La ciencia responde: ¿se quiere más a la pareja o a la mascota?
Esto es lo que dice la ciencia sobre a quién se quiere más a la mascota o a la pareja
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Responde la ciencia ante un tipo de amor que puede afectarnos de forma distinta, el amor a la pareja o a la mascota, son sentimientos que por fin tienen explicación. Las primeras mascotas que hemos tenido en nuestra vida seguro que nos han marcado muchísimo. Ese animal que ha crecido con nosotros y llega un momento en el que tenemos que decirle adiós, es algo que sucede de forma más constante de lo que nos imaginaríamos. Su esperanza de vida es limitada, por lo que debemos despedirnos con un dolor inmenso.
Es un tipo de amor tan grande el que nos envían las mascotas que nos costará decir adiós a un ser que se ha convertido en una parte más de nuestra familia. Sin duda alguna, estaremos ante un tipo de mascota que acabará siendo la culpable de unos sentimientos que pueden ser especialmente complicados. Habrá llegado el momento de empezar a pensar en una pregunta que la ciencia responde, para saber si se quiere más a la pareja o a la mascota, de tal manera que debemos empezar a prepararnos para vivir unos cambios que pueden ser fundamentales.
Responde la ciencia
Los expertos han dado con una serie de respuestas que han acabado siendo los que han marcado la diferencia en todos los sentidos. Hay varias formas de amor que debemos tener en cuenta y que quizás hasta ahora no habíamos podido clasificar. Habrá llegado ese momento de apostar claramente por una serie de sentimientos que nos acompañarán toda la vida.
Recordaremos a esa primera mascota, cuya marcha nos rompió el corazón, pero también nos quedaremos pendientes de ese primer amor que nos llevó casi a la locura. El amor por una persona nos lleva a dejar de recibir ese amor por una mascota y lanzarnos directamente hacia un ser que puede acabar siendo lo que marque una diferencia importante.
Sin duda alguna, habrá llegado el momento de empezar a pensar en todo lo que tenemos por delante y en una nueva forma de amar. Dicen que los amores nunca se olvidan y que es imposible compararlos. Pero quizás la ciencia ha dado con una respuesta que quizás nos interese.
Por fin sabremos si se quiere más a la mascota o a la pareja, aunque es una pregunta extraña, ya que, por lógica, las personas no pueden compararse con las mascotas. El sentimiento por una persona y la aportación que realiza nada tiene que ver con otros elementos.
Sabremos si se quiere más a la mascota o a la pareja
La pareja es una persona a la que difícilmente olvidaremos, con ella habremos interactuado a un nivel distinto que con un animal. Pero eso no quiere decir que no tengamos que estar pendientes de una serie de elementos que quizás nunca hubiéramos imaginado.
Es hora de saber qué nos dice la ciencia sobre la manera de querer, a una mascota o a una pareja, quizás no debemos tener en cuenta ese más o menos, sino la manera en la que se quiere. Son formas de amor distintas con intensidades quizás también diferentes en distintos puntos.
Este reciente artículo escrito en la revista especializadas Cerebral Cortex nos dice que: «Los sentimientos de amor se encuentran entre los fenómenos humanos más significativos. El amor informa la formación y el mantenimiento de los lazos de pareja, los apegos padres y descendencia, e influye en las relaciones con los demás e incluso en la naturaleza. Sin embargo, se sabe poco sobre los mecanismos neuronales del amor más allá de los tipos románticos y maternales. Aquí, caracterizamos las áreas cerebrales involucradas en el amor por seis objetos diferentes: pareja romántica, hijos, amigos, extraños, mascotas y naturaleza. Usamos imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la actividad cerebral, mientras que inducimos sentimientos de amor usando cuentos. Nuestros resultados muestran que la actividad neuronal durante un sentimiento de amor depende de su objeto. El amor interpersonal reclutó áreas cerebrales de cognición social en la unión temporoparietal y estructuras de línea media significativamente más que el amor por las mascotas o la naturaleza. En los dueños de mascotas, el amor por las mascotas activó estas mismas regiones significativamente más que en los participantes sin mascotas. El amor en los lazos de afiliación más estrechos se asoció con una activación significativamente más fuerte y generalizada en el sistema de recompensa del cerebro que el amor por extraños, mascotas o naturaleza. Sugerimos que la experiencia del amor está moldeada por factores biológicos y culturales, que se originan a partir de mecanismos neurobiológicos fundamentales de apego».
Por lo que son tipos de amor distintos, el de una pareja, una mascota o un familiar que quizás debemos separar antes que nada y organizar de una forma muy distinta.