‘Mank’, las luces y las sombras del origen de ‘Ciudadano Kane’ que busca el Oscar a mejor película
Mank es una de las obras que parte como favorita en esta edición de los Oscar al estar nominada a diez estatuillas
Mank ha tardado décadas en ver la luz porque su director, David Fincher (The Game, Seven, El club de la lucha, Zodiac, La red social) la tenía planeada en su cabeza de una única e irrenunciable manera: en blanco y negro. Ninguna productora la quiso rodar así desde los pasados 90, hasta que Fincher ha podido contar en esa grandiosa gama de grises su visión de cómo se gestó una de las mayores obras maestras del cine, Ciudadano Kane.
Fincher se basa en el guion escrito por su padre, Jack Fincher, para apuntarse a la tesis de que Orson Welles no participó ni un ápice en el guion de su película, sino que Herman J. Mankiewicz, uno de esos buenos escritores, pero no del todo respetados por el Hollywood de los grandes estudios de los años 30, fue quien lo escribió de principio a fin mientras estaba convaleciente de un accidente.
Mank es una de las obras que parte como favorita en esta edición de los Oscar al estar nominada a diez estatuillas, entre ellas, la de mejor película. Pero no deja de ser curioso que ninguna de ellas sea al mejor guion, que, seguimos con las curiosidades, es el único premio que consiguió Ciudadano Kane en la edición de 1941. En realidad, es el único Oscar que ganó Orson Welles en toda su vida, a excepción del honorífico que recibió en 1970. Y, si hacemos caso al cicatero relato de Mank, lo ganó por algo que no hizo.
Porque el genial Welles figura como coguionista en los créditos de la película que nos cuenta magistralmente la vida y el legado de Charles Foster Kane, el alter ego del magnate de la prensa William Randolph Hearst en la ópera prima del director norteamericano. Pero en la versión de Fincher, el hasta entonces minusvalorado Mank fue quien ideó la trama utilizando para ello la vida de Hearts y de su amante, la actriz Marion Davis, de quien en realidad fue gran amigo.
Mank cuenta el proceso creativo del guion durante los tres meses de encierro forzoso que Mankiewicz, interpretado por Gary Oldman en un papel muy agradecido, tiene que pasar en un rancho para recuperarse tras sufrir un accidente. Allí es ayudado por una asistente, encarnada por Lily Collins, que trata de alejarle de una de sus dos grandes adicciones: el alcohol; la otra es el juego. Y desde allí, la película cuenta muy bien muchas otras muchas cosas ajenas al guion. De entre todas ellas, la mejor es cómo nos descubre la curiosa relación que tuvo con Marion Davis, interpretada fantásticamente por Amanda Seyfried en un papel bastante difícil, al tener que representar a una mala actriz y a una interesante y contradictoria mujer. Cuenta también la envidiable historia que Mank tiene con su esposa, «la pobre Sara» y cuenta sus relaciones con el citado Hearts y con los todopoderosos productores de la Metro Louis B. Mayer e Irving Thalberg, a quienes retrata perfectamente como los personajes soberbios que podemos imaginar que fueron.
El excelso blanco y negro está ensalzado en la mayor parte de las escenas por los numerosos puntos de luz que brindan unas maravillosas lámparas art déco, y compone una magnífica atmósfera para una acertada escenografía por la que desfilan otros grandes personajes de la época, como el productor David O’Selznick o el director Joseph Leo Mankiewicz, hermano de Herman, además de numerosos escritores de entonces. Ese desfile que adorarán todos los aficionados al cine al reconocerlos y que engrandece una película en la que sin embargo destaca alguna sombra, como un exceso de flash backs o el ninguneo implacable a Orson Welles, al que aleja frívolamente de una parte de la paternidad de su obra cumbre.
Mank es una delicia para cinéfilos al retrotraer irremediablemente al espectador a Ciudadano Kane, y es la mejor forma de embaucar a las nuevas generaciones para llevarlas a disfrutar de una obra maestra. Lo que no resuelve es uno de los grandes gazapos del cine: cómo saben cuál es la última palabra que dice Foster Kane antes de morir, sobre la que se arma la película, si estaba solo en ese momento.
Mank. 2020. 132 minutos. Director: David Finher. Reparto: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Arliss Howard, Charles Dance, Tom Burke, Lily Collins, Tuppence Middleton, Tom Pelphrey, Ferdinand Kingsley, Jamie McShane, Joseph Cross, Sam Troughton, Toby Leonard Moore.
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