Muere Emanuel Ungaro, discípulo de Balenciaga y modista de cabecera de Bettencourt o Jackie Onassis

Emanuel Ungaro @Getty
Emanuel Ungaro @Getty

Emanuel Ungaro, discípulo del gran Cristobal Balenciaga, ha muerto este sábado en París a los 86 años de edad, según un comunicado mandado por su familia. La salud del diseñador, que abandonó la industria de la moda en 2004, se había «debilitado» en los dos últimos años.

«Aunque haya dejado la casa, seguía siendo fuente de inspiración. Es una gran pérdida», explicaba un portavoz de la firma. Un creador que se autodescribía como un «obsesivo sensual» y que recibió, entre otros reconocimientos, el premio ‘Dé d’or’ a la mejor casa de alta costura en los años 80.

Ungaro nace el 13 de febrero de 1933 en Aix-en-Provence, en el sur de Francia, en una familia que emigró desde Italia, se instaló en París en 1956, a los 22 años, donde fue discípulo de Balenciaga, modista al que calificaba como «maestro con mayúsculas» en el arte del patronaje.

Hijo, nieto, sobrino de sastres italianos de Brindisi emigrados en la Provenza, dio su primera puntada con seis años. Con Balenciaga se impregnó del rigor del oficio y apenas dos años después de ser su aprendiz pasó a dirigir el taller del español en Madrid. A su vuelta a París, en 1961, se encargó como estilista de otra marca emblemática, Courrèges.

El diseñador en el backstage de un desfile en 1980. Su ‘maison’ homónima nació en 1965 y consiguió muy pronto una clientela fiel: Liliane Bettencourt, heredera del imperio L’Oréal, o la ex primera dama estadounidense Jackie Onassis fueron algunas embajadoras de sus prendas. A ellas se sumaron actrices como las francesas Catherine Deneuve o Anouk Aimé.

En 1967, Ungaro se instaló en la Avenida Montaigne, en el corazón de la alta costura parisina. La feminidad de sus diseños, la pureza de sus siluetas y sus atrevidas mezclas de color definieron sus creaciones, que desde marzo de 2017 están en manos del italiano Marco Colagrossi. Por la historia de la firma han pasado también el italiano Giambattista Valli, el colombiano-estadounidense Esteban Cortázar o la española Estrella Archs.

Ungaro, casado y padre de una hija, abandonó la alta costura en 2004, el mismo año en el que se retiró del negocio. Según anunció entonces el prestigioso estilista en un comunicado, esas colecciones no respondían en su opinión «a las expectativas de la mujer de hoy».

La firma sigue presente en el mercado con sus diseños de prêt-à-porter y accesorios tanto masculinos como femeninos, así como en el mundo de los perfumes, en el que se adentró en 1983 con el lanzamiento de Diva. Bajo su nombre se ha lanzado también una amplia gama de mobiliario de líneas contemporáneas, de artículos decorativos como cojines y espejos y de complementos como jabones o fragancias para el hogar.

Su emporio pasó a estar bajo el control del grupo italiano Ferragamo en 1966, que a su vez lo cedió al inversor estadounidense de origen paquistaní Asim Abdulá en noviembre de 2005.

Lo último en Cultura

Últimas noticias