5 mitos sobre los gemelos que resultan ser grandes mentiras
Ser padres de gemelos es una experiencia única, ya que cuidar de dos niños a la vez supone vivir la paternidad de manera doble, con todo lo que eso conlleva. En concreto, trae consigo miedos, dudas y pocas horas de descanso multiplicados por dos, pero también supone disfrutar de abrazos, mimos y alegrías al cuadrado.
En el primer caso, en el de las dudas y temores que se puedan poseer a la hora de enfrentarse al cuidado de dos hijos, hay que tener en cuenta que la mejor manera para superarlos es estar convenientemente informado. Es decir, hay que prepararse para la llegada de los gemelos, hay que aprender cómo darles el pecho, cómo cambiarles, cómo afrontar sus lloros a la vez… Y todo eso se puede hacer escuchando los consejos de quienes ya han pasado por la situación y leyendo mucho al respecto. Así, por ejemplo, al apostar por publicaciones especializadas se puede acabar con la idea de los mitos que rodean a estos pequeños y que resultan ser absolutamente falsos.
Precisamente en esa última línea queremos ayudar a todos esos futuros papás de gemelos. De ahí que expongamos los mitos más habituales que existen al respecto y que son auténticas mentiras.
Los gemelos nacen con poco peso
No sabemos el motivo, pero existe la creencia de que cuando dos niños nacen en el mismo parto llegan a este mundo pesando muy poco. Pero eso no es verdad. Como en cualquier otro alumbramiento, puede suceder que pesen poquito, pero también puede ocurrir todo lo contrario, que tengan 3 kilos o más. En este sentido, no hay una regla establecida al respecto.
Los gemelos se saltan una generación dentro del seno familiar
Otra de las creencias que durante años, e incluso ahora, se ha mantenido y se ha establecido como una verdad absoluta es que cuando en el seno de una familia nacen gemelos, no habrá otro parto doble hasta dos generaciones posteriores, es decir, que se saltará una. Sin embargo, eso es falso. ¿Por qué? Porque esa situación o singularidad no es hereditaria, de ahí que quede desmontado por completo el citado mito, que sí se cumple en el caso de los mellizos ya que esta condición resulta ser hereditaria, pero sólo por lo que es la vía materna.
El gemelo que nace primero es el mayor
De la misma manera, otra de las ideas que existe y que se da como certeza sin capacidad de réplica es que el bebé que nace primero de los dos es el mayor y eso es falso. Tan falso como la idea que hay en otros países y que establece que el que lo hace en segundo lugar es el mayor.
¿Por qué ambos mitos resultan ser erróneos? Básicamente por una razón: ambos niños fueron gestados en el mismo momento, ya que parten del mismo óvulo fecundado.
Por ese motivo, hay que quitarse la idea de que uno es el menor y otro el mayor. Ni una cosa ni otra.
Los gemelos cuentan con telepatía
Una de las manifestaciones que generación tras generación se ha ido extendiendo y convirtiéndose en creencia es que los gemelos tienen una capacidad telepática para poder comunicarse entre sí. Pero no es así.
No hay ningún tipo de estudio o análisis que haya dejado constancia de que eso es verdad. Lo que se ha podido demostrar, de manera clara y contundente, es que el hecho de estar juntos desde su gestación y durante toda su vida les hace conocerse a la perfección y saber qué piensa o siente el otro en cada momento.
Todo eso sin pasar por alto que esa unión permanente y diaria les lleva en muchas ocasiones a establecer un propio “idioma” que sólo ambos conocen. Nos estamos refiriendo a la criptofasia, que está denominada como el lenguaje secreto entre gemelos.
Por ley está prohibido que dos gemelos estén en la misma clase
Otro mito existente respecto a este tipo de hermanos es que existe una legislación que deja patente que estos no pueden estar en la misma clase, ya sea de la guardería, del colegio o del instituto. Pero eso es falso, no hay ninguna normativa al respecto que establezca que eso debe ser así. Es más, hay profesionales del ámbito de la docencia y de la psicología que consideran que lo más adecuado para ambos es que formen parte del mismo aula.
No obstante, hay otros profesionales que apuestan por lo contrario. Es decir, que consideran que, sin lugar a dudas, lo mejor es “separarlos” en el centro educativo. ¿Por qué? Porque es la forma de que puedan relacionar más con el resto de compañeros, ya que sí están juntos harán una piña entre ambos y no fomentarán el contacto y la interacción con el resto.