ASESINATOS EN BARBATE

Los otros tres narcos que mataron a los guardias de Barbate están identificados y ocultos en Marruecos

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Ángel Moya

Los asesinos de los guardias civiles de Barbate han pasado todo este tiempo, más de seis meses, ocultos en Marruecos, a pocos kilómetros de distancia del lugar de los hechos. Sin embargo, tras meses de negociaciones sólo se ha entregado el que pilotaba la lancha la noche de los crímenes, Karim El Baqqali.

Los otros tres narcos siguen ocultos en Marruecos y hace meses que fueron localizados por la Guardia Civil pero no se han prestado a su entrega a las autoridades españolas. Se han expedido tres órdenes internacionales de detención contra ellos, identificándoles por sus nombres y apodos y especificando los cargos y pruebas que hay en su contra.

No están dispuestos a entregarse. No soportan la misma presión que Karim Baqqali en Marruecos, donde el principal asesino de los guardias civiles tiene pendientes requisitorias por narcotráfico y contrabando. Karim tiene antecedentes y enemigos a ambos lados del Estrecho, perseguido en ambos lados, él sí ha optado por entregarse.

A disposición judicial

Karim Baqqali ha dispuesto de varios meses de tranquilidad en Dalía (Marruecos) para preparar su defensa, mientras desde España y también en suelo marroquí se pactaba su entrega con la participación de Marruecos en las negociaciones. Este delincuente reincidente, nacido en Tánger y piloto mediocre de narcolanchas, ha pasado todo este tiempo arropado por su entorno sin nadie que le molestara e incluso se le ha llegado a ver paseando en lancha sus días de ocio hasta que ha decidido entregarse en España.

Así es como a la 1:00 de la madrugada del jueves Baqqali se ha presentado a la Guardia Civil en Barbate, la elección del lugar forma parte de la negociación previa, ya que así se facilita su puesta a disposición judicial del juzgado que entiende de los hechos, el Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate, donde será puesto a disposición judicial a las 9:00 horas de la mañana de este viernes.

A Karim Baqqali se le acusa de ser el principal autor del asesinato de los dos guardias civiles y de las heridas que sufrieron otros dos agentes que viajaban en la pequeña lancha que fue embestida por los delincuentes en el puerto de Barbate.

Fuentes del caso aseguran que el trabajo de estos meses se ha centrado en reunir las pruebas necesarias que permitieran reclamar a Baqqali a Marruecos por los crímenes de Barbate, algo que al final no ha sido necesario tras la negociación. Igualmente, los guardias están seguros de haber reunido pruebas suficientes contra los que le acompañaban en la lancha que embistió a los guardias y no dudan de que se vayan a cumplir las órdenes internacionales de detención en Marruecos por los asesinatos de Barbate.

«Los enviaron a la muerte»

Los hechos ocurrieron en la noche del 9 de febrero en Barbate, cuando los guardias civiles de Algeciras Miguel Ángel y David tuvieron que echarse al mar junto a otros compañeros por orden del coronel de la Comandancia de Cádiz para expulsar a varias narcolanchas que se estaban refugiando de un temporal en el puerto de Barbate.

El alcalde del citado municipio, Miguel Molina, llamó a la Comandancia de la Guardia Civil en Cádiz para poner en su conocimiento que los narcos estaban utilizando el puerto de Barbate para refugiarse del temporal. En el momento de la llamada, el coronel a cargo de la comandancia -que llevaba sólo un mes en el cargo- se encontraba en el Teatro Manuel de Falla, donde se celebraba la gran final del Carnaval.

«Han entrado unas gomas al puerto», le alertaron en una llamada. En la comandancia acreditan que no hay capacidad de reacción con los medios actuales de la flota, con «las cinco embarcaciones inoperativas», según comunicaron en este momento a OKDIARIO fuentes de la Guardia Civil en la provincia. Ni una patrullera estaba lista para echarse al agua. En el puerto de Algeciras, la situación de la flota no era mucho mejor. Por tanto, se decidió un plan B, movilizando a un capitán que estaba de permiso en ese momento.

Entonces, alertaron al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), con base en Algeciras. Las órdenes trasmitidas desde Cádiz por el coronel llegaron de forma directa y sin margen de interpretación: coged un vehículo de la unidad, cargad una de las zódiacs ligeras e id a Barbate a ver qué está ocurriendo. El objetivo era puramente disuasorio: que las lanchas y sus tripulantes, cuando les vean, huyan. No hay previsión de detenerles ni de incautar las lanchas.

El vehículo llegó a Barbate cuando ya no había un ápice de luz natural. En el puerto seguía la aglomeración de personas, a pesar de temporal, esperando el desenlace de la situación. De las seis lanchas iniciales, cuatro ya se habían ido. Quedaban dos que no tenía intención alguna de marcharse

Los guardias cumplieron sus órdenes y con su zódiac de apenas 6 metros y con un motor de unos 80 caballos se plantaron frente a las narcolanchas de cerca de 5.000 kilos y dos fuerabordas que superaban los 350 caballos.

Tras intentar intimidar a los guardias lanzando la narcolancha contra ellos, los narcos finalmente la embistieron acelerando y destrozaron la embarcación de los guardias. Dos agentes fallecieron en el ataque y otro perdió un brazo.

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