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Ésta es la mejor hora del día para bañarse o ducharse, según la ciencia

Mujer en la ducha.
Mujer en la ducha. Foto: Pexels.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Bañarse es más que una simple cuestión de higiene; es un ritual diario que puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar físico y emocional. Sin embargo, una pregunta común persiste: ¿cuál es el momento ideal del día para sumergirse en el agua?

Si bien la respuesta puede parecer obvia para algunos, la ciencia ofrece un análisis más profundo sobre cómo elegir el momento adecuado puede influir en tu estado de ánimo, energía y salud en general.

Los beneficios de una ducha matutina

Comenzar el día con una ducha puede ser una de las decisiones más acertadas para aquellos que buscan un impulso de energía.

El agua fresca no sólo despierta el cuerpo, sino que también activa la mente, mejorando la concentración y la creatividad.

Por último, prepara tu piel para el día. Al lavarte la cara en la ducha, te aseguras de eliminar cualquier residuo del día anterior, preparando tu rostro para el cuidado diario que sigue.

Ducha nocturna: relajación y mejora de la calidad del sueño

Por otro lado, la ducha nocturna tiene sus propios beneficios que no deben pasarse por alto. Si tu objetivo es relajarte y mejorar la calidad del sueño, bañarte por la noche es la mejor opción.

El agua caliente ayuda a reducir la tensión acumulada durante el día, proporcionando un alivio físico y emocional. Además, mejora el sueño. Al ducharte por la noche, puedes regular la temperatura de tu cuerpo, facilitando la transición al descanso nocturno.

Este simple acto puede ser la clave para una noche de sueño reparador. Una ducha antes de dormir también establece un ritual que ayuda a tu cuerpo a comprender que es hora de relajarse, lo que a su vez promueve patrones de sueño más saludables.

¿Es mejor bañarse con agua fría o caliente?

Cuando se trata de la temperatura del agua, tanto el agua fría como la caliente ofrecen beneficios únicos.

El agua caliente, por ejemplo, abre los vasos sanguíneos, facilitando la circulación y ayudando a la relajación muscular. Por el contrario, el agua fría contrae los vasos sanguíneos, lo que puede ayudar a revitalizar el cuerpo y aumentar la energía.

Esta alternancia de temperaturas no sólo es refrescante, sino que también se ha demostrado que favorece la regeneración muscular y ayuda en procesos de desintoxicación.

¿Y si pudieras incorporar ambas temperaturas en tu rutina diaria? Un ciclo de duchas frías y calientes podría ser la clave para maximizar tus beneficios de higiene personal.

Elegir la mejor hora del día para bañarse puede parecer una decisión simple, pero los beneficios que aporta pueden ser profundos y variados. Tanto las duchas matutinas como las nocturnas tienen su encanto y utilidad, dependiendo de tus necesidades personales y estilo de vida.

Experimentar con diferentes momentos y temperaturas podría abrirte a nuevas posibilidades de bienestar. Así que, la próxima vez que te prepares para el baño, piensa en cómo ese pequeño ritual puede transformar tu día.

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