Los funcionarios de prisiones claman contra Marlaska tras un nuevo suicidio en la cárcel de Algeciras
El pasado domingo un gaditano se ahorcó con un cordón en su celda de Botafuegos
Acaip denuncia que las cifras son "preocupantes" y pide "respuestas" a Interior
Los funcionarios de prisiones han vuelto a poner sobre la mesa la «preocupante» cifra de suicidios en las cárceles españolas y han reclamado al Ministerio del Interior que aplique «respuestas». El último caso ha tenido lugar en el centro penitenciario de Botafuegos, en Algeciras (Cádiz), donde el pasado domingo un preso que padecía discapacidad psíquica se quitó la vida ahorcándose en su celda.
Según un informe de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias consultado por OKDIARIO, en 2023 hubo 31 suicidios en cárceles españolas (28 hombres y tres mujeres). Además, se registraron 138 tentativas (125 de hombres y 13 de mujeres). En 2022 hubo 35 suicidios, todos hombres. Todavía no hay datos de 2024. Estas cifras sólo recogen los datos de los centros penitenciarios dependientes de la Administración General del Estado y no se incluyen, por lo tanto, las cárceles de Cataluña y País Vasco. Sólo en las prisiones catalanas habría que sumar otros 19 suicidios (13 en 2022 y 6 en 2023), según los datos ofrecidos por la Consejería de Justicia.
En la cárcel de Algeciras, declarada la más peligrosa de España, han perdido la vida 36 presos en los últimos seis años, ya sea por suicidio o por sobredosis. «La cifra es preocupante», denuncia el sindicato Acaip. Este pasado domingo, en el recuento de las 8:00 horas, un funcionario encontró a un preso ahorcado en su celda. Estaba sentado a los pies de la cama y alrededor del cuello tenía anudado un cordel que colgaba de la parte superior de su litera. El funcionario avisó por radio a los servicios médicos, pero era demasiado tarde.
El fallecido es un gaditano de 53 años que tenía reconocida una discapacidad psíquica del 72%. Entró por primera vez en prisión en 1994. El pasado mes de octubre, gracias a su «buen comportamiento» en la cárcel, se le clasificó en tercer grado penitenciario y fue trasladado al Centro de Inserción Social (CIS) de Algeciras con el objetivo de llevar a cabo una vida en semilibertad e ir tomando contacto con el mundo exterior, aunque a finales de enero dio positivo por cocaína en un control de drogas y fue devuelto a Botafuegos. Una semana más tarde decidió quitarse la vida.
Acaip señala que el colectivo de trabajadores de Instituciones Penitenciarias «vive situaciones críticas» y las autolesiones, sobredosis o tentativas de suicidio entre los reos se suceden de forma «frecuente», pero gracias al trabajo de los funcionarios y los servicios sanitarios la «inmensa mayoría» de estos casos no engrosan las listas de muertos.
No obstante, «los datos serían mucho menores» introduciendo la figura del psiquiatra, «que incomprensiblemente en prisiones no existe», y con una plantilla de sanitarios acorde al ya «masificado» centro penitenciario de Botafuegos. El sindicato destaca que el último suicidio corresponde al de «un interno con patología dual», es decir, con toxicomanía y un trastorno psiquiátrico asociado, «uno de los problemas de salud que más se repiten entre la población reclusa».
Por ello, Acaip exige «respuestas» al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y extiende las «medidas» al secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, y a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, órganos todos ellos que «deben aportar soluciones de forma mancomunada».