Una portada colorista para la temporada del Teatro Principal de Palma
Felip Ariza, ilustrador catalán afincado en Mallorca, es el autor de las ilustraciones, que son una delicia

Con el otoño llegan las temporadas teatrales, recogiendo el testigo de los festivales veraniegos. Hoy quiero referirme al Teatro Principal de Palma, porque su director-gerente, Miquel Martorell, inicia su segundo ejercicio como responsable directo de la programación y uno tiene la impresión de que es ahora cuando Martorell tiene la confianza suficiente para marcar su estilo, empezando por el librillo que recoge los contenidos de temporada.
«El año pasado, el primero como responsable de la casa, opté por dejar la portada en blanco, sin artificios, mientras le iba cogiendo el pulso al día a día desde mi condición de director-gerente. Este 2025, en cambio, hemos ido al color y la fantasía a partir de ilustraciones que están conectadas con los contenidos, además de subrayar algunos elementos del propio teatro y la verdad es que nos ha quedado una portada muy colorista». Martorell se concentró en dar con la persona idónea para este trabajo y parece ser que acertó eligiendo a Felip Ariza, el ilustrador catalán afincado en Mallorca.
Hablamos de un prestigioso ilustrador que colabora habitualmente con la prensa a través de periódicos distribuidos por la geografía española. En lo referente a su momento actual, cuenta Ariza que «con los años, mi forma de ilustrar la realidad se ha ido volviendo más geométrica, más concreta y directa». Sus ilustraciones para el Teatro Principal son una delicia.
Las líneas maestras de la programación pueden resumirse en seis puntos. El primero, cuidar la dramaturgia femenina, tanto autoría como dirección, con el propósito de apuntar hacia una cierta paridad, aunque siempre en función de lo que dicte el propio mercado, de quien depende dictar las producciones en curso. En clave de dramaturgia femenina quiero destacar dos presencias, que además se corresponden con autoras que están entre mis favoritas. El 9 de noviembre llegará La música, de Marguerite Duras, con Ana Duato y Darío Grandinetti, mientras el 24 de enero –también en función única- será la ocasión de acercarse a Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar y contando en el reparto con Lluís Homar como protagonista destacado.
Otro punto relevante va a ser poner en valor la Temporada de Ópera en su 40 aniversario, incorporando la zarzuela (La corte del Faraón llega el próximo enero), que es una idea que Martorell ya expresó nada más ser nombrado director-gerente. Asimismo, «asumir el reto de un Wagner», y de esta manera, con El holandés errante (febrero), Wagner será estreno en la Temporada de Ópera. Sin olvidar las colaboraciones con el Teatre des Born de Ciutadella: Tosca (octubre) y La voix humaine (abril).
También se persigue abrir la programación a otros formatos, cediéndose el escenario de la Sala Gran a festivales como el Chopin de Valldemossa (Muza Rubackyte), Jazz Voyeur (Leo & Leo), ME… MMIX Festival (Multilatérale: Buster Keaton y la música de vanguardia) y por último el regreso de Marco Mezquida de la mano de Alternatilla. Es decir, añadir el principio de puertas abiertas, que no siempre ha sido aplicado. Recordemos, sin ir más lejos, que durante los ocho años del Pacte jamás se atendieron las peticiones del Jazz Voyeur Festival, digno sucesor del histórico de Palma.
En los últimos 15 años viene siendo habitual invitar a producciones extranjeras y como el Principal es miembro de Ópera Europa, los títulos de envergadura nos arribarán de Italia (Tosca y Rigoletto), mientras llegará El holandés errante como producción escénica del Teatro Municipal de Santiago de Chile. Sin olvidar esa perla, Los dos hidalgos de Verona, un Shakespeare dirigido por Declan Donnellan y de la mano de Cheek by Jowl en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Pinceladas de una temporada ya en curso, cargada de novedades y mejoras en la Sala Petita que en opinión de Martorell «ha quedado muy boutique».
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