La corrupción del PSOE

Un PSOE ahogado por la corrupción insta al PP a ir a Marbella a «enseñar cómo se enriquece la mafia»

El socialista ha criticado un acto del PP en Málaga, pero ha omitido los casos Ábalos, Koldo y Begoña Gómez

Jiménez ha llamado "narcófilo" a Feijóo y ha cuestionado a Moreno por un acto en Madrid con Aznar y Rajoy

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la ministra, María Jesús Montero.
Borja Jiménez

El portavoz socialista Mario Jiménez ha sugerido este martes al PP que celebre en Marbella (Málaga) el acto previsto para el domingo 15 de junio, donde participarán Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno, para «enseñar cómo aprovecharse de la democracia para enriquecer a la mafia». La ironía del PSOE resulta llamativa, ya que el partido se encuentra inmerso en innumerables escándalos como los casos Ábalos, Koldo, García Ortiz, Begoña Gómez o Faffe, que han erosionado totalmente su credibilidad.

En una rueda de prensa en la sede regional del PSOE-A en Sevilla, Jiménez ha acusado al PP de «cinismo» e «hipocresía» por presentarse como adalid de la democracia mientras, según él, ha arrastrado un historial de conductas cuestionables. El parlamentario ha aludido al lema del acto que los populares han celebrado el pasado domingo en Madrid, que enfrentaba «mafia o democracia», y ha señalado que el lema del evento previsto en Málaga omite la palabra «mafia». Para Jiménez, esto ha evidenciado una contradicción en el discurso del PP, al que ha acusado de haber «elegido mafia hace mucho tiempo» en Málaga. Además, ha criticado que el partido haya mantenido a Ángeles Muñoz como alcaldesa de Marbella, a pesar de las investigaciones que han afectado a su marido, ya fallecido, y a su hijastro por presuntas actividades ilícitas.

El representante socialista no ha escatimado en críticas al haber descrito el acto de Madrid como un «aquelarre facha» y un «fallido acto masivo». Según Jiménez, Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, se ha alineado en la Plaza de España con un «comando» liderado por un Feijóo al que ha calificado de «narcófilo, amigo de los narcos». También ha arremetido contra la presencia de los ex presidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, vinculándolos a un PP que, según él, ha sido «juzgado como organización criminal». Jiménez ha incluido en sus críticas al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, a quien ha señalado por haber sido «aclamado» en el evento, sugiriendo que su presencia refuerza una imagen de derecha radical que no representa a Andalucía.

Jiménez ha insistido en que Moreno, al haber asistido a este tipo de actos, no debe hablar en nombre de Andalucía, ya que, a su juicio, la comunidad no se ha identificado con los valores defendidos en la concentración de Madrid. «Andalucía no se ha identificado con Mazón ni con esa derecha condenada», ha afirmado, acusando al PP de haber promovido planteamientos alejados de los intereses de los andaluces. Sin embargo, las declaraciones de Jiménez resultan paradójicas, dado el historial reciente del PSOE. Escándalos como el caso Ábalos, con presuntas irregularidades en contratos públicos; el caso Koldo, que ha implicado comisiones en la compra de mascarillas; las controversias en torno al fiscal general García Ortiz, ya imputado; las acusaciones contra Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, por presunto tráfico de influencias; y el desvío de fondos en la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) han colocado al PSOE en el centro de la polémica. Estos casos, que han generado un profundo rechazo en la opinión pública, contrastan con la actitud del PSOE-A, que, lejos de haber asumido responsabilidades o mostrado autocrítica, ha optado por señalar al PP como culpable de prácticas corruptas.

La estrategia de Jiménez parece haber buscado desviar la atención de los problemas internos del PSOE, proyectando las acusaciones de corrupción hacia sus adversarios políticos. Sin embargo, la sugerencia de celebrar el acto en Marbella, una ciudad históricamente asociada a casos de corrupción urbanística durante los gobiernos del GIL, resulta un arma de doble filo. El PSOE no solo ha gobernado Andalucía durante casi cuatro décadas, sino que también ha sido señalado por casos de malversación y gestión irregular en la región, como los ERE, que aún resuenan en la memoria colectiva. La postura de Jiménez, en este contexto, se percibe como un intento desesperado de contraatacar mientras el PSOE lucha por mantener su imagen ante una ciudadanía cada vez más desencantada.

El acto del PP en Málaga, con la presencia de Feijóo y Moreno, busca reforzar la posición de los populares en Andalucía, un territorio clave donde han consolidado su poder tras años de hegemonía socialista. Las críticas de Jiménez, lejos de haber debilitado al PP, podrían haberse vuelto en contra del PSOE, cuya credibilidad ha quedado bajo mínimos. Mientras el PSOE-A ha acusado al PP de connivencia con la «mafia», los andaluces no han olvidado los escándalos que han marcado la gestión socialista, evidenciando una falta de coherencia en su discurso.

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