Extremadura premia al ibicenco Simón Roselló en Fitur por su proyecto Hábitat Cigüeña Negra
El premio lo otorga la región a empresas y entidades de la zona que han contribuido "a la revolución turística"
Habitat Cigüeña Negra es una finca en cuya dehesa se alimenta una ganadería extensiva ibérica
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Extremadura ha reconocido en Fitur al empresario ibicenco Simón Roselló por su proyecto Habitat Cigüeña Negra, en la Sierra de Gata, «que ha contribuido a impulsar el turismo de la región». En concreto, se trata del galardón al Emprendimiento y a la Resiliencia Turística durante la pandemia. El premio lo otorga la autonomía a restaurantes, hoteles, bodegas y museos de la zona que han contribuido «a la revolución silenciosa de la excelencia».
El ibicenco ha recibido el premio en el marco del Día de Extremadura en Fitur. El objetivo es poner en valor el compromiso y el emprendimiento de empresas afincadas en la región. «Entidades que en el contexto de esta crisis han invertido en proyectos turísticos para generar riqueza y empleo, siguiendo un modelo de desarrollo sostenible».
Sobre el premio, Roselló ha dicho que el galardón significa mucho para él. «Coincide con la culminación de un proyecto familiar en el que llevamos trabajando desde 2007, cuando nos compramos una finca en Valverde del Fresno. Queríamos dotar a nuestras carnicerías de Ibiza de excelentes carnes y embutidos ibéricos. Aquel sueño se ha convertido en un producto único del que nos sentimos tremendamente orgullosos», ha contado el empresario.
Hábitat Cigüeña Negra es una finca de 220 hectáreas ubicada en el noroeste de Extremadura, en cuya dehesa se alimenta una ganadería extensiva de cerdo ibérico, ovino y vacuno. Explotación que nutre de carne al negocio familiar Carnes March, creado en Ibiza en 1965. Cuenta con 50 hectáreas de olivos de manzanilla cacereña, una almazara y un hotel rural de 12 habitaciones. Este ha sido diseñado para el disfrute de quienes se alojen en sus instalaciones.
El establecimiento está erigido sobre una antigua vivienda de campo, de la que se ha conservado la fachada, el porche principal y la arquitectura tradicional de Sierra de Gata. El lugar ha sido renovado con materiales autóctonos como la pizarra, la madera de roble, la caliza portuguesa, el granito y el corcho. Se ha decorado con objetos de hierro, madera y fibras naturales, que integran al edificio con su entorno.
Encina, alcornoque, acebuche, castaño, roble, fresno, pino, jara, tomillo, lavanda, quejigo y madroño son los nombres de las estancias. Un homenaje a la flora del paraje, «para adentrar la dehesa extremeña en las habitaciones». Roselló ha explicado que cada una ofrece un toque personal según su ubicación y categoría. Por ejemplo, ventanales grandes, panorámicas a la dehesa, al olivar, la piscina o el atardecer. También techos abuhardillados, terraza privada, chimenea o bañera vintage.
Por último, incorpora un restaurante asador HCN, «el único de la península que ofrece carne retwagyu. «Es un delicioso entorno natural, plagado de caminos e incluso de una charca. Todo ello invita a relajarse y a observar las aves, para conformar un proyecto global 360º único».