El botellón campa a sus anchas cada fin de semana en el Polígono de Son Castelló de Palma
Empresarios y trabajadores soportan cada lunes las consecuencias de las concentraciones etílicas frente a sus locales
Otro macrobotellón sin control en el polígono industrial de Palma
La Policía Local levanta 49 actas por botellón en el polígono de Son Castelló
El botellón campa a sus anchas cada fin de semana en el Polígono de Son Castelló de Palma, como pueden comprobar cada lunes trabajadores y empresarios de la mayor zona industrial de Baleares, cuando acuden puntuales a sus comercios, oficinas o talleres.
Suciedad, botellas rotas, latas y toda clase de desechos esparcidos por el suelo conforman el panorama habitual para arrancar la semana en calles como la de Gremi Fusters.
Allí la presencia de una nave industrial convertida en bar de copas cada fin de semana provoca que centenares de jóvenes se den cita en el lugar y se concentren dentro y fuera del local hasta altas horas de la noche.
«El botellón», como apunta uno de los empresarios afectados, «nos deja esto que da pena. Vasos tirados por todos lados, botellas de cristal rotas, latas, bolsas, resto de comidas, de todo, vamos. Hemos mandado fotos a Emaya de que esto es una porquería cada lunes, pero nada. Últimamente, además, les ha dado por hacer pintadas vandálicas en las fachadas de los comercios y así están todos los locales».
«Esto se ha salido de madre porque la Policía hace poco y el problema no es la gente que está dentro del local, sino la que acude allí, se queda fuera y hace botellón. La Policía viene a veces, pero nada, esto si no es algo continuado, no se arregla», remarca este empresario.
Si bien es la calle donde más quejas se han hecho públicas por los efectos que tiene el botellón en calzadas y aceras, no es el único lugar, ni mucho menos, que registra concentraciones etílicas en este polígono empresarial.
El lugar en el que son habituales, en especial cuando llega el buen tiempo y da inicio la temporada de conciertos en el recinto de Son Fusteret, es el aparcamiento colindante a este espacio municipal, sobre todo la noche de los sábados.
Si los operarios de la empresa de limpieza no actúan, a primera hora de cada lunes, la escena es dantesca para todos los que se dirigen a este punto a estacionar su vehículo, con botellas, bolsas y toda clase de desechos repartidos a lo largo y ancho de este infrautilizado estacionamiento disuasorio ubicado a la entrada de Son Castelló.
También el botellón es una constante en el otro gran polígono palmesano, Can Valero, que se ha convertido ya en uno de los referentes del ocio nocturno con decenas de locales de copas y discotecas de primer nivel que atraen a miles de jóvenes.
Fuera de esos locales la práctica del botellón es todo un clásico, que a veces provoca concentraciones tan multitudinarias, que se saldan con la apertura de expedientes sancionadores por parte de los agentes de la autoridad.
Sin ir más lejos el pasado mes de abril, la Policía Local de Palma disolvió, sin incidentes, una concentración de 40 vehículos y un centenar de personas en Can Valero. Se interpusieron 28 denuncias por la práctica del botellón y otras cuatro por tenencia de drogas.
Según informaron desde el cuartel de San Fernando, el operativo, que se desarrolló durante el fin de semana, acabó, además, con 43 personas identificadas, cuatro denuncias por tenencia de objetos para la comisión de acciones ilegales, y dos expedientes por conflictos entre particulares.