Geología

Bombazo en la geología: un científico descubre que la península ibérica se mueve en esta dirección y no da crédito

La península ibérica
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
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La península ibérica, un territorio históricamente marcado por la complejidad geológica del Mediterráneo occidental, está girando lentamente en el sentido de las agujas del reloj, según los últimos estudios de geodinámica realizados por científicos españoles. Este hallazgo, que combina décadas de registros sísmicos con datos satelitales de alta precisión, permite comprender mejor los procesos tectónicos que modelan la región y abre nuevas perspectivas sobre el riesgo sísmico y la planificación territorial en España.

El equipo de investigación, liderado por Asier Madarieta, del grupo HGI de la Universidad del País Vasco, ha centrado su análisis en la interacción de la placa euroasiática con la placa africana, una de las fronteras tectónicas más complejas del planeta. Según Madarieta, «la placa eurásica y la africana convergen a un ritmo de 4–6 mm al año. Esta convergencia, aunque aparentemente mínima, genera tensiones que se acumulan en la corteza y se manifiestan en la deformación progresiva de la península». Y añade: «El giro de la península en el sentido de las agujas del reloj no es un movimiento instantáneo ni perceptible a simple vista, pero se refleja en la deformación acumulada de la corteza, detectable mediante técnicas modernas de geodesia y análisis sísmico».

La península ibérica rota en la dirección de las agujas del reloj

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es el papel del dominio de Alborán, una microplaca que condiciona la geometría de la frontera entre Eurasia y África. Su desplazamiento hacia el oeste ha favorecido la formación del arco activo de Gibraltar, una estructura que conecta la cordillera Bética con el Rif norteafricano y actúa como un amortiguador frente a las tensiones generadas por la colisión de placas.

«Al este del estrecho de Gibraltar, gran parte de la deformación queda absorbida por la corteza del arco de Alborán», explica Madarieta. «Sin embargo, al oeste, los esfuerzos tectónicos se transmiten directamente hacia el suroeste peninsular, generando zonas de mayor riesgo sísmico. Este patrón de deformación ha sido corroborado con observaciones satelitales y modelos numéricos de alta resolución».

Implicaciones para la actividad sísmica

El giro de la península no es un fenómeno aislado. Según los investigadores, las deformaciones asociadas a este movimiento ayudan a identificar zonas con fallas activas. Esta información es crucial para la actualización de la base de datos QAFI (Cuaternary Active Faults of Iberia), que aún presenta vacíos en zonas como el oeste de los Pirineos y el sector occidental del arco de Gibraltar.

«Conocer la localización exacta y la actividad de estas fallas permite planificar mejor la construcción de infraestructuras y evaluar el riesgo sísmico de manera más precisa», afirma Madarieta. «El conocimiento detallado de la deformación tectónica es una herramienta clave para prevenir desastres y proteger vidas en España y en toda la región del Mediterráneo occidental».

Métodos de estudio y análisis

El equipo español ha utilizado técnicas avanzadas de geodesia y geofísica para medir deformaciones de apenas milímetros por año. Entre las herramientas empleadas destacan los sistemas GPS de alta precisión, interferometría de radar satelital (InSAR) y el análisis detallado de sismogramas históricos. La combinación de estas técnicas ha permitido modelar la deformación tridimensional de la corteza y proyectar el movimiento de la península a lo largo del tiempo.

Además, los científicos han aplicado modelos numéricos de mecánica de placas para simular cómo afecta a la península la convergencia entre Eurasia y África. Los resultados muestran que el arco de Gibraltar actúa como un pivote alrededor del cual se produce el giro horario, mientras que otras zonas de la península, como el oeste y el norte, experimentan deformaciones más lineales.

Retos y perspectivas futuras

A pesar de los avances, el equipo de Madarieta reconoce que quedan desafíos importantes. La base de datos QAFI sigue incompleta y se necesitan más estudios geológicos y geofísicos en zonas remotas. Asimismo, el modelado del movimiento horario de Iberia requiere integrar aún más datos históricos y satelitales para refinar las proyecciones a largo plazo.

«Estamos apenas comenzando a entender la dinámica completa de la península», comenta Madarieta. «Nuestro objetivo es desarrollar modelos predictivos que puedan informar no solo a la comunidad científica, sino también a responsables de la gestión del territorio, urbanismo y protección civil».

El hallazgo de que la península ibérica gira lentamente en el sentido de las agujas del reloj representa un avance significativo en la geodinámica española y refuerza la necesidad de continuar con la investigación interdisciplinar. La comprensión del movimiento permitirá anticipar posibles cambios en la corteza, garantizar la seguridad de infraestructuras y mejorar la resiliencia frente a fenómenos naturales.

En definitiva, la península ibérica es un laboratorio geológico en constante movimiento que revela la dinámica profunda de la Tierra bajo nuestros pies. Esta perspectiva aporta un valor añadido al conocimiento geológico de la península y permite anticipar posibles cambios en su estructura en los próximos siglos.

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