El Espacio Guindalera brinda un homenaje a García Lorca con una interpretación de ‘Yerma’
La Compañía Guindalera brinda un precioso homenaje a Federico García Lorca con una interpretación de ‘Yerma’, una de las obras de teatro más bellas jamás creadas. Tras un apasionante Taller de investigación sumergidos en esta obra del poeta de la Generación del 27, y acompañados por un amplio equipo de actrices, actores y creadores, Juan Pastor ha dirigido este nuevo montaje donde ha contado con la colaboración de Pedro Ojesto, Miguel Tubía, Arnold Taraborrelli y Carmen Vélez, entre otros.
Es un espectáculo, explican, con el que se propone cerrar un ciclo como compañía de repertorio en Espacio Guindalera con funciones de viernes a domingo desde el 29 de noviembre al 22 de diciembre de 2019.
En octubre la Compañía «abrió la ventana al proceso de creación»» y ofreció cinco únicas sesiones con funciones y encuentros los días 26, 27, 28, 29 y 30 de octubre 2019. La propuesta de Guindalera es que «no hay cosa más hermosa en este mundo que proporcionar vida. La maternidad es algo maravilloso. Pero más allá del puro instinto, ¿existen condicionamientos sociales para desempeñar ese rol, el de madre, en nuestra sociedad actual?».
Por ello, tras esta reflexión inicial, explican que en la «sociedad de nuestros abuelos, la mujer casada debía ser madre por imperativo social. Su rol estaba totalmente restringido a esa función y las relaciones entre géneros era consecuencia de esa función. Su única obligación social era tener hijos y cuidarlos». Yerma, la protagonista de esta historia, además, acepta esas normas, pero es cierto que sufre sus consecuencias. «¿Parte de nuestra sociedad está condicionada por aquél tiempo? ¿Imperativo social, instinto?», se preguntan desde Guindalera.
En esta versión, tal y como apuntan desde la compañía teatral, un grupo de actrices y actores cuenta al público cómo era el comportamiento de sus antepasados, del que somos herederos, en una sociedad machista. «¿Hay un eco de aquellas normas rígidas que generaban autocensura y falta de libertad?», reflexionan.
Esas exigencias son las que llevaban a Yerma, apuntan, en un acto de rebeldía, a convertirse en un personaje trágico, un personaje trágico capaz de acciones monstruosas, porque ese instinto jaleado por la misma sociedad, chocaba contra la imposibilidad de buscar soluciones, si no cumplía con aquellas exigencias, que su honra de mujer fiel le imposibilitaba. La única salida que encontraba Yerma para ser dueña de su destino era la muerte de su marido.
«El texto de Lorca está lleno de metáforas poéticas y de imágenes sorprendentes que sugieren un sinfín de sensaciones que provocan todas esas reflexiones», detallan. Por otro lado, señalan, han querido que la parte musical del espectáculo tenga un relieve especial, y de una forma u otra marque el estilo escénico acentuando esa cualidad poética. Además los personajes que componen el coro y que está formado por todo el elenco de la compañía, son como el enlace o puente, entre la realidad de la obra escrita por Lorca, en una época determinada y nuestra sociedad actual. «Nuestro proceder aunque se supone que está ajustado por nuevas normas en lo referente al rol asignado a los diferentes géneros, en muchas ocasiones nos sorprende y nos alarma», apuntan.
En definitiva, reflexionan, el pasado condiciona los cambios necesarios del presente. Un coro de personajes actuales comenta los hechos del pasado y subrayan la acción de los protagonistas de la obra sin argumento aparente. La música actúa como impulso expresivo de las sensaciones y emociones que nacen del texto. El espacio escénico es el marco para un texto riquísimo en metáforas poéticas que hablan del eterno misterio de la vida.
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