Núcleo caudado, el área cerebral responsable del pesimismo

Núcleo caudado, el área cerebral responsable del pesimismo
Núcleo caudado, el área cerebral responsable del pesimismo

¿Sientes que el pesimismo se apodera de tu cerebro? Ya se sabe dónde se encuentra el área responsable, se trata del núcleo caudado. Pero, ¿dónde se encuentra esta región y por qué provoca este sentimiento tan negativo para el ser humano? Veamos qué ha descubierto el equipo de neurocientíficos del MIT.

Según los datos obtenidos, el núcleo caudado es responsable de los estados pesimistas siempre que es sobreestimulado. Esta situación puede provocar tanto depresión como cuadros de ansiedad.

Así se desprende de la investigación publicada en la revista Neuron, tras haber trabajado con ratones en un estudio que demuestra que las pistas extrapolables a los seres humanos son muy claras.

Para alcanzar estas conclusiones, el grupo de científicos se centró en el estudio de los procesos conocidos como conflictos de aproximación-evitación. Es decir, a veces, los mamíferos sentimos una gran atracción hacia objetos de deseo que añoramos tanto como rechazamos.

Cuando un mamífero o ser humano ha de decidir, se presenta la posibilidad de sopesar las opciones negativas y positivas de cada alternativa. En principio, parece simple, pero este escenario puede inducir a elevar los niveles de estrés de forma significativa. Ella nos podría llevar a sufrir una situación de estrés crónico peligrosa.

El peso del núcleo caudado en la toma de decisiones

Curiosamente, los ratones han mostrado una tendencia manifiesta a sufrir estrés crónico, llevándolos a su vez a elegir las opciones más arriesgadas con la espera de que la recompensa potencial sea mayor.

En este caso, los roedores se enfrentan a un modelo que les obliga a seleccionar un objetivo sopesando y analizando el coste y el beneficio de cada opción. Han de decidir si realmente la recompensa merece la pena, pues las consecuencias de obtenerla no siempre son agradables. Pero si no eligen el riesgo, el premio podría no merecer tanto la pena.

A su vez, se aplicaron descargas eléctricas en el núcleo caudado para observar cómo afecta a sus decisiones y, efectivamente, estas variaron. O sea, que se centraron en el coste del estímulo negativo y devaluaron su recompensa.

En este momento fue cuando los investigadores observaron que la estimulación de dicho núcleo varió la actividad cerebral de los roedores. Es decir, observaron un hallazgo que podría servir para comprender mejor la sintomatología de la ansiedad y la depresión, dando paso a posibles tratamientos novedosos más efectivos, enfocados en el núcleo donde se producen los estados depresivos, pesimistas y ansiosos. El futuro dirá si esta investigación ha sido beneficiosa o no.

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