Ignasi Vidal: «Cuando lo supe, me ilusionó por mis hijos: ‘Hey, papá va a ser la Bestia’ Bonito, ¿no?»

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Ignasi Vidal, actor, dramaturgo y cantante, voz de la Bestia en 'La Bella y la Bestia', de Disney.

Ignasi Vidal es actor, es dramaturgo, es cantante. Prepara un papel en el ‘Séneca’ de Antonio Gala para el Centro Dramático Nacional, ha escrito y protagonizado ‘Dignidad’, que se estrenó en los Teatros del Canal de Madrid y hoy triunfa por medio mundo —Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Francia, Italia…—, y que pronto llegará al cine. Y ha protagonizado los musicales más importantes de la escena española: fue Judas en ‘Jesucristo superstar’, Javert en ‘Los Miserables’… y la Bestia en ‘La Bella y la Bestia’. Ahora, es el actor que le pone voz al monstruo en la versión española de la nueva producción de Disney que se estrena este viernes en cientos de salas. «Me sentiré orgulloso cuando vea la cara de mis niños mirando la peli y se oiga mi voz…»

PREGUNTA.– ¿Cómo fue el proceso para acabar siendo la voz de la Bestia en la nueva película de Disney?

RESPUESTA.– Fue muy breve. Nos hicieron una prueba a unos cuantos compañeros actores y cantantes y, nada… me puse delante de un micrófono, hice lo que me pedían, lo que a mí también me parecía que ese personaje necesitaba y ya está. Estaba en Argentina cuando me llamaron para decirme que iba a hacer la Bestia. Y les dije ‘magnífico, ¿cuándo empezamos?’

P.– ¿Te pidieron algo distinto de lo que ya habías hecho cuando interpretaste el papel en teatro?

R.– Yo no me dedico a cantar para personajes animados, y una de las cosas que me llaman más la atención es que el tipo de canto que buscan es menos técnico y más cercano a la voz del pueblo. Tiene que ser un tipo de canto no tan adornado y bonito como en el teatro musical. Incluso, a veces da la sensación de que el personaje no canta, sino que simplemente habla. De alguna forma, en broma te diría que tienes que desaprender a cantar para este tipo de trabajos.

P.– ¿Y es difícil ponerle la voz a alguien que no eres tú? Los actores españoles que interpretan en EEUU normalmente no se doblan a sí mismos. No funciona…

R.– Tengo compañeros que han estudiado, y hay una gran calidad en la industria del doblaje en España. Pero es una cosa que nunca me ha interesado. No te sé decir… En las veces que me he tenido que doblar a mí mismo en cine, no me ha gustado. No me gusta hacerlo.

P.– ¿Por qué? ¿Hay que impostar?

R.– De alguna forma, sí. Es una forma de hablar que no se asemeja a la realidad. No hay personajes que estén hablando como estoy yo hablando ahora. Y entonces a mí, que soy un realista a ultranza, no me interesa ese tipo de trabajos usualmente.

P.– Eso hablando, ¿pero cantando? Ponerle la voz a la música de otro actor, y más uno disfrazado como en este caso…

R.– Lo he hecho pocas veces. Como te digo, lo importante es que si el personaje habla se iguale la voz hablada y cantada. Porque aquí no somos el mismo intérprete. De modo que hay que pensar en un montón de detalles técnicos que a veces te alejan un poco del alma del personaje. Así que hasta que llegas al punto intermedio entre lo técnico y lo emocional, a veces pasa un poco de tiempo.

P.– Irás a ver la película, claro…

R.– Claro. La iré a ver con mis hijos. Pero tengo que reconocer que, si no, no iría. Mira, cuando me llamaron, me hizo especial ilusión por mis niños. Para poder decirles ‘mira, tu papá va a poner la voz de la Bestia’. Hasta hace muy poco no me he dado cuenta de la repercusión que iba a tener esta nueva producción de Disney. Pensaba que era una película más. Te llaman, haces un trabajo  y ya está. ¡Pero no! Y tengo que decir una cosa, lo que yo he visto mientras estaba grabando la voz de la Bestia es impresionante. Me recuerda mucho más a la versión de teatro que a la de dibujos animados. De hecho, es la versión de teatro a lo salvaje. Es bastante impresionante.

P.– O sea, que merece la pena…

R.– ¡Sí!… Los apasionados del género musical, del género de ficción, deben irla a ver. Es una pasada.

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Ignasi Vidal, actor, autor y cantante, durante la entrevista con OKDIARIO. (Foto: M.Rivera)

P.– ¿Y cómo es actuar sin compañera delante? ¿Era un micro y nada más?

R.– Sí, un micro y la pantalla. Te concentras en eso, y poco a poco va apareciendo la emoción. Cuando te concentras y ves aquella maravilla delante de ti, de alguna forma te afecta.

P.– ¿Y son muchas piezas?

R.– No, no. Sólo dos piezas. No canto mucho, porque en la obra de teatro la Bestia tampoco cantaba mucho. Tenía aquel tema al final del primer acto que era magnífico, que han sustituido por otro, escrito especialmente para la película.

P.– Entonces, es para optar al Oscar a la mejor canción…

R.– No quería decirlo, pero eso es… sí. Es una canción muy bonita, la verdad.

P.– ¿De qué manera vas a sentirte partícipe del éxito de la película?

R.– Me sentiré orgulloso cuando esté sentado al lado de mis niños y les vea la cara viendo la película, porque lo hice por ellos sobre todo. Es lo primero que pensé. Cuando me llamaron para decirme que hacía la Bestia, pensé en ellos. Es muy bonito.

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Una escena del estreno de Disney ‘La Bella y la Bestia’.

P.– ¿Te llegaron a ver en el teatro?

R.– Teo sí, pero Bruno era muy pequeño. Martina participó haciendo de Chip en la función… Y Teo me imitaba. Era muy pequeño, con tres años, pero hacía de mí. Aunque ellos son más de ‘Los Miserables’, son superfans. Incluso juegan con los playmobil a hacer escenas de ‘Los Miserables’… Creo que ahora cuando vean la película, ‘La Bella y la Bestia’ va a dar unos pasos adelante en sus preferencias.

P.– Y la parte musical, ¿dónde la has dejado? Ahora has doblado a la Bestia, pero tu faceta de cantante…

R.– Bueno. Este año volveré al estudio a grabar disco, con un productor de lujo, Ramoncín… Si todo va bien, vaya. Es un disco que lleva fraguándose desde los 16 años. Porque yo era muy fan de Ramón. La vida nos ha juntado por otros caminos y al final decidimos trabajar juntos en mi siguiente proyecto musical. Es un lujo para mí.

P.– A lo Springsteen, como en el anterior, ‘A media distancia’…

R.– Yo creo que éste va a tener una parte de él, sí. Y no hay nada de malo… [risas] Pero éste va a ser un poco más folk. No es un disco tan americano en su concepción, tiene mucho de folk y un tinte country.

P.– Entonces… ¿en Bestia te has sentido libre para ser tú como en tus discos y obras?

R.– Noooo, nunca. Si lo hubiera hecho como yo hubiera querido, no sería así [risas]. Pero tengo que respetar los criterios de los que dirigen, porque saben más que yo y saben lo que necesita el personaje más que yo. Porque para eso lo han creado.

P.– Serías más realista…

R.– Bueno, la diferencia entre lo que se me pedía y lo que yo habría hecho es que querían algo más realista. Buscan una voz más cercana a lo popular. No puede estar excesivamente adornado. Tiene que tener una parte de algún modo siniestra, fea, mundana.

P.– ¿Te preparaste de alguna manera especial para esta ‘Bestia’?

R.– No, fui con lo que me salía en el momento y lo que yo recordaba de cuando hice la función. Y luego estuve muy atento a las indicaciones del director, en este caso Jacobo Calderón, que creo que ha hecho un gran trabajo, sabe muy bien cómo encontrar la esencia del personaje. Jacobo es un tipo muy cuidadoso con el detalle, pero yo también. Tengo mucha tendencia a escuchar el error. Así que le echamos un rato para dejarlo como queríamos los dos.

El ‘otro’ Ignasi Vidal

P.– Tú has sido Judas, Bestia, Javert… pero últimamente no te vemos sobre las tablas. ¿Has decidido bajarte de la escena?

R.– Lo que pasa es que mis inquietudes artísticas ahora andan por otros derroteros. Yo estoy muy volcado en mi faceta de director y autor teatral. Y esto ha desplazado un poco mi anterior ocupación, que era la de actor. Ahora lo soy de manera puntual, voy a estrenar en el Centro Dramático Nacional una obra e Antonio Gala, ‘Séneca’, dirigido por Emilio Hernández. Pero el resto del año voy a estar volcado en mis proyectos. Me voy a dirigir mi función, ‘Dignidad’, a Ecuador, y vuelvo para dirigir una función nueva escrita por mí que se llama ‘El Cíclope’, que estrenaremos en Avilés creo que el 19 de agosto.

P.– Cuéntanos un poco sobre ‘El Cíclope’…

R.– Son tres historias relacionadas con el amor y el desamor que se van cruzando en el tiempo. Curiosamente, yo siempre decía… fíjate qué cosas, que ‘El Cíclope’ es el resultado de toda una generación de gente que se crio con películas de Disney y que cuando crecieron se dieron cuenta de que esas películas no tienen nada que ver con la realidad. Es el desengaño de Disney.

P.– Quizás sea que Disney es una evasión, una ilusión…

R.– Exactamente, Disney es una ilusión.

P.– Y de ‘Dignidad’ cuéntanos. Porque esa obra ya se estrenó en Madrid, en los Teatros del Canal, girasteis por España, se va a llevar al cine…

R.– Estuvimos un año y pico de gira. Pero lo notorio es que la función se va a pasear por medio mundo ahora. Está en Buenos Aires, con un magnífico éxito y unos actores maravillosos. Después viajará a Perú, Chile, Uruguay… varios países. Yo me voy ahora a Guayaquil a montarla. Después, iremos a Italia y a Francia. Y ya está más que definida la versión en cine. Pero en eso hay bastante secreto…

P.– Desvélanos alguno.

R.– Puedo decir con seguridad que Israel Elejalde estará en el reparto. Esa fue una decisión artística tomada con el director, teníamos los dos clarísimo que el papel que hacía yo en teatro lo tenía que hacer él, creo que es el número uno en la escena en España. Y además somos amigos, lo conozco muy bien y sé la profundidad y la fuerza que le puede dar al personaje. El otro protagonista están ahora negociando pero, vaya, es un nombre importante, muy importante. La versión en cine es muy chula.

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Daniel Muriel e Ignasi Vidal, en ‘Dignidad’, estrenada en los Teatros del Canal, y pronto en el cine.

P.– Explícanos un poco qué es ‘Dignidad’, una obra tan basada en la política de hoy en día.

R.– ‘Dignidad’ es una obra de teatro que habla de política pero sobre todo de cómo la política y la cercanía del éxito y del poder pueden influir en una amistad y una confianza de muchos años. En realidad, habla más de la amistad, de la confianza, de aquello que se rompe. Lo que ocurre es que la política tiene un peso específico dentro de la historia.

P.– De tu faceta como actor a tu faceta como autor y director hay un cambio brusco. De sentimientos a realidades.

R.– Pero las realidades son sentimientos, ¿no? Yo soy un dramaturgo que milita en el realismo a ultranza. Fuera de eso no me desenvuelvo muy cómodamente. Mira que soy un admirador de Oscar Wilde, y de todo eso que decía de que ‘la vida debe imitar al arte y no al revés’. No lo he conseguido. Lo entiendo y me gusta. Pero a mí me gusta mucho Baroja, que es el escritor de la realidad.

P.– ¿Son tus influencias? Wilde por un lado, Baroja por el otro…

R.– Wilde fue una influencia muy importante con 18 años. Es el momento para leer a Oscar Wilde, cuando se es muy joven, porque tiene algo de desafiante con lo establecido, con la sociedad. Pero, ojo, cuando ya uno es mayor tiene que leer ‘De profundis’, que con más de 40 años impresiona mucho. Baroja no sé si me influye o no, pero me ha impresionado mucho. Ahora estoy muy metido en su obra… aunque hay dramaturgos que me han influido bastante más en teatro, como Chejov, al que venero.

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