crítica

‘La Música’ con Ana Duato y Darío Grandinetti o la ‘grandeur’ del teatro de texto

La obra de Marguerite Duras se representó el pasado 9 de noviembre en el Teatro Principal de Palma

la música
Ana Duato y Darío Grandinetti, protagonistas de 'La Música'.

La Temporada 2025-2026 del Teatro Principal de Palma nos sorprende gratamente al incluir en el catálogo dos obras que se corresponden con la literatura francesa contemporánea y más exactamente en clave femenina. En función única se representó el pasado 9 de noviembre La Música, de Marguerite Duras, y el próximo 24 de enero será el turno para Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, también en función única.

Estamos hablando preferentemente de dos novelistas cuya celebridad en el caso de Yourcenar llega en 1951 con la publicación, precisamente, de esta novela adaptada al teatro que próximamente se representará en el Principal, y en el caso de Marguerite Duras hablamos de la edición de El amante en 1984, ganando el prestigioso Premio Goncourt, y que probablemente conecta con la revisión que hizo Duras de La Musique en 1985, una pieza teatral originalmente escrita en 1964.

No tengo la certeza, aunque me parece lógico pensar que lo visto en Palma días atrás es la versión revisada, es decir, La Musique deuxième porque ahora se cumple el 40 aniversario de su publicación. Interesante, que en la dirección esté la actriz y directora valenciana de 81 años, Magüi Mira, por el hecho de que debutó con el monólogo La noche de Molly Bloom, inspirada en el capítulo final del Ulises de James Joyce, mayúsculo final de una novela que debo reconocer me costó un año atreverme a la lectura de corrido de esas cincuenta páginas sin puntuación alguna.

Después hizo de Marianne, en la adaptación teatral de Secretos de un matrimonio’ la película dirigida en 1974 por Ingmar Bergman, que tanto nos recuerda Quién teme a Virginia Wolf (1966), adaptación llevada al cine de la obra teatral homónima de Edward Albee.

Magüi Mira -hermana del cineasta Carles Mira, ya fallecido- reflexiona con estas palabras al enfrentarse a la tarea de dirigir la obra de Duras: «Es una obra maestra, sobre el amor imposible e insoportable; es una tragedia moderna, que aborda la imposibilidad de sostener una pareja y los límites difusos entre relación y ficción».

Después está la pareja de intérpretes elegida para darle vida al reencuentro de un matrimonio acabado e inmerso en los últimos trámites del divorcio. La obra de Duras explora las heridas, los silencios y el amor perdido, a lo largo de una noche en una habitación de hotel. Algo tiene de El amante la obra escrita en 1965 y que llevaría a Marguerite Duras a revisar el texto de La Música justo después de la edición de la novela. En el papel de Anne-Marie está Ana Duato, dándole la réplica en la piel de Michel otro grande de la escena, el argentino Darío Grandinetti.

Sobrecogedora la sensualidad exhibida por Ana Duato, quien ya nos tenía acostumbrados al papel de madre y esposa comedida en la serie televisiva Cuéntame cómo pasó. Sobre las tablas, en cambio, se desata sin rubor en la piel de la mujer desairada en que se ha convertido Anne-Marie. Me recordó que podía ser algo así como un sutil calco de la  interpretación de Ana Belén en La pasión turca, película dirigida en 1994 por Vicente Aranda, solo que, valiéndose de fugaces provocaciones en esta suerte de «coreografía distante y fría, una partitura de emociones», en palabras de Magüi Mira.

En realidad, la autora de 40 novelas, en esta singular puesta en escena se limita a seguir escribiendo en su «apuesta por la plenitud de las palabras» en expresión afortunada del escritor Ángel Silvelo, lo que en definitiva hace de La Música un producto genuino del teatro de texto. Solamente eso. Si bien profundamente engrandecido por la calidad de Ana Duato y Darío Grandinetti.

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