¿Será posible desarrollar armas controladas por la mente?

Los avances en la neurociencia y las nuevas tecnologías son cada vez más prometedores, incluso en el ámbito militar. Desde hace varios años, el gobierno de los Estados Unidos, a través de la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa (DARPA) puso en marcha un ambicioso proyecto con el fin de desarrollar tecnología capaz de leer las mentes de los soldados de forma instantánea.

El objetivo de este proyecto es diseñar armas que puedan ser controladas con el pensamiento o transmitir imágenes directamente de cerebro a cerebro.

Un canal bidireccional de comunicación cerebral

El nuevo proyecto o programa de la DARPA se llama N³ (Next Generation Nonsurgical Neurotechnology program) y tiene como propósito generar una tecnología bidireccional y sin interrupciones entre máquinas y cerebro humano, sin realizar ningún tipo de cirugía. Para ello, utilizarán los más recientes avances en desarrollados en la ingeniería genética, las neurociencias y la nanotecnología, entre otras.

En un futuro, una persona podrá operar un dron de esta manera o analizar una gran cantidad de datos, según el profesor de bioingeniería Jacob Robinson, uno de los expertos al frente de los grupos de investigación. Sin embargo, Jacob explica que actualmente los sistemas de comunicación entre humanos y máquinas son demasiados lentos.

Para poder mover los dedos, por ejemplo, hay que enviar una señal desde el cerebro para dar un comando verbal, lo que ralentiza el proceso de interacción tanto un sistema cibernético como con uno físico. Por esta razón, el reto de los científicos e investigadores del proyecto es mejorar en lo posible esa velocidad de interacción.

Leer el cerebro

Los implantes cerebrales desarrollados en los últimos años han permitido un gran avance en la capacidad de leer y escribir información directamente en el cerebro. Pese a ello, la cirugía cerebral implica muchos riesgos debido a su complejidad y, con frecuencia, los interfaces suelen consistir en electrodos conectados al cuero cabelludo. Por eso, la misión de DARPA es estimular el desarrollo de interfaces no invasivas entre cerebros y máquinas.

El interés de la agencia es la creación de sistemas que permitan leer y escribir en 16 ubicaciones independientes de una porción del cerebro del tamaño de un guisante y todo ello en un tiempo estimado de no más de 50 milisegundos. Sin embargo, para el profesor Jacob se trata de un objetivo difícil de lograr en tan poco tiempo.

El reto al que se están enfrentando los científicos del proyecto es saber con exactitud de dónde proceden las señales cerebrales y en que preciso momento se están generando al capturar la actividad cerebral a través del cráneo. Por lo tanto, aún falta mucho por hacer para poder lograr los objetivos fijados por la agencia.

Los vectores virales

El equipo de investigación del profesor Jacob está trabajando en el uso de virus modificados llamados vectores virales con el fin de enviar material genético a las células, insertando ADN en ciertas neuronas para que generen dos proteínas en específico.

La primera proteína permitirá generar una lectura precisa de la actividad cerebral para descifrar que está observando, escuchando o haciendo una persona. Para ello, se utilizará un auricular externo que envíe un haz de luz infrarrojo que pasará a través del cráneo y llegar hasta el cerebro. Los detectores del auricular medirían la pequeña señal del tejido cerebral para crear una imagen del cerebro.

La proteína generada hará que las áreas seleccionadas se vean más oscuras (porque la luz las absorbe) una vez que se activen las neuronas, dando lugar a una lectura precisa de la actividad cerebral.

La segunda proteína, en cambio, depende de las nanopartículas magnéticas, por lo que las neuronas serían estimuladas magnéticamente para transmitir imágenes o sonidos de una persona a otra. Todo ello empleando mismo auricular.

Control cerebral de drones

Otro grupo de investigadores del Instituto Batelle está trabajando para que los humanos puedan controlar drones con el pensamiento. Según explica, Gaurav Sharma, director del equipo, los joysticks y los cursores informáticos son dispositivos de una sola vía, pero la idea actual es hacer que una persona sea capaz de controlar varios drones, lo que es bidireccional.

Por tanto, si el dron se está moviendo hacia la izquierda, la persona debe tener una señal sensorial en su cerebro que le indique que se está moviendo a la izquierda.

Implicaciones éticas

El desarrollo de armas controladas por la mente también plantea importantes cuestiones éticas. La idea de que un ser humano pueda controlar una máquina de guerra con su pensamiento abre un abanico de preocupaciones sobre el libre albedrío, la responsabilidad y el potencial de abuso. ¿Cómo se garantizaría que estos sistemas no fueran utilizados para fines perversos? ¿Qué salvaguardias serían necesarias para proteger a los soldados de la manipulación externa?

Además, la posibilidad de que las fuerzas militares de diferentes países desarrollen tecnologías similares podría llevar a una carrera armamentista en el ámbito de la neurotecnología. Esto podría aumentar las tensiones entre naciones y dar lugar a un nuevo tipo de conflicto, donde la guerra no se libraría solo con armas, sino también en el terreno del control mental.

Lecturas recomendadas

Sistemas de armas autónomas

Seguridad en al era de la inteligencia artificial