Muerte extrema en el Sistema Solar
Los humanos tratamos a la Tierra como si tuviéramos un plan b, es decir, como si dispusiéramos de otro lugar en el que vivir una vez este mundo quede inservible. Por desgracia, esto no es así. De hecho, si miramos los miles de formas de muerte extrema en el Sistema Solar que un ser vivo puede sufrir, tal vez aprendamos que hoy por hoy para nosotros es la Tierra o el deceso brutal.
Tritón es una luna de Neptuno que podría disponer de un océano de agua bajo su superficie helada. Sin embargo, para llegar hasta él habría que sobrevivir a temperaturas de -400ºC en su superficie, lo que lo convierte en el satélite más frío del Sistema Solar y una forma horrible de morir.
Tampoco sería una opción Neptuno, ya que a través de su atmósfera viajan esquirlas de agua helada capaces de alcanzar los 1000 kilómetros por hora. No sería agradable verse atravesado por ellas.
Otros satélites del Sistema Solar donde podríamos intentar prosperar podrían ser pequeños mundos como Io, alrededor de Júpiter, pero igualmente podríamos morir bajo la acción del magma de sus volcanes, que alcanza los 300 kilómetros de altura.
Y claro, tampoco Júpiter sería un mundo agradable. Además de su inmenso campo magnético, su enorme presión y su apabullante radioactividad, en su interior se encuentran mayúsculas tormentas más grandes que la Tierra que tienen más de cuatro siglos de actividad con vientos huracanados de hasta 300 kilómetros por hora.
Cómo sufrir muerte extrema en el Sistema Solar
Imaginamos que ya irás viendo lo poco hospitalarios que son los planetas de nuestro Sistema Solar con la vida humana. Aunque pudiésemos respirar en sus atmósferas o sobrevivir en el vacío, algo que no podemos, sus condiciones hacen imposible nuestra adaptación.
Por ejemplo, cuando observamos Saturno desde la Tierra, sorprenden sus anillos. Pero en su atmósfera vuelan vientos de unos 2000 kilómetros por hora. No sería agradable verse arrastrados por ellos.
Y precisamente en Saturno encontramos Encélado, una prometedora luna helada con un gran océano de agua líquida en su interior. Es sí, hay que tener cuidado en su superficie para no ser lanzados al espacio a través de sus respiraderos hidrotermales, nos pueden elevar a velocidades de 1000 kilómetros por hora.
Ya ves lo extremo y brutal que es el Sistema Solar. Incluso Titán, la luna de Saturno que fue la gran esperanza, ha demostrado tener tan baja temperatura que logra mantener el metano en estado líquido a -260ºF. Créenos cuando te decimos que no te gustaría bañarte ahí o sufrir una tormenta en este mundo.
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