‘Minari’: el sueño americano no tan idílico de una familia coreana
Lee Isaac Chung presenta con ‘Minari’, la película con la que ha logrado sendas nominaciones a los premios Oscar 2021 en las categorías principales, un encantamiento hipnótico desde el primer minuto. Con una evocación al más puro estilo del metafórico Terrence Malick, la película muestra a un grupo de seres humanos que tratan de mantenerse en armonía con la naturaleza.
‘Minari’ es una historia de inmigrantes, como otras tantas que Hollywood ha alumbrado, aunque aporta novedosos detalles que la hacen única. Una familia coreano-estadounidense llega de su país natal a America en la década de 1980. El padre, Jacob, interpretado por Steven Yeun, y las madre, Mónica, por Yeri Han, pasan un tiempo en California trabajando como sexadores de pollos para luego mudarse a una pequeña granja en Arkansas con sus dos hijos nacidos en Norteamérica: Anne, una niña seria y madura interpretada por Noel Kate Cho; y David, un niño de seis años a quien interpreta el novel Alan S. Kim.
El hilo principal de ‘Minari’ gira en torno al choque cultural. Chung, que esperó para hacer este drama autobiográfico hasta tener varias películas aclamadas en su haber, sabe exactamente la historia que quiere contar y cómo quiere contarla. Monica y Jacob pelean por sus objetivos compartidos como pareja y sus ambiciones para sus hijos. La tensión de asimilación versus independencia subraya cada intercambio, ya sea íntimo y privado o conectado a la comunidad en general que están conociendo tentativamente.
Está claro que Jacob ha comprado alguna versión del «sueño americano» y se comporta como un granjero americano blanco prototípico de mediados del siglo XX, completo con gorra beisbolera incluida, discurso lacónico, paquete de cigarrillos en el bolsillo del pecho y andar de pistolero ambulante. Monica parece más desgarrada, y es obvio, al verlos interactuar, que ella proviene de una clase social más alta y se siente más cómoda en las ciudades. A medida que avanza la historia, comenzamos a preguntarnos si ella se arrepiente de haberse mudado a Estados Unidos en primer lugar. A pesar de que para ella es un juego, es un camino difícil que no parece que vaya ser fácil nunca más.
Viendo ‘Minari’ es imposible no apreciar la comprensión profunda del comportamiento humano, así como la forma en que los objetos y situaciones ordinarios adquieren un significado simbólico cuando pensamos en ellos en relación con los personajes. Esta es una película preciosa y única.
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