Semana 18 de embarazo: empiezan a notarse los movimientos del feto
Cada fase del embarazo se identifica por una serie de situaciones y cambios que tienen lugar, tanto en la madre como en el bebé que lleva en su interior. Y de todos esos te vamos dando cuenta a través de la serie Embarazo semana a semana. Una serie que hoy vamos a continuar exponiendo las principales situaciones que tienen lugar durante la semana 18. ¿Preparada para tomar nota?
El feto en la semana 18
Como hemos dado ya a conocer en el titular, el principal hecho que adquiere protagonismo en este momento de la gestación es que la embarazada ya va a comenzar a sentir los movimientos del feto. En un primer momento, le parecerán simples “retortijones”. Sin embargo, poco a poco, se dará cuenta que, en realidad, vienen a ser las patadas y movimientos que realiza su hijo.
No obstante, no podemos obviar que algunas féminas no experimentan esta situación hasta la semana 20, aproximadamente.
De la misma manera, hay que tener en cuenta que también el feto vive otra serie de cambios en este momento del segundo trimestre. En concreto, ya ha crecido y supera los 14,2 centímetros, lo que hace que tenga el tamaño de un boniato y que haya rebasado al que tiene la placenta. Si tenemos en consideración lo que es su peso, tenemos que establecer que el mismo en este instante está entre los 150 y los 190 gramos, más o menos.
Además, estos son otros aspectos relevantes de esta semana 18:
- Su esqueleto se está conformando y desarrollando de manera plena.
- Sus piernas y sus pies se encuentran en este momento perfectamente moldeados.
- En este momento ya posee cuatro cámaras cardíacas.
Síntomas y cambios en la mujer
De la misma manera, la embarazada tiene que hacerle frente a una larga lista de cambios y de síntomas, entre los que merece la pena destacar los siguientes:
- Su peso está aumentando de forma notable. En concreto, lo habitual es que en este momento ya venga a pesar entre 4 y 5 kilos más de lo que lo hacía cuando descubrió que estaba esperando un bebé.
- Puede comenzar a tener los primeros dolores de espalda. Estos se producen por el citado aumento de peso y porque se incrementan las dimensiones del útero, trasladando lo que es su “centro de gravedad”.
- No se debe pasar por alto que a estas alturas del embarazo son frecuentes las varices que empiezan a aparecer en determinadas zonas del cuerpo. Esas son consecuencia de los cambios hormonales y del aumento de peso.
- Hay féminas que sufren en este momento notables y constantes sofocos, como consecuencia del incremento de la progesterona.
- Es muy habitual que tenga que acudir de forma frecuente al baño a orinar.
- La piel se estira de forma considerable, siendo especialmente palpable en la zona de la barriga. Esto, entre otras cosas, puede traer consigo ciertos problemas de picores.
- No hay que pasar por alto tampoco que en esta semana 18 es muy habitual que la mujer tenga que hacerle frente a dos síntomas muy claros: las hemorroides, a consecuencia del estreñimiento, y los ardores de estómago. De ahí que deba cuidar mucho qué come, en pro de no empeorar dichas situaciones.
Alimentación para la embarazada en la semana 18
Además de todo lo expuesto hasta el momento, se hace necesario tener en consideración que en esta semana 18 la mujer debe cuidar su alimentación. Tal y como te dimos a conocer en un artículo anterior sobre la nutrición en esta fase de la gestación, estos son los principales consejos a tener en cuenta:
- En pro de luchar contra los ardores de estómago y para no tener una digestión complicada, debe seguir una alimentación sana, completa y equilibrada. Esto pasa, entre otras cosas, por realizar cinco comidas al día y por realizar cenas ligeras.
- Para evitar las hemorroides o, al menos, para no agravarlas tiene que evitar los platos especiados o muy picantes.
- Debe tomar varias piezas de fruta al día y una de las más recomendables es el kiwi. ¿Por qué? Porque le ayudará a combatir el estreñimiento.
- En torno a las 11 – 12 horas del mediodía es aconsejable que coma algo para tener el hambre a raya. Las mejores opciones son fruta o un puñado de frutos secos.
- En lo que respecta a los platos más aconsejables para el almuerzo están el revuelto de espinacas, el pollo al limón, la merluza al horno, una ensalada…
- La cena, además de ser ligera como hemos mencionado antes, tiene que acabarse con una infusión que resulte relajante y digestiva al mismo tiempo.