Disturbios de Málaga: «¿Extrema derecha? Eran cuatro golfos y niñatos haciendo el tonto»
Tras los disturbios de Málaga del pasado sábado noche que acabaron con un detenido y un agente de policía herido, la noche del domingo fue mucho más tranquila. Tan sólo en la Plaza de la Marina se registró algún incidente.
Un reducido grupo de personas prendió fuego a un contenedor frente a la calle Marqués de Larios, pero el cuerpo de bomberos actuó con rapidez. Dos personas fueron detenidas en torno a las 21:3o horas como responsables del incendio y se investiga su presunta implicación en la rotura del cristal de un vehículo de la Policía, la tarde del domingo, en la plaza de la Constitución. Otro pequeño grupo de manifestantes se congregó frente al Ayuntamiento, aunque no hubo que lamentar ningún altercado.
El barrio de Huelin, en Málaga, respiraba tranquilidad tras los disturbios del sábado. Terrazas llenas y vecinos hablando en los bancos. Nada parecía reflejar lo ocurrido en la noche anterior, cuando piedras y botellas llovían sobre los furgones policiales poco antes del toque de queda.
Una vecina, enfadada, defiende su barrio al ser preguntada por los incidentes: «Huelin no es eso. No era gente del barrio. Era gente que quería bronca y ganas de fastidiar, simplemente. Fue penoso. Los bares tuvieron que recoger súper rápido».
Otro hombre, también vecino, relata el aparente motivo de la protesta: «Parece ser que era en apoyo a los locales de hostelería, pero al final tuvieron que cerrar media hora antes por miedo. Eso no creo que sea apoyar».
Entramos a un bar y el dueño nos da su versión: «Estábamos avisados de la concentración. Querían que no sumáramos pero no éramos partidarios porque no estaba autorizada, no era legal. No vi a nadie que perteneciese a la hostelería. Estamos cabreados por cómo nos están tratando, por supuesto, pero los altercados y romper mobiliario urbano no son las maneras».
Los disturbios de Málaga concluyeron con una persona detenida. Preguntado por la ideología de los participantes, una mujer apunta a que las bengalas que vio ayer desde su balcón son las típicas que usan los ultras del fútbol, mientras que otro joven cree que eran simplemente «liantes»: «Los cuatro de ayer no representan a la gente de Málaga. No defienden ningún derecho, sólo buscan liarla y hacer el tonto. Es una excusa para romper cosas y destrozar el barrio».
«¿Extrema derecha? No llevaban simbología. Era gente joven, radicales queriendo llamar la atención, responde un hombre a OKDIARIO. Otro malagueño, sentado en una terraza, considera que «son cuatro niñatos que no solucionan nada lanzando un par de botellas. Fueron cuatro golfos haciendo una niñatada. Se ha dicho que son fachas, pero ahora la palabra facha se utiliza para todo. No a todo el que esté en contra de la gestión de Sánchez, que ha hecho mil cosas mal, se le puede tildar de facha, ¿no?».
Otro peatón del barrio, presente en un inicio de la protesta aún sin trifulcas, recuerda que «al principio era pacífica, sólo insultos a Sánchez, aunque luego desde mi casa sí que escuché jaleo. Subí el volumen de la tele, no me quise asomar. Luego vi en las noticias lo que pasó».
Noche de disturbios
La noche del sábado comenzó con dos concentraciones, una prevista frente al Ayuntamiento y otra en el barrio de Huelin, de las que la Policía tuvo constancia por las redes sociales. Unas protestas inicialmente pacíficas convocadas en torno a las 21:30 horas para protestar contra el toque de queda y las restricciones impuestas por el Gobierno de Sánchez.
En el Ayuntamiento apenas se reunieron tres personas, pero la movilización de Huelin, más multitudinaria, sí cobró entidad. En el bulevar de Tomás Echevarría se escucharon gritos contra Sánchez mientras se instaba a los viandantes a unirse a la protesta, aunque sin ningún incidente reseñable más allá del lanzamiento de petardos. Los comercios y locales de la zona optaron por adelantar su cierre a las 22:00 horas para prevenir que las sillas o mesas de las terrazas fueran empleadas para lanzarse contra los agentes.
A partir de las 22:30 horas, unas 80 personas se fueron desplazando a calles aledañas como Ayala, Goya o Héroe de Sostoa, y los disturbios comenzaron a sucederse: bengalas, barricadas para cortar la circulación y un contenedor de vidrio volcado cuyas botellas fueron empleadas como armas arrojadizas contra los agentes y los furgones de Policía Nacional.
El episodio de Málaga fue tan sólo un ejemplo de los ocurridos en diferentes localidades españolas en los últimos días. La concentración se saldó con daños materiales en el mobiliario urbano y un agente del Cuerpo Nacional de Policía herido leve, según informó la Subdelegación del Gobierno. Al hombre de 36 años detenido se le acusa de atentado contra un agente de la autoridad.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), condenó los hechos violentos con firmeza: «Es una actuación extremista e impresentable. Lo que procede es que todos colaboremos en la crisis que tiene España, no distraer la atención de la Policía en cuestiones que no tienen ningún sentido».
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