La dejadez del alcalde socialista de Palma degrada al máximo el mayor polígono industrial de Baleares
Basuras, coches desguazados, aceras rotas y un mobiliario urbano desvencijado es el panorama diario de Son Castelló
Prohens y Martínez se interesan por el estado de los polígonos de Son Castelló y Can Valero
ASIMA solicita la retirada completa del nuevo PGOU de Palma por defectos de forma
La dejadez del alcalde socialista de Palma, José Hila, ha provocado la degradación de la mayor zona industrial de Baleares, el polígono de Son Castello, en el que junto a su vecino de Can Valero, tienen su sede 2.000 empresas y se dan cita a diario más de 20.000 trabajadores.
Lo que tendría que ser la joya de la corona industrial de la capital balear, por la aportación que en materia de impuestos hacen empresarios y trabajadores a las arcas municipales, es en estos momentos un ejemplo de completo abandono por parte del Consistorio palmesano, en especial de áreas municipales como la de Medio Ambiente, a la que pertenece la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya), encargada de la limpieza de Palma, y concejalías como Seguridad Ciudadana y Movilidad.
La acumulación de basuras en los viales del polígono de Son Castelló es patente en cualquier rincón o solar de la zona y los residuos permanecen semanas sin ser retirados. Un panorama desolador, al igual que la completa y evidente falta de mantenimiento de aceras y la carencia casi completa de zonas verdes.
Mención aparte merecen los numerosos vehículos abandonados y semidesguazados, que se convierten con el paso del tiempo en amasijos de hierros al ser despedazados día a día, permaneciendo algunos de ellos en la vía pública durante semanas antes de ser retirados por la grúa municipal.
Como afirma Carlos, titular de una empresa de publicidad ubicada en Son Castelló, «estamos bastante indignados, porque llevamos muchos años reclamando una solución y no se nos hace caso. Aquí hay una impunidad legal total y todo el mundo se lava las manos».
A la notable carencia de mantenimiento de aceras, calzadas y viales, hay que sumarle la falta de aparcamientos para los trabajadores de la zona y en general para todos los palmesanos que se desplazan allí a visitar los cientos de comercios y concesionarios del polígono y que también afecta de lleno a la logística del reparto de suministros.
El problema de la escasez de plazas de estacionamiento está asociado a las notables carencias en materia de transporte público que hace imprescindible una mejora de las frecuencias de paso de las dos líneas de la EMT que conectan el centro de Palma con Son Castelló, ambas con salida desde la zona de la céntrica calle Sindicato. La línea 10 en dirección Eusebio Estada, barrio de Son Oliva y Son Castelló, y la 11, que transcurre por la carretera de Sóller y la zona del Amanecer.
En estos momentos, hay sólo un aparcamiento público ubicado a la entrada Son Castelló, en concreto, frente al recinto municipal de Son Fusteret. La lejanía con el callejero urbano del polígono y de la sede de la mayor parte de las empresas hace que permanezca casi vacío en horario laboral, mientras los vehículos en aceras o en dobles filas son una constante.
Por la noche la cosa cambia, ya que, en especial los fines de semana, este estacionamiento, al igual otras calles del polígono, se convierte en punto de encuentro para la práctica del botellón, ante una más que evidente falta de vigilancia policial. Esto provoca una espiral de actos incívicos y vandálicos que no hacen más que ahondar la degradación del entorno para desesperación de los cientos de empresarios y trabajadores de la mayor zona industrial de Baleares.