Pandemia okupa en Coria del Río (Sevilla): nuevos delincuentes atemorizan al municipio
Decenas de vecinos de la Barriada Guadalquivir, en Coria del Río (Sevilla), se han manifestado este pasado lunes frente a la enésima casa okupada en el municipio. Denuncian tener una auténtica pandemia okupa, que se une a la de los gases tóxicos que se respiran en la región y a la común, la del Covid. El problema: que si los vecinos ya temían salir de sus casas por el coronavirus y por los gases, ahora también lo hacen por perder sus casas.
Una de las vecinas afectadas por la okupación en Coria del Río asegura a OKDIARIO Andalucía que, en el caso de esta casa okupa que se sitúa prácticamente frente a la suya, el trasiego de personas es brutal. Según denuncian las víctimas, el menudeo y las peleas son constantes, lo que hace que la zona se haya vuelto insegura para todos los vecinos de la Barriada Guadalquivir.
«La Ley antiokupación apoya mucho más al okupa que al ciudadano de bien», denuncia la vecina, que recuerda que quienes okuparon anteriormente esa misma vivienda se intentaron llevar tanto las placas solares del tejado de la casa como las puertas.
Otro vecino afectado, que vive pared con pared con estos polémicos okupas, afirma que lo peor de todo es que si ya apenas pueden salir de sus domicilios por los gases tóxicos, ahora tampoco pueden abandonar sus casas porque «a la mínima te la okupan».
«Han excavado para tener agua, como los presos para salir de la cárcel, y eso con todo. Con la luz, y con todo. Luego están las peleas, con niños de por medio, y el trapicheo de drogas desde la ventana», denuncia este vecino.
Julián, portavoz de los vecinos de la Barriada Guadalquivir, por su parte, aprovecha para agradecer a Vox que sea el único partido que, aun sin tener representación en el Ayuntamiento, ha hecho algo por ayudarles con el problema de la okupación.
«Nadie nos he hecho caso desde el Gobierno del Ayuntamiento (liderado por Modesto González, de Andalucía por Sí). Solamente Vox. Y hay que ser justo, son los únicos que se han prestado a ayudarnos con este problema. Estamos abiertos a que nos ayuden, pero nadie nos ha querido ni escuchar, sólo ellos. Nos están dando ese empujón que necesitamos», asegura.
«Necesitamos limpiar la barriada, limpiar Coria y limpiar España, porque esto es una lacra que se está comiendo poco a poco todo. Y se creen con todo el derecho a okupar una vivienda», concluye el portavoz de los vecinos de la Barriada.
Vox
Y es que lo cierto es que siempre que hay una manifestación en protesta de unos okupas en Sevilla está Vox. Y en este caso con un multitudinario acto de presencia. La diputada de Vox en el Congreso Reyes Romero ha liderado la comitiva de la formación: «La okupación es un problema en muchos puntos de España, pero concretamente aquí, en Coria del Río. Cada vez tenemos más viviendas okupadas, que perjudican enormemente a los vecinos. Ya estamos viendo que no es el hecho de que se están metiendo en las viviendas que les son ajenas, sino que también plantean una serie de problemas a los vecinos que viven por la zona».
José Márquez, portavoz de Vox en Coria del Río, también asegura que el problema de la okupación es «un problema latente en Coria». «Es un problema en todo el municipio. Y ningún partido con representación en el Ayuntamiento presta ayuda a los vecinos. Nosotros, que actualmente no tenemos representación, siempre que podamos aportar y ayudar a los vecinos, vamos a estar», explica Márquez.
Rafa García, portavoz de Vox en la Diputación de Sevilla y también presente en la manifestación -es uno de los representantes de la formación más activos contra la okupación en Sevilla-, ha explicado a OKDIARIO Andalucía cómo se las ingenian estos delincuentes para poder tener agua y luz: «Lo tienen todo enganchado a la red. Tienen todos los cuadros manipulados. Mientras que para el agua tienen hecha una obra dentro de casa y lo conectan a la red».
En definitiva, Coria del Río vuelve a sufrir la lacra de la okupación, que se suele reavivar en los meses de verano. Y el problema no es ya únicamente la mera okupación, sino la inseguridad que generan estos nuevos ‘vecinos’, con constante tráfico de drogas, a la vista de todo el mundo, peleas y gritos diarios.