Alimentación infantil

5 trucos para conseguir que los niños coman de manera más saludable

Presentar la comida de forma divertida, ofrecer "snacks" saludables o dar ejemplo son algunos de los trucos para conseguir que los niños coman de manera saludable.

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Los trucos para lograr una alimentación saludable en los niños

Muchas son las familias que ven cómo sus hijos ponen todo tipo de pegas a la hora de comer, o cómo directamente solo aceptan aquellos platos o comidas que les gustan o son incapaces de probar nuevos alimentos y mucho menos, cuando se trata de frutas y verduras. Sumemos además el problema de la obesidad infantil y cómo aumenta en España, por tener una mala nutrición, de modo para todas estas situaciones, os queremos ofrecer ahora 5 trucos para conseguir que los niños coman de manera más saludable.

5 trucos para conseguir que los niños coman de manera más saludable

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Comer de manera saludable implica comer platos variados en los que no falten nutrientes, vitaminas y proteínas que suelen aportar sobre todo las frutas, las verduras, las carnes y el pescado, pero lo cierto es que los niños de hoy en día se alimentan cada vez más de alimentos procesados, con alto índice de azúcares y grasas, algo que no es solo malo para su salud, sino que además les provoca las ganas de querer alimentarse mucho más a partir de ese tipo de comida ya sean hamburguesas, pizzas, comidas preparadas y como no, todo tipo de dulces y bollería. Como consecuencia de todo ello, y además de la vida sedentaria de muchos niños, no es de extrañar que crezcan los casos de obesidad infantil.

No pasará nada porque los niños coman de vez en cuando un alimento procesado, o porque les llevemos a su hamburguesería favorita una vez al mes, pero debemos procurar que nuestros hijos coman de todo y que su base alimenticia sea la más saludable posible. Para conseguirlo, nada como aplicar los trucos que a continuación, os enumeramos.

No picar entre horas «snacks» o cosas no saludables

Tomar algo entre comidas es algo bueno, pero solo si se hace de manera saludable. A los niños les encanta darse atracones de bebidas azucaradas, cereales o snacks como patatas fritas. Es más adecuado si mantienes estas opciones almacenadas en casa al mínimo y lo sustituyes por otras mucho más saludables. Si acostumbras a que los niños, por ejemplo, se coman una mandarina cuando sienten el «gusanillo» o unos cuantos frutos secos en el aperitivo, antes que darles una bolsa de patatas fritas, mantendrán ese hábito. De hecho si desde pequeños les ofrecemos «snacks» saludables como palitos de verduras, frutas o también nueces y otros frutos secos, sabrán lo buenos que están y cómo les ayuda a mantenerse con energía todo el día.

Experimenta con la presentación de la comida

Si el problema al que te enfrentas es que a tu hijo o hija no le gusta lo que le ofreces en el plato o cómo se dice «no le entra por los ojos»,  intenta cambiarlo con la forma en que cocina las cosas o se las presentas. Por ejemplo, un plato de ensalada o de verduras puede no apetecer mucho, pero si cortamos las cosas en forma de estrellas o lo disponemos con la forma de una carita o de un animal, es posible que el niño o niña se anime a probarlo.  Las frutas también se prestan a que hagamos este tipo de presentaciones, y además gracias a la variedad de sus colores, pueden quedarnos platos realmente creativos con los que lograr que nuestros hijos coman de forma más saludable.

Siempre ofrece nuevos alimentos

Los niños no crecen sin que les gusten todas las opciones de comida. Prueba e innova con lo que les presentas. Recuerda, los adultos también tienen diferentes papilas gustativas. Dales tiempo para que se adapten y les guste la comida por su cuenta. Al mismo tiempo, cuando les estés dando algo nuevo para probar, no los sobrealimentes. Sírveles un pequeño bocado al principio y déjales decidir si quieren más o no. En lugar de ser restrictivo, permíteles tomar sus propias decisiones.

Deja que coman solos, no fuerces la alimentación

Muchos padres tienen la costumbre de alimentar a los niños a la fuerza. Esta es una táctica que no siempre funciona bien. Si terminas forzando a tu hijo o hija a comer algo, tendrá aversión tanto a la comida como a la hora de comer. De la misma manera, asegúrate de no armar un gran alboroto cuando se nieguen a comer algo a lo que se resisten. Se firme, pero no te excedas. Cuanta más fuerza, más quisquillosos se vuelven y desarrollan malos hábitos alimenticios.

Al mismo tiempo, no consideres que sus hábitos alimentarios sean los peores. No comentes su peso ni hagas que formen asociaciones negativas con la comida. También podrías obstaculizar la relación entre padres e hijos.

Es mejor tener paciencia e intentar ser comprensivos. Quizás combinar algo que le gusta mucho con un alimento que desees que prueben, o ponerle menos cantidad en el plato para irla aumentando progresivamente a medida que veas que va comiendo, nos puede servir para no tener que forzar la alimentación y conseguir que vayan comiendo.

Da ejemplo con lo que comes

Los niños imitan y aprenden mucho de los adultos. Por lo tanto, si ven que rechazas algo o evitas ciertos alimentos, también pueden hacer lo mismo. Los padres y tutores tienen la responsabilidad adicional de fomentar los hábitos alimentarios correctos. Una forma sencilla de hacerlo sería involucrarlos en la cocina cuando estés cocinando, llevarlos de compras al supermercado o comer juntos en familia. Compartir una comida en la mesa les permitiría a los niños verte comer de manera saludable, limitar la comida «basura» y crear vínculos afectivos.

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