londres y aún continúa en exhibición. El resto se encuentra en una exposición permanente del Museo de Escocia, en Edimburgo.