Objetivo [casi] conseguido

Con la boca pequeña y sin carácter aún definitivo porque lo niegan las matemáticas, pero el Mallorca ya atisba en el horizonte la permanencia por segunda temporada consecutiva. Con 37 puntos en 29 jornadas, a 10 de distancia del descenso cuando quedan tan sólo 27 por jugarse, sólo un cataclismo evitaría que el equipo de Aguirre celebrara haber cumplido de nuevo su objetivo. El partido del próximo domingo ante el Getafe puede ser definitivo.

La victoria de ayer en Balaídos fue inesperada, pero también balsámica. No sólo significó el primer triunfo a domicilio de 2023, sino poner también punto y final a una racha horrible como visitante de seis derrotas y un empate. El gol de Amath acabó de cuajo con esa tendencia y sirvió también para devolver al equipo a zonas más cercanas a Europa. Por de pronto el Celta, que llegaba al partido enrachado, está ya por debajo en la clasificación, igual que el Sevilla. El Mallorca salta a la undécima posición y se queda a un punto de Osasuna y Girona, noveno y décimo respectivamente.

Quedan cinco partidos en Son Moix y cuatro fuera de casa. Por Palma deben pasar Getafe -este domingo a las 18.30-, Athletic, Cádiz, Valencia y Rayo. Lejos de la isla hay que jugar ante Atlético, Girona, Almería y FC Barcelona. El calendario es mucho más propicio en el estadio bermellón, donde deberían sumarse los cinco puntos que son necesarios para llegar a los 42 que fijó Aguirre como suficientes para garantizar la permanencia.

A partir de ahí habrá que empezar a trabajar en el futuro con un primer punto en la agenda de trabajo de la dirección deportiva: renovar cuanto antes a Javier Aguirre, que aplazó las negociaciones para su continuidad hasta que el equipo obtuviera la permanencia. Tanto el club como el entrenador están a gusto y todo hace indicar que seguirá un año más, pero quedan aún bastantes flecos por cubrir.